Las crecientes divisiones obstaculizan el proyecto de integración internacional de los BRICS

El incremento de la diversidad del bloque, las tensiones internas y su falta de cohesión dificultan la capacidad operativa del principal grupo de economías emergentes
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, el presidente de China, Xi Jinping, el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, el primer ministro de la India, Narendra Modi, y el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, durante la Cumbre BRICS de 2023 el 23 de agosto de 2023 - REUTERS/ GIANLUIGI GUERCIA
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, el presidente de China, Xi Jinping, el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, el primer ministro de la India, Narendra Modi, y el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, durante la Cumbre BRICS de 2023 el 23 de agosto de 2023 - REUTERS/ GIANLUIGI GUERCIA

El grupo de países de los BRICS surgió en 2009 con Brasil, Rusia, India y China como países fundadores y, posteriormente, se unió Sudáfrica (conformándose la denominación actual con las siglas referentes al nombre de cada país). En 2024 se expandió la entidad incluyendo a Egipto, Etiopía, Irán y Emiratos Árabes Unidos y este año 2025 ha incorporado a Indonesia. Igualmente, otros países emergentes han presentado solicitudes para incluir su membresía al grupo en los próximos años.

La continua ampliación a nuevos miembros añade retos estructurales que se unen a las ya existentes fracturas que cuestionan la estabilidad del proyecto de la alianza para llegar al consenso en asuntos comunes, divisorios, complejos o delicados. 

Parte de las principales disensiones tienen que ver con Rusia, un importante miembro de los BRICS, y sus intereses geopolíticos. 

La revista estadounidense National Interest publicó un análisis del profesor honorario de la Escuela Schar de Política y Gobierno de la Universidad George Madson, Mark N. Katz, que debatía la utilidad del bloque para Rusia que experimenta las severas sanciones derivadas de su guerra con Ucrania desde febrero de 2022. Altos funcionarios y comentaristas cercanos al círculo gubernamental de Rusia ven a la expansión de los BRICS como una herramienta idónea para reducir la hegemonía occidental. Precisamente, en octubre de 2024, el president ruso, Vladimir Putin, afirmó que la ampliación es una señal de fortaleza, influencia y autoridad sobre el nuevo escenario mundial; además, en enero de ese mismo año hizo un llamamiento para la coordinación entre los Estados para resolver los desafíos de seguridad regionales e internacionales que atribuía a las acciones de Occidente. 

El actual general del Consejo de Seguridad ruso y exministro de Defensa, Sergei Shoigu, declaró en abril del año pasado que esperaba que los países del grupo de los BRICS demostraran públicamente los crímenes del régimen ucraniano. El noviembre del año pasado el pensador geopolítico ruso, Alexander Dugin también expresó sus esperanzas en los BRICS como el futuro relevo de las Naciones Unidas representando a una estructura multipolar real con trayectoria. El analista político ruso Sergei Karajanov añadió que Naciones Unidas progresivamente se convierte en una organización vulnerable e irreparable gobernada por burócratas occidentales.

Para Putin y sus aliados, el aumento de Estados miembros es esencial para reforzar la influencia geopolítica oriental sobre Occidente, aunque para ello se deben desarrollar órganos paralelos como la agrupación BRICS+ y la Organización Ampliada de Cooperación de Shanghái y su integración con entidades como la Unión Africana, la Liga de Estados Árabes, la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y el Mercado Común de América del Sur (MERCOSUR). 

Otros miembros del entorno de Putin han reafirmado que Moscú no quiere que los BRICS se fortalezcan excesivamente y que existen límites e intereses entre los miembros que no son totalmente compatibles. Asimismo, en abril de este año, el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, declaró que no se debía crear un órgano judicial independiente que haga que Rusia ceda alguna parte de su soberanía ni siquiera en favor de ningún tipo de integración amistosa. Dimitry Trenin, importante partidario de la participación en la guerra de Putin contra Ucrania, afirmó en diciembre de 2022 que el objetivo de la política exterior de otros integrantes de los BRICS es limitar a Rusia. 

Por otro lado, el director académico del Consejo de Asuntos Internacionales, Andrei Kortonov, dijo en octubre de 2024 que no cree que los BRICS reemplacen a las Naciones Unidas, pero que sí puede actuar como mecanismo multilateral para el establecimiento de la paz, pese a que es dudoso que se le asigne este rol. Kortonov, en agosto de 2023, también señaló que el proyecto de expansión presenta problemas fundamentales y que pueden resultar muy costosos a la larga debido a que inevitablemente con una mayor diversidad presente en el grupo surgirán más desacuerdos que serán más complejos de resolver comúnmente, además del resentimiento que se le genera a las naciones que no son aceptadas en la agrupación. 

De esta manera, se visibiliza una brecha en las esferas de influencia rusas, donde una parte se focaliza en los beneficios de la ampliación internacional de los BRICS y los intereses finales, mientras la otra resalta que los beneficios resultan limitados. Las diferencias podrían romper la frágil unidad entre integrantes e impedir su ambición de impulsar a los BRICS al escenario global como un contrapeso al orden internacional establecido con Estados Unidos y Occidente como grandes referentes.