Cuando en la Unión Europea está abierto el debate sobre qué energías se podrán etiquetar como renovables y, por tanto, contar con apoyos financieros, Francia no relaja su política de apoyo hacia a la producción eléctrica basada en el átomo. Quiere atraerse apoyos para las votaciones que dirimirán si gana el grupo que lidera París o el que encabeza Berlín y Madrid, aunque los responsables de la política energética española son más reacios que los alemanes en el apoyo al gas natural.
La batalla energética se desarrolla también en Bruselas. En esta línea, el ministro de Economía, Finanzas e Industria de Francia entre 2005–2007, ahora comisario europeo del Mercado Interior, Thierry Breton, ha manifestado que la transición hacia una energía libre de emisiones de carbono en la Unión Europea requiere la participación de la energía nuclear para que se puedan cumplir con los objetivos establecidos. Estrategia que conlleva inversiones por un importe de medio billón de euros en nuevos reactores atómicos de aquí a 2050.

Esa cifra implica destinar unos 20.000 millones de euros al año para la instalación de reactores de nueva generación, que se unirían a los 50.000 millones necesarios para mantener el funcionamiento y mejorar las centrales nucleares que están ahora en funcionamiento, según puntualiza el comisario francés en una entrevista publicada por el diario Le Journal du Dimanche.
Thierry Breton señala que, si la nuclear es integrada en el grupo de energías verdes, el mercado financiero recibirá una señal que posibilitará que los proyectos relacionados cuenten con una financiación favorable. El objetivo que se plantean los defensores del átomo es competir, no solo en el Parlamento Europeo, sino también en los mercados con los promotores de la eólica y solar, y que demandará cientos de miles de euros en los próximos años.

Cuestión relevante para Francia, ya que el presidente, Emmanuel Macron, que se descanta como posible ganador en las elecciones que se celebrarán en abril, anunció un plan para la construcción de reactores que renovarían el parque nuclear actual que suministra el 70% del suministro eléctrico de los franceses. Porcentaje muy diferente al 26% del conjunto de la UE.
Chequia, un aliado de Francia en política energética en Bruselas, ha anunciado que eliminará gradualmente la producción eléctrica con carbón, que genera el 50% de la consumida por las ciudadanos checos. Será sustituido por nucleares y renovables.