España se va la 'conquista' económica de Túnez

Por Mohamed Sahli
Foto: El primer ministro de Túnez, Mehdi Jomaa.
Túnez no es sólo un país encantador y de gente amable y pacífica o un destino turístico para las clases medias europeas. El país que hace más de tres años demostró a los pueblos del denominado mundo árabe que la democracia es posible en una región golpeada durante tiempo por dictadores sin escrúpulos, adoptó una Constitución democrática este año y construye un sistema parlamentario sólido en el que participan los islamistas del partido Ennahda y los laicos de todas las tendencias políticas. Túnez acabó con el sátrapa Zine El Abidine Ben Ali y su clan familiar de corruptos y ladrones, pero sigue teniendo problemas políticos, sociales y económicos. La democracia no ha traído automáticamente bienestar y trabajo, en los aparatos del Estado hay represores y altos funcionarios del antiguo régimen y el terrorismo yihadista acecha al país. Pero el nuevo Túnez se abre camino y está siendo un ejemplo de transición democrática para países del norte de África y de Oriente Próximo. Asimismo, Túnez necesita intensificar la cooperación con los países europeos, sobre todo con los que mantienen mayor vínculo histórico con el Magreb: España, Francia e Italia. En este contexto, en los últimos años, España ha incrementado su presencia económica en el pequeño país magrebí y los expertos se muestran optimistas sobre el futuro de las relaciones hispano-tunecinas. A pesar de las incertidumbres políticas y sociales, "las empresas españolas están haciendo pie en Túnez desde el año 2011", asegura un experto económico tunecino. La presencia económica española en Túnez todavía es modesta, pero en 2011, España superó la cifra de 60 empresas con capital español en el país árabe que daban trabajo a unas 5.000 personas. El textil, el sector turístico y cementero y los productos de bienes de consumo perecederos conforman el grueso de la inversión española en el país magrebí. "Desde 2011, muchas empresas españolas han expresado su interés por instalarse en Túnez, y algunas lo han hecho", asevera el citado experto. España es el octavo inversor internacional en Túnez y el quinto socio comercial.
Esfuerzo diplomático tunecino
La diplomacia tunecina, desde 2012, está haciendo grandes esfuerzos por atraer inversores españoles a su país. Las posibilidades son enormes, sobre todo en el sector de las TIC (Tecnologías de la Información y de la Comunicación), donde España es líder en el mundo occidental. España dedica a las TIC el 9,6% del gasto público en I+D, cifra que se sitúa por encima de la media de la UE (6,6%) y del nivel de Japón (9,1%) y Estados Unidos (7,9%). Túnez quiere también que España intensifique la cooperación en materia de investigación científica, educación superior, asuntos sociales, finanzas, agricultura y servicios. Sin olvidar la industria química de extracción de fosfatos y la producción de energía eólica y la desalinización de agua de mar, dos sectores donde España también ejerce un liderazgo. En este sentido, España está interesada en varios proyectos de envergadura: la construcción de una central eléctrica de ciclo combinado y de una refinería de petróleo, la creación de una decena de zonas logísticas, la mejora de puertos y la inversión en polos tecnológicos y en 10 grandes proyectos turísticos. Túnez, que es una de las puertas de entrada al mercado africano, ofrece muchas facilidades a los inversores. Por ejemplo, la Ley de Finanzas Complementarias de 2012 ofrece ventajas durante cinco años a empresas extranjeras que contraten trabajadores cualificados tunecinos. El nuevo Código de la Inversión busca reforzar los mecanismos de financiación para pequeñas y medianas empresas, así como la creación de polos tecnológicos especializados en nuevas zonas, aumenta la transparencia de las licitaciones, simplifica los procedimientos administrativos, evita la corrupción y aumenta la cooperación entre el sector público y privado. Los responsables tunecinos están convencido de que España aún no ha desarrollado todo su potencial inversor en Túnez. Asimismo, la diplomacia tunecina también se esfuerza por acercarse a la realidad de las comunidades autónomas españolas, incrementado, por ejemplo, los viajes institucionales de responsables políticos y empresarios regionales de diversos sectores al país norteafricano.
Inversiones problemáticas
El analista financiero internacional Guillaume Almeras señala que entre 2006 y 2012, las inversiones extranjeras en Túnez crearon casi 60.000 empleos directos. En 2012, los cinco principales inversores extranjeros fueron Catar (48% del total invertido), Francia (24%), Italia (8%), Alemania (6%) y Kuwait (2%). En 2012, Francia generó el 36% de las creaciones de empleo. En segunda posición se colocó Italia (18%), y después Alemania (16%), Bélgica (5%) y Suiza (3%). Almeras considera un factor positivo la inversión extranjera, pero lamenta que muchos de los puestos de trabajo creados sean precarios. Así las cosas, los países con mayor presencia económica en Túnez son Francia, Italia, Alemania, Bélgica y Reino Unido. En el sector manufacturero, España se sitúa en cuarta posición, por detrás de Francia, Italia y Reino Unido y por delante de Alemania. Almeras cuestiona "el mito de los centros de llamadas" deslocalizados desde Europa -los famosos 'call centers'- porque han creado pocos puestos de trabajo, y considera que la solución triangular (UE-países del Sur del Mediterráneo y Golfo Pérsico) para el desarrollo de Túnez es "un espejismo", porque muchas inversiones sólo buscan el beneficio a corto plazo. Almeras se decanta por un flujo inversor más responsable y a largo plazo, que busque la obtención de beneficios pero también el desarrollo duradero y equilibrado de Túnez.