El actor que da vida al protagonista de Puertas Abiertas aboga por la palabra y lucha contra los prejuicios y estigmas desde la cultura

Ayoub el Hilali: “Puertas Abiertas habla del miedo desde una perspectiva universal”

photo_camera Ayoub el Hilali

“Puertas Abiertas” es la obra de teatro que nos transporta a la noche del atentado en París del 13 de noviembre de 2015. Con la dirección de Abel Folk, llega a Madrid, al Teatro Español en la Sala Margarita Xirgu, desde el 1 de abril hasta el 2 de mayo este trabajo teatral de Emma Riverola. Mientras en París estallan las bombas, Cayetana Guillén Cuervo y Ayoub el Hilali protagonizan una noche de intriga entre cuatro paredes. 

En el marco de la caótica noche de los atentados por parte de la organización terrorista Estado Islámico, con las calles cortas y el transporte público sin servicio, se lanzó el hashtag de #PuertasAbiertas. Los parisinos dejaron entrar a sus casas a aquellos que se quedaron atrapados y Julie, la protagonista, se enfrenta a sus prejuicios cuando un joven toca su puerta. 

Este joven es protagonizado por Ayoub el Hilali, actor con un largo recorrido en series de televisión como “El Príncipe”, “Madres”, “La pecera de Eva”, entre otras; obras de teatro como “Medio ambiente, medio amigo”, “Violencia escolar I y II”, “El destino está ocupado” y “Amina busca Feina”; e interpretaciones cinematográficas en películas como “La otra ciudad” y “The promise”. El Hilali ha contado a Atalayar de primera mano todo lo que envuelve a la obra de teatro, los prejuicios internos y externos a su personaje, y su experiencia como actor racializado.Ayoub el Hilali

El personaje al que representas sufre los prejuicios en un momento en el que se potenciaron mucho hacia los musulmanes y hacia los magrebíes y los árabes. ¿Has vivido en la vida real alguna situación en la que esos prejuicios te han afectado?

Es una de las pocas cosas que tengo en común con mi personaje y es que sufrimos esos prejuicios, los prejuicios lo sufrimos en nuestro día a día. Y la respuesta es sí. La gente que me sigue lo sabe, que cada una que otra vez he colgado algo, una discriminación que ha sufrido o que ha sufrido alguna persona cercana a mí. Es algo latente y que vivimos el día a día como cuerpo racializado.

¿Te sientes identificado con tu personaje?

Sí, hay muchas cosas que me identifican con él, porque creo que es importante que, por ejemplo, este papel lo haga a un actor racializado y que sepa de lo que habla. A lo mejor he nacido en un momento en un sitio que es conflictivo, pero yo no he vivido en mi propia carne el conflicto que vive mi personaje, el que sufre el personaje. Pero sí es verdad que nosotros como hijos de inmigrantes, conocemos en primera persona todo el mundo de las guerras liberadoras. La guerra para liberar a las personas, para liberarlas ¿de qué? De esa vida que para nosotros es una vida libre, pero a lo mejor para ellos no, conoces el discurso colonizador.

Pues mira, por ejemplo, te voy a contar una anécdota cuando recibimos en la oficina la sinopsis de la obra, yo en un primer momento no quise participar. Y mira qué casualidad que acabé yo haciendo unos prejuicios contra los cuales yo lucho, acabé pecando de prejuicioso. Porque nada más leer la sinopsis dije no, pero al leer el guion, pues me di cuenta de que era un texto maravilloso, que goza de una calidad litúrgica espléndida, de una sensibilidad y con un afán de empoderar la palabra total. Y eso a mí la verdad que tiene me atrae.

Sí, de hecho, te iba a preguntar que en qué momento habías dicho “bueno, este papel lo tengo que hacer yo”.

