EL ACEITE DE ARGÁN
En los más exclusivos spas del mundo, altares de estrellas y reunión de amantes del lujo , se ha instalado desde hace algunos años un aceite mágico : el aceite de argán . Un producto milagro con propiedades rejuvenecedoras para la piel , antioxidante y muy relajante que ostenta , el honor de ser el más caro del mundo.
Por Hortensia Pulido
Una sesión de masaje puede llegar a costar 200 euros, y un litro para ser utilizado por los grandes chefs de cocina puede alcanzar los 150. Los amantes de la“nouvelle cusine” lo aprecian por su excelente sabor a nueces, su color dorado y su particular olor. Un festin, dicen, para los paladares mas exigentes. Pero además es muy ligero, mucho más ligero, transparente y digestivo que el de oliva. Es una increíble fuente natural de vitamina E, pero además se compone de omegas 3, 6 y 9, ácido linoléico en un 45%, ácido alfalionoléico en un 15%, ácido oleico en un 35% y en menor medida el ácido araquidónico y el gammalionlénico. El aceite de Argán virgen es un producto bio con beneficios demostrados. En la universidad de Rabat llevan años estudiando sus efectos sobre el sistema cardiovascular y sobre la regeneración celular, y han constatado que reduce la hipertensión, la tasa de colesterol malo, los dolores articulares y reumáticos, facilita la digestión y estimula la capacidad cerebral. En la actualidad un grupo de científicos gaditanos y marroquíes trabajan en un proyecto de cooperación cuyo objetivo es analizar sus propiedades anticancerígenas.
Belleza a través de la salud
Su efecto hidratante y reestructurador celular se ha confirmado en los estudios que científicos franceses desarrollan en la Universidad de Metz. En su estado natural, lucha contra los radicales libres, responsables del envejecimiento prematuro de la piel y previene la deshidratación cutánea. Las arrugas se atenúan y optimiza los niveles de elasticidad y flexibilidad de la dermis. Las uñas y el cabello se vuelven más fuertes, resistentes y brillantes. Es altamente cicatrizante y apto para problemas como la psoriasis, quemaduras, acné, eczemas y estrías. Desde que se descubrió en occidente, los más prestigiosos grupos de cosméticos lo utilizan como reclamo, aunque no siempre añaden la proporción adecuada para que produzca el efecto que aseguran.
El árbol de la vida
El árbol del Argán es conocido entre los bereberes como “el dador de vida”. Es uno de los supervivientes de la era terciaria, y en su hábitat natural representa un elemento irreemplazable en el equilibrio ecológico y en la salvaguardia de la biodiversidad. Es un árbol único que sólo crece en Marruecos, dentro de la biosfera sur, en la zona comprendida entre Tiznit y Esauria, un espacio declarado por la UNESCO patrimonio forestal de la humanidad en 1998. Las mujeres jóvenes bereberes recogen el fruto, a finales de junio, y sus madres hacen el resto. Cien kilos de fruta madura se convierten en sólo tres kilos de pipas, la fuente del aceite. Los turistas que viajan a la zona en esa época se sorprenden al ver cabras subidas a sus ramas, ignorando que los campesinos se lo permiten porque les facilitan el proceso. Los animales se comen los brotes y ya en el corral rumian lo ingerido y expulsan el hueso limpio de su cáscara verde.
A continuación las mujeres, no es trabajo de hombres, extraen la zona carnosa, la tuestan en un fuego de leña y de forma manual lo trituran en un molino al que llaman azeg. Tras añadirle una parte de agua concreta, forman una masa de la que destilan el líquido sagrado. Conseguir un litro lleva más de ocho horas.
El argán las hace bellas y algo más libres
La relación de las mujeres y el aceite de argán va más allá de la salud y la belleza, es su propia vida. El tiempo lo ha convertido en uno de los pilares de la economía rural de la zona, de la que dependen directamente más de dos millones de personas. Al ser ellas las encargadas de su extracción se han convertido en las grandes beneficiadas. Ahora tienen un trabajo y unos ingresos justos que les permiten independencia económica. Durante una década se buscaron subvenciones para formar cooperativas de mujeres que comercializaran este líquido sagrado. No fue fácil, pero finalmente 34 pusieron en marcha en 1995 la Tissaliwine, primer grupo cooperativo en la provincia de Essaouira: el objetivo era garantizarles a todas un salario mínimo y dignificarlas como personas. Actualmente hay varios cientos de cooperativas de mujeres autónomas en la zona que exportan a Europa, América y Asia, aunque también se han instalado empresas extranjeras que compran las semillas y realizan el proceso empleando a mujeres marroquíes. No cobran lo mismo, pero tienen un trabajo. El aceite de argán tiene denominación de origen para proteger al consumidor y su éxito se ha visto expuesto a numerosos fraudes, por lo que aconsejamos poner cuidado al adquirirlo.
Un patrimonio de la humanidad que hay que perpetuar
El argán impulsa la economía de Marruecos, pero el arganeo es frágil. Cada año desparecen 600 hectáreas con nefastos resultados en la implacable desertización de la zona. La superficie de los bosques de arganía, cuyo corazón se encuentra en el Parque Nacional de Souss-Massa, ha menguado un 50% en los últimos cien años debido a su utilización como combustible, pastoreo y el cultivo intensivo. El reciente desarrollo de la producción del aceite de argán para su exportación como producto de alto valor comercial puede convertirse en su mejor protección. El primer gran paso lo ha dado la Unión Europea que ha financiado la plantación de 40.000 nuevos árboles, aunque aún hay que esperar para que se puedan recoger sus primeros frutos.