Los dos equipos españoles caen de Champions y los de Simeone podrían hasta quedar cuartos

El Bayern remata al Barça y el Atlético fracasa en un agónico final

photo_camera PHOTO/AFP - Partido entre el Atlético de Madrid y el Bayer Leverkusen de la Champions League

El Barcelona dijo adiós a la Champions por segundo año consecutivo en casa y con un 0-3 impropio de un equipo que ha activado palancas y ha reunido a grandes fichajes para evitar temporadas en blanco y evitar dejar de competir en Europa.

Los de Xavi están igual que cuando llegó el técnico canterano que parecía el salvador de la debacle deportiva e institucional. El Bayern de Múnich es uno de los mejores termómetros del fútbol europeo. Compite en una liga que no es potente, pero sabe pelear en Europa. El Barça, de momento, da la batalla en Liga, pero sufre en Europa y, según Pedri, “no tenemos nivel para esta competición”.

Ante su última bestia negra, que le ha ganado los últimos 19 partidos por tan solo dos del Barça, los de Xavi Hernández salieron derrotados ya antes del pitido inicial. Se cumplieron los presagios y el Inter goleó al Plzen 4-0 para asegurar su pase a octavos. El conjunto catalán no tenía nada que hacer y eso hizo. Ni con Koundé y Marcos Alonso como centrales fue capaz de frenar a Choupo-Moting, Mané y Upamecano que fueron, poco a poco, enfriando a la grada y a los propios jugadores.

Tras el partido la plantilla acudió al fondo donde los aficionados que quedaban en las gradas seguían animando. Una comunión extraña que no borraba el cabreo de los que abandonaban el Camp Nou con ganas de echarlos a todos, desde Laporta al último canterano.

La trampa de la Europa League es muy peligrosa porque esos “fracasados” que diría Mourinho son equipos importantes como la Juventus, posiblemente el Atlético o el Ajax con ganas de resarcirse en la segunda competición europea.

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El Atlético de Madrid de Simeone vuelve poco a poco a ser aquel del que salvó el técnico argentino. Ese que se arrastraba por la Liga entrenado por Gregorio Manzano con la etiqueta de ‘pupas’ y capaz de todo lo malo y de muy poco bueno.

El liderazgo de Simeone con la grada ha desaparecido y ya le critican abiertamente a las puertas del estadio. Puede ser su última temporada y puede ser aún peor de lo que se vivió la noche de autos en el Metropolitano.

Un estadio que quiere forjar su leyenda a base de noches épicas quedó sumido en un absoluto fracaso. El árbitro pitó el final del partido con el 2-2 y el drama en la grada. El VAR avisó después de un penalti por manos en el área del Leverkusen. Tras la tensión propia de una jugada inverosímil, Carrasco chutó y Hradecky paró el penalti, el cabezazo posterior se fue al larguero y otro remate acabó despejado por el propio Carrasco.

La tragedia invadió el estadio. Otra vez un final de un partido de Champions hundía al Atlético. Las dos finales contra el Real Madrid y ahora un pase a octavos que tampoco se pudo cumplir en el descuento del descuento.

Simeone se quedó solo en el centro del campo en una imagen parecida a aquella de Gaspart en el Camp Nou mientras los pañuelos le señalaban. En el caso del Atlético, la afición que se quedó lo hizo para animar a una plantilla devastada.

Queda otro trago amargo. El viaje a Oporto tiene que ser para ganar porque el Leverkusen recibe en casa al Brujas y una victoria del equipo de Xabi Alonso les mete en Europa League. El Oporto sabe que la victoria alemana es una vía para ser primeros si ganan al Atlético en casa. Y si todo eso se cumple, al club rojiblanco solo le quedará la Copa del Rey y lo que puedan rascar de Liga los próximos meses. Un desierto largo e imposible.

El fútbol español firmó su peor inicio de temporada en Champions. Solo sobrevive el Real Madrid. El Nápoles sigue como uno de los mejores de Europa tras el 3-0 al Rangers, también ganó el Liverpool 3-0 al Ajax.

Europa sube el nivel en una temporada extraña que volverá en febrero con un Mundial de por medio. 
 

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