Según la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la producción mundial de arroz para la campaña 2022-2023 se pronostica en 516 millones de toneladas, un 1,6% por debajo de la producción año anterior. Es la menor producción mundial desde la campaña 2019-2020.
LA FAO ha pronosticado que las existencias mundiales de cereales al final de las campañas de 2023 disminuyan un 1,2% con respecto a sus niveles iniciales, alcanzando los 844 millones de toneladas, debido a la reducción prevista de las existencias mundiales de cereales secundarios y arroz, que contrarrestan el aumento de las existencias de trigo. Si bien se ha previsto que aumente la producción en Bangladesh, Sri Lanka, Tailandia y Uzbekistán, se reducirá en Argentina, Brasil, Cuba, la Unión Europea y Vietnam. El pronóstico de la FAO sobre la utilización mundial de arroz en la campaña 2022/23 se ha elevado a 520 millones de toneladas.
China es el mayor productor mundial de arroz, ya que cosecha el 25% de la producción mundial de arroz. La producción total de arroz en el país ha aumento en 20 años más de 178 megatoneladas a 213 en 2021. El aumento en la producción de arroz se atribuye a muchos factores, incluido un aumento en las áreas irrigadas, variedades de arroz de alto rendimiento, uso de agroquímicos, etc

En España se producen más de 720.000 toneladas de arroz al año, siendo el mayor productor de arroz de la Unión Europea, detrás de Italia. En 2018, el 78,6% de las exportaciones españolas de arroz se dirigió a países de la Unión Europea concentrándose en países como Bélgica con un 25,6% o Reino Unido con un 15,8%. Andalucía, produce más de un tercio de la producción de arroz del país. Sin embargo, las sequías del año pasado hicieron que la producción decayese. En 2023, si no llueve en abril y mayo, las cosechas de arroz podrían verse gravemente mermadas en toda la Península.
La producción de arroz afecta a la seguridad alimentaria y a la situación socioeconómica de la mitad de la población mundial debido a que es el segundo cereal más consumido del planeta. Así pues, es uno de los principales alimentos básicos en Asia, África del Oeste y América Latina. Por ello un aumento desmesurado de sus precios puede causar graves consecuencias en la seguridad alimentaria de las poblaciones más pobres de estos tres continentes. En todo el mundo, aunque los precios internacionales se han moderado en 2023, los precios de los alimentos a nivel local se mantienen altos y siguen dificultando gravemente el acceso a los mismos.

Según la FAO, 45 países necesitan ayuda alimentaria externa este año. La perspectiva de una sequía persistente en África oriental suscita gran inquietud por los niveles de inseguridad alimentaria aguda. De acuerdo con Naciones Unidas, hasta 828 millones de personas no están seguras de dónde vendrá su próxima comida. Según Acción contra el hambre, de 2019 a 2022, la cantidad de personas desnutridas aumentó hasta en 150 millones, una crisis impulsada en gran medida por los conflictos, el cambio climático y la pandemia de COVID-19. Los conflictos, las crisis económicas, los extremos climáticos y los precios de los fertilizantes en alza se combinan para crear una crisis alimentaria de proporciones sin precedentes.

El arroz es uno de los cultivos que más agua consume a nivel mundial, alrededor de unos 2.500 litros son necesarios para la producción de 1 kilogramo de este cereal. Es por ello por lo que las sequías están haciendo que su producción se vea comprometida. La mayoría de las grandes producciones de arroz se dan en zonas tropicales o fluviales.
Actualmente, más de 733 millones de personas, aproximadamente el 10% de la población mundial, viven en países con estrés hídrico alto y crítico. La escasez de agua, la sequía, las inundaciones, la contaminación y otros impactos de la crisis son desafíos clave para la agricultura y el desarrollo rural sostenibles. Los desafíos en la agricultura están aumentando por el cambio climático, la degradación desenfrenada de los ecosistemas que sustentan la producción de alimentos, el rápido crecimiento de la población y el acceso desigual a los recursos.