La nueva institución aposentada en Sevilla tiene dificultades para atraer a los técnicos del CDTI con alta cualificación en la gestión de programas espaciales

La carencia de capital humano acecha a la recién nacida Agencia Espacial Española

PHOTO/Wikipedia - El alumbramiento tuvo lugar en Sevilla el 20 de abril bajo el signo de Aries, mes y medio después de que el Consejo de Ministros diera el visto bueno a su Estatuto

Una hermosa niña acaba de venir al mundo bajo el signo zodiacal de Aries. El feliz alumbramiento ha ocurrido en Sevilla y a la recién nacida la han bautizado con el nombre de Agencia Espacial Española, AEE.

La buena nueva tuvo lugar el 20 de abril con la celebración de la sesión constitutiva de su Consejo Rector, que está formado por una veintena de miembros y presidido por la ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, según determina el Estatuto de la AEE aprobado el 7 de marzo en Consejo de Ministros.

Con poco más de dos semanas de vida oficial, la AEE debe entrar en funcionamiento real lo más pronto posible, dado que es el organismo nacional responsable de capitanear el amplio ecosistema espacial nacional del que, una y otra vez, se destaca su carácter “estratégico” y de “proyecto de Estado”. Sus dos primeros cometidos son proponer al Ejecutivo una Ley del Espacio y un Plan Nacional del Espacio que, aunque parezca mentira, a estas alturas del siglo XXI todavía no tiene España. 

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Para dar sus primeros pasos, la AEE tiene la esperanza de “incorporar a 75 personas con un perfil de alta cualificación y una trayectoria reconocida profesional”, según reza el comunicado oficial del Ministerio de Ciencia e Innovación que dirige Morant, que el mismo 20 de abril anunciaba la noticia de su creación. 

Pero atraer a Sevilla a 75 profesionales cualificados y con experiencia que en su práctica totalidad viven, trabajan y ellos, ellas y sus familias tienen su vida hecha en Madrid o sus inmediaciones no va resultar tarea fácil. Por tal motivo, “en la AEE todavía no vislumbramos cual será el escenario final que nos vamos a encontrar para arrancar nuestra actividad”. 

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Sin todavía conocer las condiciones de traslado

La decisión del Consejo de Ministros del 5 de diciembre de ubicar en Sevilla la sede de la AEE ha sido un jarro de agua fría para el núcleo central de personas que durante décadas han defendido y potenciado el papel de España, de sus científicos y de la industria espacial nacional en los proyectos de la Agencia Espacial Europea. Hoy, más de cinco meses después de que el Gobierno eligiera la ciudad de La Giralda, todavía no conocen las condiciones para su traslado.

En fuentes próximas a la AEE confirman que tales condiciones “ya están definidas y a punto de ser aprobadas, con el visto bueno final para comenzar a trasladarlas a los posibles interesados”. Sin embargo, la ausencia de información fiable durante más de cinco meses y las dudas sobre el futuro y las perspectivas de carrera de cada cual han provocado la salida, la fuga de la mayor parte de los que en un principio estaban ilusionados con pertenecer a la AEE.

La inmensa mayoría de los hombres y mujeres que estaban adscritos al departamento de Espacio de la dirección de Espacio, Grandes Instalaciones y Programas Duales del Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI) se han reubicado, han mudado de puesto de trabajo o se han marchado a la empresa privada en una larga letanía de cambios de destino. 

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Cabe tener en cuenta que el CDTI gestiona en torno al 90% de la inversión pública civil española en el espacio desde el año 1986, en especial los más de 300 millones anuales que se aportan a la Agencia Espacial Europea y revierten en cargas de trabajo para las compañías nacionales, los fondos dedicados a los numerosos proyectos de I+D+i relacionados con el ámbito ultraterrestre y la cooperación con otras instituciones nacionales e internacionales. 

Amparados por el anonimato para evitar malas caras, hay técnicos que expresan sin ambages que están “dispuestos a formar parte de la AEE, incluso haciendo los sacrificios que sean necesarios”. Alguno de ellos, unos pocos, manifiestan incluso “mi disposición a separarme de mi familia con carácter temporal y desplazarme a Sevilla, pero no hasta el punto de costearme mi residencia”.

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Con los dedos de una mano

La joven organización espacial del CDTI es un equipo de unas 25 personas, en su mayor parte personal laboral “con un alto nivel de formación y especialización, muy competente y comprometido con su trabajo, lamentablemente se ha quedado en cuadro”, confirman en la industria. Lo han “laminado, pulverizado, dinamitado… ha sido una autentica sangría”. Las cosas se han hecho de tal modo que quienes están dispuestos a trasladarse a Sevilla “se pueden contar con los dedos de una mano”.

Hay que tener en cuenta que “la inmensa mayoría tenemos nuestra vida hecha, con familia, casa, la hipoteca…”, recalca un apenado miembro del CDTI. “Los hay que están divorciados y tienen custodia compartida de los hijos. Otros cuentan con niños pequeños o adolescentes”… En definitiva, “que nadie imaginaba que los asuntos espaciales en manos del CDTI iban a cambiar de localidad”.

Otro veterano que asegura disfrutar con su trabajo del día a día afirma que “no estoy enfadado, sino lo siguiente”. Desde su punto de vista, la creación Agencia “se ha politizado desde sus comienzos y sigue politizada a costa de los empleados públicos”. Si se exceptúa la integración de actividades espaciales, hay incluso quien echa de menos un análisis riguroso respecto a qué aporta la AEE si se compara con el modelo anterior.

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La cosa pinta diferente en el Ejército del Aire y del Espacio, que va a transferir a la AEE “alrededor de una docena de oficiales y suboficiales al mando de un general División”, confirman fuentes militares. Caso contrario es el del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), que “no adscribirá ninguno de los cerca de 500 técnicos que trabajan en su subdirección de Sistemas Espaciales”, según fuentes cercanas al organismo público de investigación, salvo que la Agencia convoque plazas, concursen y las ganen.

De Madrid a Sevilla ¿por qué? La razón última y principal de que la sede de la AEE se haya fijado en la capital de Andalucía obedece a la obcecación del secretario general del Partido Socialista hegemónico y del Gobierno de coalición que preside Pedro Sanchez de librar en Sevilla la madre de todas las batallas en las elecciones municipales del 28 de mayo.

Con la Junta de Andalucía en manos del popular Juanma Moreno, la Agencia gira en torno a que el socialista Antonio Muñoz revalide y mantenga el bastón de mando de la alcaldía sevillana. Hasta el punto que Muñoz no desaprovecha la más mínima ocasión para aparecer hasta en la sopa de la AEE para reivindicarse como el gran artífice de su ubicación en la ciudad. “Eso de descentralizar instituciones y acercarlas a la España vaciada fue un cuento chino que algunos se creyeron… y así les ha ido”, comenta un convencido de que “el despegue de la Agencia Espacial, pase lo que pase, será para bien”.
 

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