En opinión del director general de la Agencia Espacial Española, Miguel Belló, “nuestros recursos en la Tierra para la población se acabarán, por lo que necesitamos colonizar otros entornos y cuanto antes… mejor”.
Tal afirmación la ha expresado en Bakú, capital de la nación centro asiática de Azerbaiyán, en la sesión plenaria titulada “La era de la exploración lunar ha comenzado” del 74 Congreso Internacional de Astronáutica que se clausura hoy viernes, 6 de octubre.
Miguel Belló también ha realzado la importancia de la misión Artemis 2 de la NASA a la Luna, cuyo despegue está previsto para noviembre de 2024. Por vez primera en un viaje a la órbita de Selene contará con una tripulación mixta de cuatro astronautas, uno de ellos mujer, lo que “inspirará a más mujeres a querer ir al espacio”, ha subrayado.

Para diciembre de 2025 está programada Artemis 3, que también incluirá una mujer, “que en esa ocasión si pondrá sus pies sobre la superficie de la Luna”. Como buen conocedor del sector espacial a escala nacional e internacional, Belló ha expuesto que el sector “necesita jóvenes que apuesten por acceder a la industria espacial”.
El jefe de la AEE también ha precisado que el porcentaje de talento femenino en la industria espacial española es del orden del 20 por ciento, por lo que “debemos fomentar acciones encaminadas a que las jóvenes incrementen ese porcentaje”. En esa línea están las acciones de relaciones públicas a cargo de astronautas, que “promueven vocaciones, en especial entre las mujeres”.

Aumentar la protección de astronautas
Junto al español han mostrado su parecer otras tres personalidades del ecosistema espacial mundial. La bióloga de la NASA Sarmila Bhattacharya ha alertado que “la reducida gravedad y la elevada radiación provoca efectos neurológicos y fisiológicos no deseados sobre los seres humanos en las misiones lunares y marcianas de larga duración”. Es lo que intentan paliar los responsables de tecnologías para vuelos tripulados de la NASA y la Agencia Espacial de Japón (JAXA), James Free e Hiroshi Sasaki, respectivamente, con el desarrollo de más eficientes sistemas de supervivencia y protección.
La NASA ha aprovechado la confluencia en Bakú de la elite espacial mundial para celebrar una reunión al máximo nivel sobre los acuerdos Artemis, reglas jurídicas no vinculantes, pero que definen los principios a seguir para una exploración del espacio segura y sostenible. La sesión ha estado dirigida por la administradora adjunta de la NASA Pamela Melroy, secundada por los presidentes de las agencias espaciales de Polonia (POLSA) y Japón (JAXA), Grzegorz Wrochna y Hiroshi Yamakawa, respectivamente.
Si en la reunión celebrada en el IAC de Paris de 2022 la NASA logro reunir a los jefes de las agencias de los 20 países que entonces ya habían firmado los Acuerdos Artemis ‒Arabia Saudí, Australia, Baréin, Brasil, Canadá, Colombia, Corea, Emiratos, Francia, Israel, Italia, Japón, Luxemburgo, México, Nueva Zelanda, Polonia, Reino Unido, Rumania, Singapur y Ucrania‒, en Bakú se han dado cita los directores de las 28 instituciones que hasta la fecha los han suscrito, incluida la de España.

Los asistentes han debatido sobre dos temas principales. En primer lugar sobre cómo evitar interferencias entre los proyectos lunares de los diferentes países que ya han anunciado o tienen prevista la puesta en marcha de misiones al Polo Sur de la Luna.
“Hay planificadas más de una docena de misiones al Polo Sur de la Luna”, se ha constatado. Ese alud de actividades lunares posibilita que se produzcan, por ejemplo, interferencias en las comunicaciones, lo que aconseja “coordinar las frecuencias que se van a emplear”, detalla uno de los españoles asistente al encuentro.

Evitar degradar la superficie lunar
Otro tema del máximo interés que han tratado los altos directivos de las agencias adheridas a los Acuerdos Artemis ha consistido en contemplar normas para evitar o paliar la presencia de restos sobre la superficie, así como para disminuir los nocivos efectos de los motores cohete de los módulos de superficie cuando están en su etapa de descenso cerca de la superficie de un astro extraterrestre.
El asunto es crítico en lo que respecta a la Luna. El rebufo que proyectan los motores sobre el regolito existente en la superficie lunar ‒que es la delgada capa de suelo que cubre los cuerpos sólidos planetarios‒ causa riesgos y peligros.

Por ejemplo, provoca desplazamientos de pequeñas rocas, polvaredas que oscurecen el entorno, contaminación por partículas de alta energía. Por si fuera poco, origina cráteres más o menos profundos en la zona de descenso, que modifican el estado original de la superficie. Es lo que se llama efecto PSI o Plume Surface Interaction.
Bajo el liderazgo de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA), los asistentes han acordado establecer una base de datos con la información y los parámetros de todas las misiones lunares anunciadas. Con ello confían en identificar las coincidencias en zonas de alunizaje y en el uso de frecuencias para evitar interferencias y malos entendidos.

De cara a la participación de España, los representantes de la AEE encabezados Miguel Belló han puesto sobre la mesa los campos de actividad que domina la industria española, entre ellos el análisis de misiones de exploración, la puesta a punto de sistemas de guiado, control y navegación, equipamientos de control térmico y potencia, desarrollo de antenas de comunicaciones y de sistemas de atraque.