La crisis del sistema monetario de Yemen profundiza la pobreza en el país

El conflicto en Yemen no solo ha fragmentado el territorio, sino que ha dado origen a un sistema monetario paralelo que exacerba la pobreza y agrava la crisis humanitaria en el país. La división entre las zonas controladas por los hutíes en el norte y las administradas por el gobierno reconocido internacionalmente en el sur ha provocado marcadas disparidades en los tipos de cambio, el poder adquisitivo y el acceso a bienes básicos, especialmente durante el mes de Ramadán.
Desde el estallido del conflicto en 2014, la economía de Yemen se ha visto arrastrada a un abismo de inestabilidad. Los hutíes, que controlan la capital Saná, prohibieron el uso de los nuevos billetes de riyal yemení emitidos por el gobierno del sur con sede en Adén, creando así dos sistemas monetarios distintos. Esta división ha provocado una divergencia alarmante en el tipo de cambio: mientras que en el norte el riyal se cotiza a 535 por dólar, en el sur la cifra se dispara hasta los 2.330 riyales por dólar.
Las consecuencias de esta disparidad son devastadoras para los ciudadanos. Abu Bakr al-Sayed, residente de Adén, describe cómo ha perdido entre el 60 % y el 70 % de su poder adquisitivo. “Las condiciones de vida se han deteriorado mucho debido al colapso de la moneda y a la división entre Saná y Adén en cuanto al valor del dólar y otras divisas”, explica.
La crisis monetaria también ha afectado gravemente las transferencias de dinero dentro del país. El periodista Ali Al-Gharbani señala que enviar 100.000 riyales desde Adén a Saná resulta en la pérdida de hasta el 80 % del valor, un reflejo de la desintegración financiera que ha afectado tanto a individuos como a empresas.
Las justificaciones de ambas partes refuerzan la complejidad del conflicto. Los hutíes defienden la prohibición de los nuevos billetes como una medida para frenar la inflación, mientras que las autoridades de Adén argumentan que la impresión de dinero desde 2017 ha sido necesaria para pagar salarios y mitigar la crisis de liquidez.

El director de la Asociación de Bancos de Yemen, Mahmoud Qaed, subraya los enormes desafíos que enfrentan las instituciones financieras en un país dividido y ha pedido proteger al sector bancario del conflicto político. “Hemos hecho numerosos llamamientos a organismos internacionales y a las autoridades monetarias de Adén y Saná, instándolos a colaborar para mantener el sector bancario alejado de las tensiones políticas y permitir que opere profesionalmente al servicio de todos los ciudadanos”, declara.
Mientras tanto, la población sigue soportando el peso de esta crisis. Durante el Ramadán, la tradición de generosidad y hospitalidad choca con la dura realidad del aumento de precios y la disminución de ingresos. Yemen vive hoy no solo la tragedia de una guerra armada, sino también la de una guerra monetaria que fragmenta el país y perpetúa la miseria de su gente.