No obstante, el inesperado cierre de la planta solar no representa una amenaza importante para el suministro eléctrico del Reino

El cierre de Noor III plantea cuestiones sobre la seguridad y eficacia de las instalaciones solares a gran escala en Marruecos

Vista aérea de la central solar marroquí Noor 3 en Ouarzazate, en el centro de Marruecos - FOTO/AP
Vista aérea de la central solar marroquí Noor 3 en Ouarzazate, en el centro de Marruecos - FOTO/AP

El cierre inesperado de la planta Noor III, complejo de energía solar en Marruecos, disminuye las ambiciones del Reino en materia de transición energética. Esta decisión plantea cuestiones cruciales relacionadas con la fiabilidad de las infraestructuras elegidas y pone sobre la mesa el debate sobre la diversificación de las soluciones de almacenamiento de energía.

La central solar Noor III, ubicada en la región de Ouarzazate, se ha visto obligada a cerrar de forma urgente debido a una fuga detectada en su tanque de sales fundidas. Esta decisión, anunciada por la empresa Acwa Power, responsable de la operación de la planta, supone un duro golpe para el sector de las energías renovables en Marruecos, una industria donde el país se está posicionando como un actor clave a nivel regional e internacional.

En un comunicado oficial, Acwa Power describió este incidente como un "fallo técnico importante", destacando las considerables consecuencias financieras que podrían ascender a hasta 47 millones de dólares. Esta interrupción inesperada de las operaciones en Noor III pone de manifiesto los desafíos que enfrenta la infraestructura energética a gran escala y plantea preguntas críticas sobre la confiabilidad y seguridad de las instalaciones solares.

En este sentido, Amin Bennouna, experto en energía, explicó a L’Opinion que "la fuga detectada en el tanque de sales fundidas Noor III presenta un gran desafío”. Con un tanque del tamaño de un edificio de tres pisos, su reparación requiere un complejo proceso que durará “mucho tiempo”. “El tanque debe vaciarse, repararse y luego rellenarse, lo que lleva varios meses. Esto pone de relieve los desafíos que plantea el mantenimiento de instalaciones solares a gran escala”, señala.

Tal y como recuerda el medio marroquí, Noor Ouarzazate III destaca por su innovadora tecnología de torre central con almacenamiento de sales fundidas, diseño desarrollado por el grupo Sener.

AFP/FADEL SENNA - Un trabajador se encuentra frente a un panel solar que forma parte del proyecto de energía solar Noor 1 en Ouarzazate
Un trabajador se encuentra frente a un panel solar que forma parte del proyecto de energía solar Noor 1 en Ouarzazate - AFP/FADEL SENNA

Esta avanzada tecnología tenía como objetivo optimizar la eficiencia termodinámica y la gestión de la energía solar para satisfacer las necesidades de la red eléctrica, incluso durante los períodos sin sol. No obstante, este incidente resalta las vulnerabilidades potenciales de estos sistemas, a pesar de su sofisticación.

Sin embargo, el cierre de Noor III debido a interrupciones en el suministro no representa una amenaza importante para el suministro eléctrico de Marruecos, ya que la producción de otras centrales eléctricas de Noor y de otras fuentes de energía es suficiente para cubrir el déficit.

Bennouna subraya que Noor III, que forma parte de todo el complejo de Noor Ouarzazate, “representa una capacidad de 580 megavatios”. “En detalle del complejo, compuesto por Noor I, II, III y IV, la planta de torre de Noor Ouarzazate, que es Noor III, aporta 150 megavatios de una capacidad total de 680 megavatios”, indica. 

PHOTO/REUTERS - Planta de energía termosolar se muestra en Noor II Ouarzazate, Marruecos
Planta de energía termosolar se muestra en Noor II Ouarzazate, Marruecos - PHOTO/REUTERS 

“En términos de producción anual, todo el complejo de Noor Ouarzazate produce alrededor de 1.800 gigavatios hora al año, de los cuales la torre, por sí sola, representa alrededor del 30% de esta producción, o alrededor de 480 gigavatios hora al año”, continúa Bennouna, quien matiza que, en comparación, “la producción total de electricidad de Marruecos asciende a unos 42.000 gigavatios hora al año, lo que significa que la contribución de Noor III representa sólo el 1,5% de la producción eléctrica total del país". Por lo tanto, el analista considera que no es necesario “entrar en pánico por el cierre de Noor III debido a interrupciones en el suministro”.

El complejo solar de Noor en Marruecos utiliza tecnología solar termodinámica, lo que permite almacenar la energía en forma de calor en sales fundidas. Esta tecnología tiene la ventaja de poder almacenar grandes cantidades de energía durante largos períodos, lo que la convierte en una solución atractiva para el almacenamiento a gran escala.

No obstante, es importante resaltar que el almacenamiento en sales fundidas no almacena electricidad directamente, sino calor. Este calor luego se utiliza para producir vapor, que impulsa una turbina y genera electricidad. Este proceso implica pérdidas de energía, lo que significa que la eficiencia general del sistema es menor que la de otras tecnologías de almacenamiento.

AFP/FADEL SENNA - Una vista aérea de los espejos solares de la planta de energía solar concentrada Noor 1, próxima a la ciudad de Ouarzazate
Una vista aérea de los espejos solares de la planta de energía solar concentrada Noor 1, próxima a la ciudad de Ouarzazate - AFP/FADEL SENNA 

“Los responsables de la distribución no son partidarios de gestionar fuentes de energía variables como la solar o la eólica. Les resulta más fácil gestionar la producción cuando está almacenada”, afirma Bennouna, quien considera que lo ideal es poder producir electricidad y almacenarla para su uso posterior.

Esta cuestión, vinculada a Noor, ha generado debates ya que la tecnología elegida, la solar termodinámica, es menos común pero permite el almacenamiento. “En resumen, hay otras formas de almacenar electricidad además del almacenamiento en sales fundidas, porque este último no almacena electricidad sino calor”, comenta Amin Bennouna.

El cierre forzoso de Noor III plantea preocupaciones sobre la seguridad y confiabilidad de las instalaciones solares a gran escala, pero también brinda la oportunidad de reevaluar los enfoques tecnológicos y las estrategias de gestión de riesgos, apunta L’Opinion.

Complejo solar en Ouarzazate - PHOTO/FILE

Actualmente el mundo se esfuerza por desarrollar una transición hacia una economía basada en energías más limpias y renovables, por lo que es necesario invertir en investigación y desarrollo para garantizar la sostenibilidad y la resiliencia de la infraestructura energética del futuro

Mientras, se espera la reanudación de las actividades de Noor III, no solo por su contribución a la transición energética y la reducción de las emisiones de carbono, sino también por su papel crucial en el desarrollo económico regional. Por otro lado, es fundamental que esta recuperación vaya acompañada de medidas rigurosas destinadas a reforzar la fiabilidad y seguridad de las instalaciones solares, estimulando al mismo tiempo la innovación y promoviendo una transición energética más resiliente y sostenible.