Mala idea lo de mezclar fútbol y política. La UEFA ha impedido que Alemania critique a Hungría por su ley anti-LGBT iluminando los estadios con la bandera del arcoíris. Pero la propia asociación sí que ha puesto esos colores en su escudo de las redes sociales. Movimientos de cara a la galería para salvar las críticas de los diferentes colectivos.
Junio de 2021 será recordado como el mes en el que el alcalde de Cádiz José María González Santos ‘Kichi’ le quitó al estadio de fútbol de la ciudad el nombre de Ramón de Carranza. Ese recinto se terminó en 1955 y costó 11 millones de pesetas al consistorio. Se inauguro el 3 septiembre de ese año con un partido entre el Cádiz y el Barcelona que acabaron ganando los visitantes 0-4 con tantos de Kubala, Luis Suárez y dos de Villaverde. En agosto se izó la bandera franquista en lo alto y el obispo de Cádiz, Tomás Gutiérrez Díez, procedió a su bendición. Era lo habitual y lo normal en aquellos tiempos.
Hace casi un año el Ayuntamiento de Cádiz con Kichi al frente decidió aplicarle a la ciudad la Ley de Memoria Histórica y de la Ley de Memoria Democrática de Andalucía para que no quedase ni rastro del pasado en la ‘tacita de plata’. Pemán ha sido desterrado de sus calles por ser un escritor cercano a Miguel Primo de Rivera en la dictadura que tuvo España de 1923 a 1930. El escritor incluso participó en un borrador de Constitución que nunca vio la luz. Todo ello sumado a una Ley de Defensa de la República que recuerda mucho a las leyes que ahora enarbola Kichi y la izquierda española hicieron que Pemán fuese señalado hasta la fecha.
Con Ramón de Carranza hay que tener cuidado. Ramón de Carranza y Gómez-Pablos, marqués de Soto Hermoso fue un empresario gaditano y presidente del Sevilla entre 1957 y 1961. Sustituyó a Ramón Sánchez Pizjuán en el cargo. Su padre, el ferrolano Ramón de Carranza y Fernández Reguera fue militar y alcalde de Cádiz entre 1927 y 1931. Este chivo expiatorio que ha sufrido la persecución de Kichi y su gobierno. Apoyó la sublevación de 1936 y se puso del lado del Ejército de Franco. La historia cuenta el resto y Cádiz le dedicó una avenida en los años 80 que también fue depurada por la extrema izquierda en 2017. Carranza fue un militar. Defendía una trinchera y participó en una guerra cruenta entre hermanos que nunca debió ocurrir. Pero murió en 1937 a los 74 años. Un año después de estallar la Guerra Civil y a lo que se agarra la izquierda para sostener que “estuvo estrechamente vinculado a la dictadura franquista y contribuyó activamente en la política de depuración que llevó a cabo el régimen en Cádiz”.
El presente no debe juzgar el pasado. Debe entenderlo, analizarlo y sacar conclusiones. Lo que sucedió hace 80 años pasó en un contexto social determinado y así debe ser entendido. Pero Kichi llegó a Cádiz para echar a la popular Teófila Martínez con falsas promesas que no ha sido capaz de cumplir. La votación para el cambio de nombre del Estadio Municipal Ramón Carranza también ha sido manipulada por los políticos. La primera fue anulada porque desde diversos foros decidieron alterar la decisión para burlarse de la propuesta. Francisco Franco o Santiago Abascal fueron las preferencias de los hackers. En la segunda ocasión el Ayuntamiento dio por válidos 1.068 votos de los 1.270. El 25,8% eligió el nombre de Nuevo Mirandilla en referencia al primer equipo de Cádiz allá por los años 30 del siglo XX. La segunda opción fue ‘Tacita de Plata’ con el 17%; y ‘Ciudad de Cádiz’ tuvo el 15%.
Cádiz tiene 1.250.000 habitantes según el padrón de 2019. El concejal de Memoria Democrática de Cádiz, Martín Vila ha dado por bueno un proceso donde ha participado el 1% de los gaditanos. Las prisas por sacarse la foto quitando las letras del antiguo estadio para ponerle Nuevo Mirandilla apremian a una clase política que naufraga. El equipo de fútbol no se ha pronunciado. El estadio es de titularidad municipal y el club no quiere entrar en temas políticos. Vive una época de estabilidad deportiva y económica en Primera división después de años de penurias en Segunda B.
Cádiz seguirá llamando Estadio Carranza a ese estadio. Lo dicen las calles, sus gentes. Ese equipo es uno de los mayores orgullos de la ciudad junto con la Constitución de 1812, La Pepa. Hartos de políticos de izquierda y de derechas que solo han sabido sacar lustre a las calles mientras a ellos les han dejado tirados con la tasa de paro más alta de España. Siempre habrá un gol en el Carranza.