El regreso de las precipitaciones al país norteafricano está esperanzando a los agricultores quienes ven cómo se pueden salvar las cosechas de 2022, hasta ahora amenazadas

Lluvias en Marruecos: una inyección de moral para los agricultores

photo_camera PHOTO/ARCHIVO - Los cereales marroquíes renacen gracias a las precipitaciones

En las últimas semanas, Marruecos, que estaba sintiendo una sequía sin precedentes, ha registrado fuertes lluvias, proporcionando un crecimiento en la moral del sector agrícola. Entre el pasado viernes y el sábado, según la Dirección General de Meteorología, se registró más de 100mm de lluvia en ciertas regiones. Tras una etapa difícil marcada por la inflación, el mundo agrícola alimenta así la esperanza de una buena campaña, siempre que las lluvias sean regulares en el tiempo y bien distribuidas en las diversas cuencas agrícolas del país. Estas precipitaciones deberían continuar según las previsiones pudiendo alcanzar niveles que permitan sacar adelante las cosechas del presente año. 

Los embalses del Reino alcanzaron un 24% de su capacidad, aunque se espera que aumente debido a las precipitaciones que se prevén, que continuarán toda la semana. El efecto de dichas lluvias se verá afectado, principalmente, en los cultivos de cereales. Según Mohamed Benata, ingeniero agrónomo, doctor en Geografía y presidente del Espace de Solidarité et de Coopération de l'Oriental (ESCO), el cereal era el cultivo que estaba a punto de perderse y aseguró que nos encontramos en el momento ideal para trabajar en el suelo, las semillas y la preparación de la cosecha de cereales.  

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"Realmente no es demasiado tarde para estas lluvias. Es cierto que lo ideal hubiera sido que las primeras gotas llegaran a mediados de noviembre, pero aún no se ha perdido nada", afirmaba Abdelmoumen Guennouni, ingeniero agrónomo. “Los costos de siembra son particularmente elevados este año dado el contexto nacional e internacional marcado por una inflación casi generalizada que afecta a varios productos, incluidos los insumos agrícolas. Además, "los agricultores que reservaban parte de sus cosechas anteriores para la siembra se vieron obligados a buscar todas las semillas del mercado debido a los sucesivos episodios de sequía", subraya el ingeniero agrónomo. 

Según Abdelmoumen Guennouni, esto no tendrá un impacto real en el rendimiento de los cultivos de cereales. Los fertilizantes basales tienen una acción lenta y liberan sus nutrientes en el suelo de forma gradual. Bajos en nitrógeno y ricos en fósforo, potasio y oligoelementos, los fertilizantes basales compensan el agotamiento del suelo y lo preparan para cultivos futuros. “Los agricultores compensarán con fertilizantes de cobertura. El estiércol de cobertura es, en realidad, la adición de fertilizante mineral a la superficie de los cultivos ya establecidos, a diferencia del estiércol de base que se incorpora al suelo cuando se plantan los cereales”, agregó. 

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“La fertilización nitrogenada es la única que se puede utilizar como cobertura, ya que todo el fósforo y la potasa se aplican normalmente en el fondo, antes de la siembra”, explica Guennouni. Para Saïd Lahrech, un buen rédito de los cultivos de cereales depende sobre todo de las precipitaciones, que son regulares en el tiempo y en el espacio. Además de los cultivos de cereales, las lluvias actuales tendrán un impacto positivo en cultivos extensivos como el tomate y la patata. Del mismo modo, dice Guennouni, la arboricultura se beneficiará, ciertamente no para esta temporada, sino para la próxima campaña. 

En este sentido, Benata lamentó la falta de datos sobre las aguas subterráneas en Marruecos. “El Ministerio de Equipamiento debe facilitarnos este dato, ya que proporciona la situación de las presas. Porque las aguas subterráneas representan las reservas estratégicas del país, a las que recurrimos en caso de sequía precisamente cuando hay más agua en la superficie, sobre todo para el agua potable”, analizó. El ingeniero agrónomo vuelve así a la afirmación del ministro de Equipamiento y Agua, Nizar Baraka, quien indicó ante la Cámara de Consejeros en julio que el 91% de los pozos excavados a nivel nacional son clandestinos. 

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Es decir, cualquier persona con los medios económicos puede cavar un pozo y empezar a bombear agua en masa. “Si caemos en otro año de sequía, que no queremos, no encontraremos agua para beber. La agricultura ha agotado nuestra capa freática. Pero los datos sobre el estado de nuestra capacidad freática no se actualizan como se hace con las represas. Ahora nuestras políticas deberán revisar la gestión de nuestros recursos hídricos. Es necesario controlar y supervisar la perforación de cada pozo a través de medidores para controlar nuestros niveles freáticos, para tener una idea y no caer en una crisis cuando necesitemos nuestras reservas estratégicas”, abogó el experto. 

Recapitulemos que, según la Dirección General de Meteorología, se pronostican lluvias localmente fuertes y en ocasiones tormentosas (20-80 mm) para este inicio de semana en varias provincias del Reino. Así, las lluvias que oscilan entre 20 y 35 milímetros deberán alarmar a las provincias de El Jadida, Safi y Essaouira. En el norte, las lluvias también afectarán a las ciudades de Chefchaouen, Larache, Ouezzane y Sidi Kacem además de Fahs-Anjra, Tánger-Assilah, Taounate, Tetuán y Kenitra. 

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