Después de 11 días de intensa escalada bélica finalmente Israel y Hamás han llegado a un acuerdo de alto el fuego, que ha entrado en vigor esta misma madrugada, a las 2 A.M, hora local del país hebreo. Un alto cargo del Movimiento de Resistencia ya adelantaba que se preveía que se concretará un cese de hostilidades en “uno o dos días”, durante una entrevista el pasado miércoles.
Los esfuerzos diplomáticos han pisado el acelerador, y el primer ministro Benjamin Netanyahu ha accedido al alto el fuego que toda la comunidad internacional estaba exigiendo. Netanyahu reunía, durante la tarde de ayer, a su gabinete de emergencia en Jerusalén para confirmar el cese de las hostilidades. El primer ministro israelí se ha mostrado reticente a acceder a un alto el fuego hasta el último momento.

Netanyahu ha declarado en múltiples ocasiones que no cesaría su ofensiva contra Gaza hasta no conseguir sus objetivos en el enclave y debilitar a Hamás. El presidente estadounidense, Joe Biden, ha tenido que ponerse en contacto con el primer ministro del país hebreo hasta en cuatro ocasiones, durante la última llamada instó a Netanyahu a que llevará a cabo una “desescalada”.
Una vez más la mediación egipcia ha sido decisiva para poder llegar a un acuerdo de alto el fuego en un conflicto que se ha cobrado la vida de 232 palestinos, incluyendo 65 niños, así como de 12 israelíes. Pero durante la jornada previa a la entrada en vigor del alto el fuego, las sirenas volvieron a resonar en territorio israelí mientras se producía un intercambio de ataques, los últimos antes del cese de hostilidades.
Una vez en vigor el alto el fuego miles de personas en la Franja de Gaza y en los Territorios Palestinos se echaron a la calle para celebrar. Pero una vez puesto fin a los ataques es momento de valorar los daños, y reconstruir de nuevo la Franja de Gaza que se ha quedado sin apenas infraestructura.

El presidente estadounidense, durante un discurso transmitido desde la Casa Blanca, prometió reunir recursos internacionales para reconstruir Gaza, y añadió: "lo haremos en plena colaboración con la Autoridad Palestina de manera que no permita a Hamás reponer su arsenal." Asimismo, la Casa Blanca ha anunciado que el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken planea viajar a Oriente Medio "en los próximos días", para reunirse con líderes israelíes, palestinos y regionales con el objetivo de discutir los esfuerzos de recuperación.
Por su parte, el presidente egipcio, Abdel Fattah al-Sisi, ha ordenado el envío de dos delegaciones de seguridad a Israel y a los Territorios Palestinos para trabajar en el mantenimiento del alto el fuego. Ahora todo depende de la verdadera intención por parte tanto de Hamás como de Israel de respetar el acuerdo del alto el fuego.
Ambas partes se han proclamado ganadoras en esta contienda. Según recoge la agencia de noticias Associated Press, un alto funcionario de Hamás declaró que el alto el fuego anunciado por Israel suponía una "victoria" para el pueblo palestino y una derrota para el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Asimismo, el Movimiento de Resistencia, ha conseguido disparar más de 4.300 cohetes hacia territorio israelí.

En Israel las sensaciones son totalmente opuestas, el ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, compartía en Twitter que la ofensiva en Gaza había producido "avances militares sin precedentes". Además, el Ejército israelí elevaba a 160 el número de milicianos abatidos, entre ellos ingenieros, expertos en producción de cohetes y comandantes veteranos que serán difíciles de reemplazar.
Por ahora sólo queda esperar para poder saber en qué se concreta este alto el fuego y cuáles son las bases bajo las que tanto Israel y Hamás han accedido al cese de hostilidades. Por ahora, la comunidad internacional puede respirar algo más tranquila, pero si no se afrontan las raíces del problema siempre será un conflicto latente que puede despertar en cualquier momento y volver a poner al mundo en pausa. Un conflicto que dura ya 73 años y deja un incontable número de víctimas civiles.