Me propusieron hacer esta obra de teatro, yo en un principio, como he contado, estaba un poco reticente y luego una vez leí el guion, nada más acabar la última página, llamé a mi manager. Ya sabes que lo más difícil en este mundo es decir te quiero y pedir perdón, y en un alarde de honestidad, le pedí disculpas a mi representante y le dije “mira, he pecado de prejuicios, realmente es una obra y un texto sensible, interesante y empático que aboga por la unión y por el poder de la palabra. Creo que es algo muy importante para mí, para el momento en el que estoy viviendo mi carrera en este momento”. 

Creo que eso te ha venido de esos prejuicios que tú has recibido, porque muchas veces te habrán llegado papeles en los que has tenido que hacer del típico “moro” por así decirlo. 

Sí, estamos un poco ya cansados de todos estos papeles que están estigmatizados porque creo que ya es el momento de dar de acero, de dar el paso. Y es verdad que pasa por nosotros, la primera generación, los primeros artistas, los primeros cirujanos, los primeros abogados... Tenemos esa responsabilidad de dar el primer paso, entonces yo asumo mi responsabilidad con mucho cariño, con mucho orgullo, con mucho sacrificio, con sus pros y sus contras. Es nuestra responsabilidad y tenemos que perdonar. Tenemos que cambiar y siempre desde el respeto, el amor y la palabra. El poder de la palabra es algo objetivo al que ningún arma puede equipararse.

Ayoub el Hilali

¿Te has encontrado en otras situaciones en las que has dicho directamente que no porque no había vuelta atrás? O momentos en los que el guion te parecía horrible.

Sí, me he encontrado. He intentado dialogar, he intentado ir por la vía del diálogo e intentar un poco llegar a la comprensión y la empatía. Pero hay momentos en los que la cosa se va de madre y uno también tiene que ser listo e inteligente y saber decir que no o saber evitar ese conflicto. Porque si por la palabra no se puede, pues yo la verdad que hasta ahí puedo leer, porque no soy un hombre de conflicto ni de lucha física. Soy más de hablar y muchas veces ha ido muy bien, la mayoría de las veces la palabra funciona.

Hablando sobre la obra en concreto, ¿qué es lo que quiere reflejar?

Pues esta obra mantiene latente el debate, lo reactualiza y lo pone sobre la mesa. Un debate tan necesario como es el nosotros y el vosotros y cómo son los miedos. Esta obra habla del miedo desde una perspectiva universal, porque los miedos son diferentes. Cada uno tiene sus miedo, tú tienes tus miedos, yo tengo mis miedos, mi vecina, mi primo de Marruecos o mi amigo de Canadá. Cada uno tiene sus miedos, pero sí que es verdad que el miedo en esencia, la base del miedo, es universal. Entonces esta obra habla de los miedos, de tu miedo, de mi miedo, de todos los miedos. Y pone en común ese punto de partida, un punto en común, desde el que luego se desarrollan otras temáticas que están relacionadas al miedo y se gestionan a través de la palabra. Es un viaje muy bonito a nivel intelectual y es algo muy necesario porque alimenta nuestro espíritu crítico.

¿Tú crees que se podría interpretar como una denuncia y una crítica al racismo y a la islamofobia que han sufrido las personas durante y después de ese atentado? Y de los demás, como el de Barcelona y todos los que han ocurrido en Europa. 

Sí, no es una crítica directa a la islamofobia, pero es una reflexión sobre el conflicto del terrorismo. Todo parte del miedo, porque el 80 por ciento de espectadores que se sientan en la butaca para ver la función se sienten identificados con el personaje de Julie??, que es Cayetana Guillén Cuervo. Pero claro, a medida que pasa la noche y que viven con nosotros esa noche tan horrible, van descubriendo otras cosas. 

