Israel vuelve a revivir los momentos más tensos que precedieron a 11 jornadas de hostilidades entre el Ejército israelí y Hamás. La Marcha de las Banderas, que ya fue pospuesta el pasado 10 de mayo como consecuencia del conflicto abierto entre Gaza y el país hebreo, ha vuelto a dejar en evidencia el ambiente de crispación dentro del país. Este desfile, que conmemora la ocupación de Jerusalén Este por colonos israelíes durante la Guerra de los Seis Días, ha hecho tambalear el frágil alto el fuego que por ahora mantienen Hamás e Israel.
La Puerta de Damasco situada en el corazón de la Ciudad Vieja de Jerusalén y que da acceso al barrio musulmán se blindaba ante la inminente llegada de miles de extremistas judíos que al grito de “muerte a los árabes” han recorrido las calles de la ciudad ante una contraprotesta de los árabes israelíes. Esta vez la Marcha de las Banderas ha discurrido por una ruta diferente a la habitual para evitar enfrentamientos abiertos entre la población árabe y los manifestantes judíos.

La Marcha de las Banderas, cuya ruta ha sido modificada para evitar su paso por zonas de mayoría musulmana, ha sido interpretada como un desafío para el recién estrenado Gobierno de coalición con el ultranacionalista Naftali Bennet como primer ministro. Benjamin Netanyahu, ahora líder de la oposición y antes en el cargo de primer ministro durante 12 años, decidió la semana pasada posponer la marcha por segunda vez para que coincidiera con los primeros días del nuevo Gobierno.
Como era previsible la marcha ha provocado enfrentamientos entre los manifestantes ultranacionalistas y la población árabe que han acabado con la detención de 17 palestinos y otros 33 han resultado heridos por las acciones de las fuerzas de seguridad israelíes, según ha informado la Media Luna Roja. Asimismo, un portavoz de la Policía israelí informó que dos agentes resultaron heridos durante los enfrentamientos, en los que los jóvenes palestinos lanzaron piedras a los efectivos policiales.

Hamás ya había advertido que respondería si se celebraba esta marcha a la que han tildado de “provocación”. Hamás, que se ha erigido como gran defensor de la población árabe en Jerusalén durante los últimos enfrentamientos que tuvieron como desenlace el cruce de hostilidades entre la Franja de Gaza y el país hebreo durante 11 días, rompió la tregua esta pasada madrugada como represalia a la polémica Marcha de las Banderas. Según recoge la agencia de noticias Efe simpatizantes de Hamás lanzaron decenas de globos incendiarios hacia Israel que causaron alrededor de 20 incendios en campos abiertos en comunidades cercanas a la frontera.
Ante este ataque el Ejército israelí desplegó nuevamente su artillería y respondió durante la madrugada de ayer lanzando diversos ataques aéreos sobre el enclave. Según han informado las propias Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), los ataques con mísiles tenían como objetivo instalaciones militares que pertenecen a las Brigadas al-Qassam, el brazo armado del movimiento islámico, y por el momento no se han reportado víctimas. "Las FDI están preparadas para todos los escenarios, incluida la reanudación de las hostilidades, ante los continuos actos terroristas desde la Franja de Gaza", ha informado el portavoz de las FDI en un comunicado.

Hamás ha calificado este nuevo ataque como un "intento fallido de detener la solidaridad y la resistencia de nuestro pueblo con la Ciudad Santa”. Asimismo, el movimiento de resistencia ha valorado esta jornada como "confirmación" de la situación de disuasión tras el enfrentamiento de 11 días, ya que según Hamás Israel ha tenido que cambiar las rutas de los vuelos y el recorrido de la Marcha de las Banderas, así como intensificar el despliegue de la Cúpula de Hierro debido a una preocupación por posibles disparos de cohetes desde la Franja. El alto el fuego parece cada vez más frágil a medida que las tensiones entre ambos bandos aumentan, asimismo Hamás también recrimina a Israel el bloqueo de inyección mensual de dinero de Qatar. Por su parte, Israel quiere condicionar cualquier avance en las negociaciones a un intercambio de prisioneros.

Tanto Israel como Hamás han advertido que el alto el fuego mediado por Egipto era frágil, algo que ha quedado en evidencia con los enfrentamientos que tuvieron lugar durante la jornada de ayer. Según publica el diario Hareetz, los servicios de inteligencia egipcios habrían presionado a los dirigentes de Hamás para que evitasen la escalada. Por su parte el nuevo Gobierno de coalición se encuentra en una situación algo incómoda.
El centrista Yair Lapid, recién estrenado como ministro de Asuntos Exteriores y actor clave en la formación del nuevo Gobierno de Israel, condenó en su cuenta de Twitter “el uso de la bandera de Israel por elementos extremistas en medio del odio y el racismo”. “Eso no es propio de judíos ni de israelíes, eso no es lo que simboliza la bandera”. Pero a escasos dos días de la formación del nuevo Ejecutivo empiezan a surgir los primeros obstáculos.

Naftali Bennet, el nuevo primer ministro, no puede permitirse mostrar moderación frente a la violencia de Hamás cuando Netanyahu, ahora líder de la oposición, le ha catalogado de “farsante” y “mentiroso” por unirse a un “peligroso Gobierno de izquierdas”. A pesar de que el autodesignado “Gobierno del cambio” planteaba una aproximación diferente en su relación con la minoría árabe, el ataque de ayer por parte del Ejército israelí ha dejado claro que la relación con Hamás y la Franja de Gaza seguirá la misma línea dura que con la anterior Administración.