Varios manifestantes en Trípoli y Saida intentaron asaltar sucursales del Banco Central del país

La crisis económica libanesa lleva a una ahogada población a las calles 

PHOTO/AP - Un hombre pasa con su bicicleta por delante de los contenedores de basura incendiados por los manifestantes que bloquean una carretera principal frente al edificio del Banco Central del Líbano

En las últimas semanas, la grave crisis económica se ha agravado con un nuevo desplome del valor de la moneda local, una desmesurada inflación, continuos cortes de electricidad y una importante escasez de productos básicos como medicinas, material sanitario y combustible están sumiendo a el Líbano en una profunda crisis sin precedentes. 

Las deudas están ahogando a un país que ve cómo su ciudadanía inunda las calles de protestas y caos día sí y día también reclamando unas condiciones de vida mínimamente dignas. Ante la incapacidad y el inmovilismo de la clase política, varios manifestantes libaneses intentaron asaltar las oficinas del Banco Central de las ciudades de Trípoli y Saida, la noche del sábado 26 de junio, según informo la agencia nacional de noticias ANI. Estos movimientos de protesta son causados por un nuevo mínimo histórico en el mercado negro de la libra libanesa. 

PHOTO/REUTERS - Protesta, después de que el Banco Central del Líbano dijera que iba a detener los retiros bancarios de las cuentas en dólares a una tasa fija baja, en Antelias, Líbano 3 de junio de 2021

Los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad en la ciudad de Trípoli, en el norte de la nación mediterránea, causaron heridas a 18 civiles y militares, cuatro de los cuales tuvieron que ser traslados a hospitales de la zona, según informo la agencia oficial, que cita a la sala de Operaciones de la Autoridad de Emergencias de Trípoli, no precisó qué de incidentes causaron este balance de victimas ni detalló cuantos de ellos eran militares y cuantos civiles. Sin embargo, el Ejército confirmó en un comunicado que nueve de sus efectivos resultaron heridos después de que dos jóvenes a bordo de una motocicleta les lanzasen granadas aturdidoras durante las protestas en Trípoli. 

En Trípoli, decenas de manifestantes marcharon para denunciar la devaluación de la moneda y “las difíciles condiciones de vida”, según ANI. Los manifestantes lograron “arrancar la verja de hierro de una sucursal del Banco del Líbano y entra al patio exterior”, pero “el Ejército les impidió” llegar al edificio.  Los manifestantes también prendieron fuego a la puerta del Serail, la sede de la Gobernación del norte, según un corresponsal de la AFP, mientras que otros manifestantes se concentraron frente a las respectivas viviendas de dos diputados e intentaron en vano abrirse paso, a pesar de la presencia de los guardias. “Cuando los manifestantes llegaron frente a la casa del diputado Mohamed Kabbara, se oyeron disparos que provocaron una estampida, mientras el Ejército intervenía para desalojar a los manifestantes”. 

AFP/ANWAR AMRO  -   Un hombre se encuentra junto a unos neumáticos en llamas en una barricada improvisada por manifestantes antigubernamentales junto a la mezquita de Mohammed al-Amin en la Plaza de los Mártires, en el centro de la capital libanesa, Beirut

Desde inicios de la crisis una de las peores del mundo desde 1850 según el Banco Mundial-, que se produjo en otoño de 2019, la libra libanesa se ha desplomado frente al dólar. Hace apenas diez días, había alcanzado un mínimo histórico, con un tipo de cambio en el mercado negro que rondaba las 15.500 libras por dólar. El tipo de cambio oficial, observado desde hace más de dos décadas, sigue fijado en 1.750 libras por dólar. Este descenso supone la mayor crisis que haya atravesado el país desde la guerra civil (1975-1990) y representa una pérdida del 90% de su valor en un período de menos de un año; situándolo, según la revista Euromoney en el número 16 de 18 de la zona MENA, por detrás de Yemen y Siria.

La crisis va acompañada actualmente de una escasez de combustible, que provoca interminables colas frente a la gasolinera. El país experimenta una explosión de desempleo e inflación, que han conducido rápidamente a un empobrecimiento a gran escala, con la mitad de la población viviendo ya por debajo del umbral de la pobreza, según la ONU. 

AFP/ JOSEPH EID  -   Vehículos haciendo cola para obtener combustible en una gasolinera de Beirut, capital de Líbano, el 11 de junio de 2021, en medio de una grave escasez de combustible

En un intento de atajar las colas kilométricas para repostar que se registran en la nación del cedro, el Gobierno interino dio luz verde a subsidiar el combustible a 3.900 libras por un dólar, en vez de al tipo de cambio oficial de 1.500 libras que se venían aplicando, si bien en el mercado negro roza las 17.000 por un billete verde. El momento podría traducirse en un aumento de la cantidad de gasolina disponible en las estaciones de servicio, pero se teme que provoque también una subida del precio del litro y, por ende, de todos los productos que necesitan ser transportados hasta el punto de venta. 

Asimismo, el Banco Mundial (BM) publicaba un informe sobre la situación económica del país donde criticaba duramente a la élite política, que tachaba de corrupta y culpaba de la agónica situación por la que pasa el Líbano al ser incapaces de acordar medidas para paliar la crisis. 

PHOTO/DALATI & HOHRA via REUTERS - El primer ministro libanés designado, Saad al-Hariri, se reúne con el presidente libanés, Michel Aoun, en el palacio presidencial de Baabda, Líbano

"Constatamos el derrumbamiento dramático del país, la incapacidad de las clases políticas de reactivar el país y el drama de que este país desaparezca", apuntó el ministro francés de Exteriores, Jean Yves Le Drian. Así, avanzó que ambos países ejercerán iniciativas "fuertes" que son "indispensables para desbloquear la situación", "por respeto al pueblo libanés". "Estados Unidos, Francia y la comunidad internacional están dispuestos a ayudar al Líbano, pero un Líbano que se comprometa a un cambio real. Necesitamos ver un liderazgo real de parte de Beirut", a favor de una mayor transparencia y del "fin de una corrupción endémica que causa tantos problemas", dijo su homólogo estadounidense, Antony Blinken.

Mientras el país esta cerca de conmemorar el primer aniversario de la explosión en el puerto de Beirut el 4 de agosto, en la que murieron más de 200 personas, el Líbano se hunde en una grave crisis económica y financiera. Con los principales lideres discutiendo sobre la formación de un gabinete en este país regido por el confesionalismo. Las protestas en las calles no son los únicos quebraderos de cabeza a los que se enfrenta el Líbano.  

Desde que tuviese lugar la explosión en la capital del Líbano, las repercusiones han estado presentes en todos los ámbitos posibles. Las primeras consecuencias llegaron tan sólo unos días después con la dimisión del primer ministro, Hassan Diab, que ha dejado descabezado un país que atraviesa ahora sus peores momentos. Y es que el bloqueo que vive ahora mismo el Estado libanés representa una encrucijada de la más alta complejidad. El enfrentamiento entre el primer ministro, Saad Hariri, y el presidente, Michel Aoun, mantiene en vilo a una sociedad que espera a la formación de Gobierno para poder acceder a las ayudas internacionales, que tan desesperadamente necesita. 

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