El Parlamento de Marruecos celebrará este miércoles una sesión para debatir la subida del precio de los carburantes. Desde que inició la guerra en Ucrania el valor de la gasolina se ha disparado en el Reino, al igual que en muchos otros países. De acuerdo con datos del Tesoro del Reino recogidos por Le360, el IVA sobre las importaciones de productos energéticos ha aumentado un 27 % durante los dos primeros meses de 2022.
Esto ha provocado malestar dentro de algunos sectores del país, como los transportistas, que a mediados de marzo convocaron huelgas para expresar su descontento. Como respuesta, Rabat anunció medidas para compensar la subida de precios.

Con el objetivo de seguir buscando soluciones a la actual crisis, la Cámara de Representantes llevará a cabo esta sesión, donde la ministra de Transición Ecológica, Leila Benali, estará presente. El debate parlamentario se pospuso la semana pasada, una decisión criticada por la oposición política, quien acusó al Gobierno de “evasión” y de “intentar eludir” esta cuestión. Durante el miércoles, además del alza en el precio de los combustibles, se abordará el programa del Ejecutivo y las medidas para el fortalecimiento de la seguridad energética.

El primer ministro marroquí, Aziz Akhannouch ha reconocido las dificultades actuales que atraviesa la nación, aunque también ha trasmitido un mensaje de tranquilidad. Además del alto precio de los carburantes, la invasión rusa de Ucrania ha provocado un incremento en el coste de algunos alimentos como el trigo, ya que la mayor parte de las exportaciones que recibe Marruecos de este cereal provienen de Ucrania, considerado el granero de Europa. Además del continente europeo, muchos países del norte de África dependen del trigo ucraniano. En este sentido, Egipto también está sufriendo las consecuencias del conflicto.

“No estamos en una situación común. Las cosas están siendo complicadas y hay un problema con el suministro de materias primas, cuyos precios han subido de forma importante, como la energía y los alimentos, especialmente los cereales, y una serie de materiales que son de interés para el sector de la construcción”, reconoció Akhannouch en declaraciones recogidas por el periódico Al-Arab. Además de los problemas exteriores que afectan directamente a Marruecos, el país también está sufriendo un importante desafío interno: la peor sequía en las últimas tres décadas.
No obstante, Akhannouch también ha querido enviar tranquilidad al pueblo marroquí, asegurando que, pese a la crisis mundial y sus repercusiones en Marruecos y en el mundo, "los productos son abundantes y el país cuenta con la organización suficiente para abastecer estos materiales".

Desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania todos los países dependientes de materias ucranianas han desarrollado medidas para paliar los efectos de la guerra. En el caso de Marruecos, el Gobierno ha hecho un esfuerzo de importación de grandes cantidades de trigo, entre enero y febrero, algo que reforzará el volumen del almacenamiento de los graneros del país, tal y como explicó el portavoz gubernamental, Mustafa Baitas a finales de febrero. “Habrá un impacto en los precios, pero eso no afectará el aprovisionamiento de nuestro mercado. El Gobierno va a soportar el coste de esta factura de los precios”, afirmó, según EFE.