La agencia estadounidense de calificación de riesgos financieros, S&P Global Ratings, publicaba esta semana un informe evaluando la situación económica omaní, así como las recientes actividades llevadas a cabo por el sultanato en relación a la gestión de sus pasivos. Las decisiones tomadas por Mascate “ayudarán a reducir los niveles de la deuda [hasta un 48% del PIB], generarán ahorros en los costes de los intereses, y suavizarán el perfil de vencimiento del país”, recogía el documento de S&P.
Este escenario se ha hecho posible, en gran medida, gracias a las reformas fiscales y de gobernanza del sultanato, así como al aumento de los precios del petróleo en el mercado internacional. Un sector que en 2021 representó cerca del 80% de los ingresos gobierno omaní –modesto productor si se compara con sus vecinos del Consejo de Cooperación del Golfo–, y que este año espera crecer todavía más a causa del encarecimiento del crudo. Frente a un beneficio promedio de 61 dólares estadounidenses por barril de crudo el pasado año, este 2022 el precio medio ronda ya los 95 $/barril, lo que permitirá al país reportar un reseñable superávit fiscal.
“Esperamos que la dinámica favorable del mercado del petróleo permita al gobierno lograr un superávit fiscal del 6,5 % del PIB en 2022, después de unos déficits promedio de casi el 10% del PIB entre los años 2015-2021”, sostenía S&P en el informe publicado, que, a diferencia de las cuentas oficiales –que dejan fuera aquellas transferencias realizadas al Fondo General de Reserva del Estado (SGRF) –, sí que incluyen los ingresos brutos de los hidrocarburos.

De este modo, y según el propio Gobierno omaní, Mascate pretende destinar la mayor parte de este superávit a la reducción de la deuda pública, así como al fomento de los proyectos de desarrollo nacional y al incentivo de una actividad económica que logre paliar los efectos de la austeridad provocada por los déficits financieros. Entre las medidas adoptadas destacarán la suspensión del impuesto al valor agregado a más de 480 artículos (una cifra que hasta la fecha no superaba los 100), la ralentización en la reducción de subsidios a la energía, y el reajuste a la baja de las tarifas municipales y de servicios.
En lo relativo a la deuda pública, a finales del mes de junio Omán anunció la recompra voluntaria de unos pasivos equivalentes a más de 700 millones de dólares estadounidenses en eurobonos que vencían en 2025, 2026, 2027, 2028, 2029, 2031 y 2032. Algo que, tal como recoge el informe de S&P, reportará al sultanato unos ahorros acumulados en costes de intereses de cerca de 232 millones de dólares.
“Esperamos que la deuda pública bruta caiga al 48% del PIB para fines de 2022, en comparación con el 63% en 2021 y un pico del 70% en 2020”, explicó la analista y directora adjunta de S&P Global Ratings en Oriente Medio y África, Zahabia Gupta.

Sin embargo, la agencia estadounidense ha advertido también de que, se estima, los precios del crudo regresarán a su tendencia a la baja en un medio plazo, manteniéndose sobre los 100 dólares/barril en lo que resta de 2022, y cayendo hasta los 85 $/barril en 2023, y 55 $/barril a partir de 2024. Esto podría reimpulsar las presiones fiscales si las reformas no dan su fruto y si el país no logra diversificar sus ingresos, en tanto que continúe aumentando el gasto corriente, afirma el informe. “Pronosticamos que un retorno a los déficits fiscales y una caída del PIB nominal llevarán a un aumento de la deuda en proporción al PIB de cara a 2024 y 2025, aunque a unos niveles inferiores a los de 2021”, añadía.
“No obstante, creemos que las medidas proactivas de gestión de la deuda del gobierno este año, junto con uno activos líquidos de alrededor del 50% del PIB, deberían ayudar a aliviar los riesgos de refinanciamiento en el futuro”, concluía S&P.
Y es que, a lo largo de las últimas décadas Omán ha mostrado una firme voluntad de modernizar su economía a través del aperturismo y de la integración regional y mundial –con su adhesión al CCG o a la Organización Mundial del Comercio. Un esfuerzo que le ha valido la calificación BB / B de la agencia S&P Global Ratings.