Hay una frase que dice “¿Por qué no todos somos Siria, o Palestina, o Yemen, o Túnez o Nigeria o Egipto?” Ella me dice “Porque no todos sentimos, porque no todos los miedos los sentimos igual.” Y le digo que viviríamos mejor si nos esforzamos por sentir el dolor ajeno. Y me dice que eso es imposible porque moriríamos de puro sufrimiento. Y tiene razón. Porque si yo sintiese los miedos y el sufrimiento de todas las personas igual, el de mi vecina que está enferma y que está a punto de morir, o de mi primo que murió su amigo, o el de un amigo mío en su barrio una bomba mató a 60 personas… Si sintiéramos el dolor igual, creo que tiene razón, moriríamos de puro sufrimiento. Pero eso no quita que tengamos que ser empáticos y que tengamos que sensibilizarnos con los conflictos. Porque el otro día, por ejemplo, hacer una entrevista a un 11M y me habla otro rato. Sí, porque hoy se cumple el aniversario del 11M, tal que el día 15 es el décimo aniversario de la guerra de Siria y no veo a nadie hablar de esto.Ayoub el Hilali

¿Los personajes tienen una evolución desde el principio hasta el final de la obra?

Sí, los personajes evolucionan a medida que la noche pasa, igual que el público, porque es una sola noche y el público está con nosotros desde el minuto uno hasta el minuto final. Es una montaña rusa de emociones y de sentimientos, equidistantemente a la evolución de nuestros personajes. Los personajes también van evolucionando a medida que la lucha avanza, a medida que se conocen, a medida que se mienten, que se miran, que se hablan, que se tocan y se abrazan. Es algo muy humano.

Hablando del marco general del cine, de la televisión y del teatro, ¿tú crees que las personas racializadas están incluidas de manera positiva?

En términos generales, sigo pensando y lo dije en una entrevista hace años, pero sigo pensando que la ficción está suspendida a nivel de representatividad social. Porque no, la ficción no representa al cien por cien fidedignamente a la sociedad, porque hoy en día ya tenemos periodistas, actores, cirujanos, jueces, policías que trabajan en todos los sectores, gente racializada de primera generación, cuerpos racializados, de cuerpos negros… Pero en la ficción aún seguimos con esos estigmas, esos clichés que están reflejados por un mero hecho de sensacionalismo. 

Pero también quiero lanzar una lanza a favor de la ficción ya que sí que es cierto que hay un cambio que hace diez años a hoy ha habido cambios. Estamos trabajando en ello. Somos mucha gente que estamos detrás del proyecto inclusivo en la ficción española. Este año ha sido el primer año en el que un actor negro ha subido a recoger un Goya como actor revelación. Y eso nos llena de orgullo porque después de 35 años de gala de los Goya ya está bien que un negro suba a recoger un premio Goya como mejor actor revelación. También estamos orgullosos de que una mujer, después de 35 años, suba a la palestra a recoger un premio Goya como mejor dirección de fotografía. ¿Una mujer? Sí, nunca antes había dado.  Además es una mujer racializada, de Bolivia. Eso ya me llena de orgullo y de satisfacción. Qué maravilla, qué poder, qué fuerza, es el momento para cambiar las cosas.

Para terminar y dejando el racismo a un lado, te quería preguntar sobre la obra y lo que es la pandemia, porque se está dando en mitad de la COVID-19. ¿Cómo crees que ha afectado a la cultura la situación en España?

Pues la cultura está muy fastidiada, porque como se puede observar las estadísticas en todos los números de Sanidad y del Ministerio, hacen que nos demos cuenta de que los teatros y todas las actividades culturales han sido los espacios en los que no ha habido contagios. Entonces, con esto quiero decir que la cultura segura y la cultura viva tienen continuar viva. La gente aún tiene ganas de alimentar su espíritu crítico, estamos a la restricción de aforo 50 por ciento y la gente revienta los teatros, compra las entradas… Estoy muy agradecido con las personas que hacen ese acto de amor tan bonito de ponerse la mascarilla, coger de la mano la persona que aman y ejercer ese acto de amor hacia la cultura y venir al teatro. Quedarse con la mascarilla puesta y estar atento, alimentar su espíritu, sus inquietudes y acompañarlos en la obra de teatro hasta el último momento. Y estar apoyándolos es algo que la verdad que plausible.

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