Los peores escenarios se han hecho realidad. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha atacado Ucrania en lo que ya se ha denominado como un “ataque masivo”, una ofensiva que ha comenzado en la madrugada del jueves y que ya ha dejado varias víctimas mortales como consecuencia de los bombardeos.
Estos ataques comienzan a dejar los primeros efectos. Entre ellos la economía ha sufrido una de las consecuencias más preocupantes después de que el mercado del gas se haya disparado en un 30% mientras que el precio del petróleo continúa subiendo en un 6%. Asimismo, las bolsas siguen sufriendo graves caídas, registrándose la más grave en la Bolsa de Moscú con una caída del 25%.

En cuanto al sector energético ruso, la compañía rusa de gas Gazprom ha sido una de las mayores damnificadas, desplomándose en un 30%. Junto a Gazprom, la empresa petrolera Lukoil ha sufrido una caída del 25%, lo que afecta directamente a la subida en el precio del petróleo. En esta línea, el jefe de estrategia de materias primas de ING Groep NV, Warren Patterson, citado por la agencia Bloomberg, ha indicado que “el empeoramiento de la situación en la crisis de Ucrania ha llevado los precios del crudo al nivel de $100 por barril. El mercado del petróleo ahora esperará a ver cómo Occidente los países responderán a las últimas medidas rusas”.
Este mismo desplome se ha vivido en el mercado de divisas donde el rublo se ha visto gravemente afectado tras depreciarse más de un 8% en comparación con el dólar. En cuanto al euro, la moneda rusa ha sufrido un descenso de un 7%, situándose hasta 98.5 rublos por cada moneda única.

Ante esta situación el Banco Central de Rusia ha iniciado una serie de intervenciones en el mercado de divisas y ha aprobado una serie de operaciones que prometen aportar liquidez adicional al sector bancario. Además de estos sectores, el mercado de las materias primas, en el que Rusia es un proveedor clave, se ha disparado tanto en el ámbito energético como en el sector primario, donde el precio del trigo ha subido en un 6%, seguido del maíz o la soja que continúa avanzando en un 5%.
En este sentido tanto Rusia como Ucrania exportan el 29% de las exportaciones a nivel mundial que se producen en torno al trigo, el maíz (19%) y el aceite de girasol (80%), un mercado en el que Egipto y Turquía son los mayores importadores.

Europa se prepara para frenar a Rusia a través de un importante paquete de sanciones. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, ha informado que se está aprobando una serie de “sanciones severas enfocadas en sectores estratégicos de la economía rusa bloqueando su acceso a tecnologías y mercados que son clave para Rusia. Debilitaremos la base económica de Rusia y su capacidad de modernización. Y, además, congelaremos los activos rusos en la Unión Europea y bloquearemos el acceso de los bancos rusos a los mercados financieros europeos”, ha afirmado.
Von der Leyen defiende, además, que “millones de rusos no quieren la guerra”, por lo que insta a Putin a dejar de “poner en riesgo el futuro de Europa” y le pide “que se vaya del territorio”. Además, señala que "no permitiremos que sustituya el imperio de la ley por el imperio de la fuerza. No debe subestimar la fuerza de nuestras democracias”.

Por otro lado, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell señala que “nos encontramos en el peor momento desde el fin de la Segunda Guerra Mundial” ya que “una potencia nuclear ha atacado a su vecino y amenaza a quien le ayude. Es la mayor violación de la ley internacional y está costando vidas con consecuencias incalculables. La UE quiere responder”.
Sin embargo y a pesar de las sanciones, Rusia lleva preparándose un largo tiempo para poder hacer frente a estas repercusiones. El gobierno de Putin ha conseguido acumular importantes reservas de divisas, además de haber recortado parte de sus presupuestos para mantener su economía a raya. El pasado enero las reservas internaciones de Putin en divisas y oro consiguieron alcanzar niveles récord situándose en un valor de más de 630.000 millones de dólares, lo que puede ayudar a soportar un régimen de sanciones.

Aun así, cabe recordar que a pesar de la importante inversión militar que Rusia ha ido realizando en estos últimos años y de ser una de las principales potencias nucleares, la economía rusa está estancada y su PIB no consigue crecer más allá del 1% o 2% anual. Los ataques rusos no son en ningún escenario positivos para el mundo, pero tampoco lo son para Rusia, un país que intenta recuperar el “honor del imperio” bajo herramientas coercitivas que, si bien no consiguen su fin, servirán para desestabilizar Europa, otro objetivo que el Kremlin persigue.