Durante los próximos cuatro años, se planea aumentar los impuestos a las empresas con ganancias anuales de más de 100 millones de dirhams en los presupuestos del Estado de Marruecos. Como parte de las reformas tributarias iniciadas de cara al presupuesto de 2023, el ministro de Hacienda anunció que los bancos y las aseguradoras deberán pagar un impuesto del 40% de sus utilidades hasta 2026.
Para ello, primero hemos de saber que el sistema fiscal marroquí comprende tres tipos de tributos: impuestos, tasas y contribuciones especiales. En Marruecos, existen dos niveles de imposición, el estatal y el local. La Administración Central gestiona la emisión y recaudación de los impuestos locales, cuyos ingresos entrega a los municipios. En 2007 se aprobó el Código General de Impuestos que incluye la normativa relativa al impuesto de sociedades (IS), el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF), el impuesto sobre el valor añadido (TVA) y los derechos de registro y timbre. Anualmente la Ley de Finanzas (equivalente a la ley de Presupuestos Generales del Estado) modifica este Código introduciendo nuevas disposiciones en materia fiscal.

El ministro de Finanzas, que presentó las cifras presupuestarias al Parlamento la semana pasada, dijo que también aumentarían los impuestos sobre los productos azucarados. Marruecos subvenciona el azúcar, así como el gas para cocinar y la harina. Pero este año ofreció subsidios a aerolíneas especializadas para mantener los precios estables y subsidios a agricultores y empresas turísticas para ayudarlos a recuperarse del impacto de la pandemia, por valor de 23,5 millones de dólares. En general, se espera que el gasto en subsidios se dispare a unos 4.000 millones de dólares, incluidos 3.200 millones de dólares para el fondo de subsidios (gas para cocinar, harina y azúcar).
Si bien tradicionalmente en Marruecos, al igual que en muchos países emergentes, los ingresos en concepto de impuestos indirectos eran superiores al de los impuestos directos, desde 2004 el volumen de los segundos supera levemente el de los primeros.
La Ciudad Financiera de Casablanca también tendrá que prepararse para impuestos más altos junto con zonas económicas libres a medida que Marruecos presiona para alinearse con los criterios de transparencia fiscal para evadir las listas grises. En tanto, el ministro de Hacienda dijo que se reducirá el impuesto a la renta de la clase media y los pensionados. Estas medidas ayudarán a reducir el déficit fiscal de 5,3% en 2022 a 4,5% el próximo año. El Gobierno también ha destinado 300.000 millones de dirhams para inversiones públicas. El rey marroquí ha instado al Gobierno a atraer 550.000 millones de dirhams en inversiones para crear 500.000 puestos de trabajo para 2026.

El sector agrícola está exento del pago de todo tipo de impuestos directos o indirectos, medida que deriva de los efectos negativos derivados de las sequías registradas a principios de esta década. Así, se aprobó la exención del impuesto sobre sociedades agrícolas y del impuesto general sobre la renta a todo tipo de cultivo y a la comercialización de ganado en las fincas agrarias hasta el 31 de diciembre de 2013.
Uno de los objetivos de la Hacienda marroquí es conseguir que la ciudadanía deje de saltarse la tributación de determinadas categorías de rentas (principalmente dividendos) contempladas en los convenios fiscales, la maniobra consiste en que un inversor se ponga bajo el paraguas del convenio “más ventajoso fiscalmente” que vincula a Marruecos con un tercer Estado.