Un atentado suicida en las inmediaciones de una mezquita en la provincia de Herat, en Afganistán, ha dejado al menos 18 muertos, entre los que se hallaría el religioso islámico Mujibur Rahman Ansari, próximo a los talibanes.
El atentado se ha producido cerca de la mezquita de Guzarga, después de que el terrorista detonase unos explosivos que llevaba en el cuerpo, según ha explicado a EFE el portavoz de la policía provincial afgana, Shah Mohmood Rasuli.
“Desafortunadamente, el popular religioso Mujibur Rahman Ansari y cinco de sus amigos murieron en un ataque suicida cuando se dirigían a la mezquita”, declaró momentos después de producirse el atentado.

Ansari era muy afín al Gobierno represivo de los talibanes. Su visión radical del islam y de oponerse contra cualquier forma de Gobierno que no fuera el actual, castigando a los contrarios con “la decapitación”, le hacían ser una figura importante en la propagación de la ideología de los talibanes.
Esta cercanía la ha demostrado el principal portavoz del Gobierno talibán, Zabihullah Mujahid, tras acudir a las redes sociales para sentenciar el atentado y lamentar lo que él ha considerado como “el martirio” de Ansari, al que tilda de “valiente” erudito del islam que murió “en un cobarde ataque perpetrado por los enemigos de la religión”.
#Taliban Local Official confirmed that 7 people, including the famous religious scholar of Herat, Maulvi Mujibur Rahman Ansari, were killed in today's blast in Herat province. #Afghanistan https://t.co/dmgquaBVyd
— Abdulhaq Omeri (@AbdulhaqOmeri) September 2, 2022
Por el momento ningún grupo terrorista ha reclamado la autoría del atentado, a diferencia de lo que ocurre en ocasiones con el Daesh, enemigo de los talibanes, que no tarda en hacer pública su autoría.
Este atentado se produce en la misma semana en la que los talibanes han celebrado el primer aniversario de la retirada de las tropas de Estados Unidos tras la caída de Kabul. En este contexto, en el mes de agosto, el Daesh reivindicó el atentado en una madrasa en el que murió el talibán Rahimullah Haqqani, que habría defendido abiertamente el derecho al que la mujer accediese a la educación y al trabajo, contraria a la postura del Gobierno talibán. Además, Haqqani se había hecho conocido también por su ferviente oposición al Daesh.
El atentado contra Haqqani no fue el primero que el Daesh hizo. En unos primeros intentos, el grupo yihadista habría tratado de acabar con su vida en un atentado perpetrado en Pakistán, país en el que se habría instalado durante la presencia estadounidense en el país afgano.
Además, Afganistán sufrió en el mismo mes otro atentado perpetrado en una de las mezquitas situadas al norte de Kabul, provocando 33 muertos y una veintena de heridos.