La diplomacia china califica las sanciones de la UE de “intervención brutal en sus asuntos internos y soberanía”

Yao Fei

“Las relaciones entre China y la Unión Europea marchaban bien, como lo demuestran el tratado entre ambos para el señalamiento geográfico de productos y el acuerdo de inversiones que incentivará a dirigentes y empresas de ambos lados. Pero, lamentablemente, la UE decidió aplicar sanciones a personas y entidades chinas a partir de mentiras y desinformación. Ello constituye una brutal intervención en nuestros asuntos internos y atenta contra nuestra soberanía, lo que rechazamos tajantemente, y de ahí las contramedidas equivalentes”. Con esta contundencia se expresaba el ministro consejero de la Embajada de China en España, Yao Fei, en el curso de una nueva edición de las Citas Internacionales que, por ahora telemáticamente, organiza el Club Internacional de Prensa en Madrid. 

El diplomático desgranó los logros que a su juicio ha culminado China en estos tiempos de pandemia, y se sometió a un intenso coloquio en el que la treintena de periodistas y corresponsales participantes le cuestionaron sobre las tensiones acentuadas en las últimas semanas. 

Yao Fei, a preguntas de Atalayar, emplazó a que se concluyera el informe final de los inspectores de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que viajaron a Wuhan a principios de este año con objeto de investigar el origen del virus causante de la pandemia. Desmintió que se obstaculizara la labor de los inspectores y manifestó la disposición de China a reforzar el trabajo de investigación que determine el origen de la COVID-19. Enunció como claves del “éxito chino” en la lucha contra la pandemia “la detección temprana del virus, la información temprana de los casos, el aislamiento temprano de los pacientes y su también temprano proceso de curación”. Tales son en consecuencia las claves que justificarían que China fuera la única economía del mundo en presentar un crecimiento positivo de su PIB, 2,3% en 2020. 

Rebatió la presunta insolidaridad en la lucha mundial al señalar el inmenso esfuerzo de investigación científica con ingentes recursos para lograr hasta 17 vacunas, cinco de las cuales ya se comercializan bajo estrictas condiciones de fiabilidad. Recordó al respecto que el presidente Xi Jinping declaró que, una vez las vacunas tengan todas las garantías “serán productos públicos globales”, accesibles por lo tanto a todos los países en vías de desarrollo. Yao Fei reveló que ya se han ofrecido tales vacunas a 69 países que responden a esos parámetros, al tiempo que se exportan con carácter comercial a otros 43. La propia OMS tendrá a su disposición diez millones de vacunas chinas dentro de su programa COVAX. 

Una cooperación cuantificable

En su catarata de datos, el representante chino recordó el apoyo y asistencia material de su país en los primeros meses de la pandemia a 150 países, 13 entidades y organizaciones humanitarias, y poniendo a disposición internacional 220.000 millones de mascarillas, 2.250 millones de trajes aislantes y 1.020 millones de tests. 

Exhibió asimismo datos que demostrarían que las políticas realizadas por el régimen habrían sacado de la pobreza a más de cien millones de personas, mientras que su cooperación internacional ha ayudado a hacerlo a 770 millones de seres humanos en todo el mundo. Cifras que, a su juicio, significan que China ha cumplido con diez años de anticipación con la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. Datos con los que contrarrestaba las acusaciones sobre presuntas violaciones de los derechos humanos por parte del régimen chino.   

También se abordó el estado de las relaciones con España, que el diplomático calificó de excelentes, apoyando su afirmación en que, en un año tan difícil como lo fue el 2020, el comercio bilateral creció en un 6,7%, con un incremento de las exportaciones españolas a China de un 20%. Estima Yao Fei que los productos más representativos de esos envíos -jamón, aceite de oliva, frutas y vinos-, gozan de una buena acogida por parte de la clientela china. Respecto de las relaciones culturales, el Instituto Confucio ha abierto ya ocho sedes y numerosas aulas en territorio español mientras que el Cervantes, que tiene dos en China, está pendiente de instalarse en otras grandes ciudades, además de Shanghái y Pekín. 

En el intenso diálogo telemático, moderado por Paula Gracia Baeza, se llegó incluso a plantear una pregunta aparentemente tan simple como la de explicar lo que definiría a China como un país comunista. Yao Fei señaló que “su esencia consiste en tener siempre al pueblo como prioridad absoluta en la agenda de trabajo del Gobierno”, y que “la misión permanente del Partido Comunista Chino (PCC) es buscar la felicidad del pueblo y el resurgimiento de la nación china”. Un enunciado que le sirvió para mostrar lo que constituye el principal motivo de orgullo del sistema: la red nacional de seguro social que, según el diplomático, cubre ya a la práctica totalidad de los 1.400 millones de chinos; el acceso de todos ellos a una vivienda digna y a la educación, lo que le llevó a la conclusión de que “China ya ha culminado en este 2021 la construcción de una sociedad modestamente acomodada”.