En el minuto 12 la hecatombe ya se vislumbraba en el horizonte. España eliminada, Luis Enrique a la calle, dónde estaba Ramos, Aspas en la playa… pero la historia de la selección se recondujo en aquellos años de Eurocopas y Mundial. La gloria se tocó con la mano y ahora ya sabemos el camino, si no es para repetir, al menos para acercarnos. En el minuto 12 Morata falló un penalti en la estepa de La Cartuja. Un balón colocado, arriba y a la derecha del portero Dubravka que metió la mano -dichosa mano- y mandó el balón a las lonas azules que siguen animando sin cesar.
Los fantasmas se sentaban en la grada para ver cómo España se iba por el desagüe. Hasta que llegó el héroe eslovaco para convertirse en villano. Un tiro lejano de Sarabia se estrelló en el larguero, subió, bajó y el puñetazo del portero para despejar el balón lo metió dentro de la portería donde ya esperaba Morata para celebrarlo. El portero se perdió la coordinación y, junto a Morata, fue carne de memes en Twitter por tener los mismos goles en la Eurocopa 2020. En todo caso, el champán se abrió y España se soltó para hilar un fútbol decente.

Luis Enrique sabía que si no movía el árbol no caerían frutos. No iba a asumir errores y se quitó de un plumazo a Llorente. O de lateral o al banquillo. Pues al banco. Hay quien prefiere mirar la hora en un Casio y guardar el Rolex en el cajón de la mesilla. Eric García formó junto a Laporte en la defensa. Azpilicueta jugó donde lleva haciéndolo desde que le salieron los dientes. Busquets, por fin, tomó el mando del centro del campo. Y Sarabia equilibró las internadas de Alba para dale profundidad al equipo por la derecha. El 4-3-3 seguía presente pero los jugadores lo convertían en algo más coherente.

Lo del lateral del PSG provocó el descontrol que necesitaba España en ataque. Subidas, centros y hasta disparos desde fuera del área. El 2-0 al descanso dejaba más tranquilos a los 12.000 aficionados que veían el partido desde la lejanía de la grada. Hasta les convencía el juego que más tarde calificaría de “repaso” el seleccionador eslovaco. Todo lo que se puede analizar del juego de España de cara a los octavos de final acabó al finalizar la primera parte. Eslovaquia perdió la fe y Luis Enrique fue aprovechando los goles de Sarabia, Laporte, Ferrán Torres y Kucka en propia puerta para dar minutos a otros internacionales. La afición pidió a Traoré y lo tuvo. Como para no hacer caso después de la polémica por la apatía de la selección al salir del hotel días antes. Thiago y Oyarzabal también tuvieron su oportunidad de demostrar que están listos para lo que tenga que pasar más adelante.

Polonia estuvo muy cerca de dejar a España primera de grupo. Madrid ya se veía vallando la Plaza de Colón y decretando tres días de fiesta, pero Suecia se encargó de firmar el 3-2 en el descuento y devolver a La Roja a la segunda plaza del grupo y tranquilizar la feria de emociones en la que se convierte la piel de toro. En los cruces espera Croacia el martes a las 18:00. Y lo mejor de todo es que será la ciudad de Copenhague, el Parken Stadium, donde se disputará el encuentro. Unos 20.000 espectadores pegados al césped, ambiente de fútbol para olvidar el velatorio de Sevilla.

En Croacia manda Modric. Y lo hace tirando bien del carro y marcando goles. Por allí sigue Kovacic al que el Bernabéu le guardaba un lugar especial, Vrsaljko formado a las ordenes de Simeone o Lovren campeón de Europa con el Liverpool en el Metropolitano. Los finalistas de último mundial ya no son lo que eran, aunque Perisic marca goles con la misma facilidad que lo hace en el Inter de Milán.

España ha sido criticada con razón por sus dos primeros empates. Ahora toca elogiar su juego porque el 0-5 así lo requiere. San Petersburgo podría esperar a los de Luis Enrique para jugar los cuartos ante Francia si gana a Suiza. Luego Londres para las semifinales contra Italia, Portugal o Bélgica. En la final de Wembley del 11 de julio intentarán estar Inglaterra, Alemania o Países Bajos por el otro lado del cuadro. La goleada a Eslovaquia puede ser el principio, o el fin. Nunca se sabe.