Las implicaciones de Steinmeier con el Nord Stream están marcando las críticas por lo que le consideran “responsable” de la actual dependencia con Rusia

Aumenta la presión en Berlín por el rechazo de Zelenski a la visita del presidente alemán

AP/MICHAEL SOHN - El presidente alemán Frank-Walter Steinmeier

La invasión de Ucrania ha abierto un juego diplomático en toda Europa del que no todos los países salen vencedores, y Alemania apunta a ser uno de ellos. Su presidente, Frank Walter Steinmeier, ha admitido que se había ofrecido a visitar Ucrania con otros líderes de la Unión Europea, pero Zelenski rechazó su propuesta advirtiendo que no era un bueno momento para realizar esa visita. “Estaba preparado para hacer esto, pero aparentemente, y debo tomar nota, esto no era lo que quería Kiev”, afirmó el presidente alemán.

Steinmeier había sido invitado por su homólogo polaco, Andrzej Duda, a realizar este viaje a Kiev junto con los jefes de Estado de Lituania, Letonia y Estonia, con el objetivo de “enviar y fijar allí una fuerte señal de solidaridad europea conjunta con Ucrania”, igual que ha realizado los pasados días otros mandatarios, como el británico Boris Johnson, o la visita oficial de Úrsula von der Leyen y Josep Borrell. No obstante, este rechazo de Kiev ha imposibilitado que el presidente alemán se sumara a estas visitas de apoyo a Ucrania. La razón para Kiev es clara: los vínculos con el gasoducto Nord Stream.

El primer ministro británico Boris Johnson (izquierda) y al presidente ucraniano Volodymyr Zelensky (derecha) caminando en el centro de Kiev, el 9 de abril de 2022 AFP PHOTO / the Ukrainian Presidential Press Service

El actual presidente alemán fue ministro durante la cancillería de Schröder y titular de Exteriores con Merkel, años en los que se desarrolló el proyecto común entre Berlín y Moscú que sellarían el acuerdo por el gasoducto Nord Stream, un proyecto que desentona en el actual escenario diplomático contra Rusia desde que sus tropas invadieron Ucrania. Es por ello por lo que inmediatamente después de que se produjera tal invasión, el canciller socialdemócrata Olaf Scholz suspendió la licencia puesta en marcha del segundo gasoducto, el Nord Stream 2. 

Este rechazo de Zelenski a la visita del presidente alemán se suma a la actual campaña política y, en parte, mediática de culpar a la excanciller Angela Merkel y a Steinmeier de la actual dependencia energética de Rusia. La propia ministra de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, señaló que sabían el peligro de esta dependencia, especialmente desde la crisis de Crimea en 2014, y que ahora están pagando las consecuencias. Un argumento similar realizó el ministro de Economía y Clima, Robert Habeck, de Los Verdes, quien criticó estas decisiones. Frente a estas acusaciones, Steinmeier reconoció que había cometido errores en el pasado. “Me aferré al Nord Stream 2, fue claramente un error”, indicó.

El canciller alemán, Olaf Scholz REUTERS/HANNIBAL HANSCHKE

No obstante, la fuerte dependencia energética alemana hacia Moscú es lo que realmente ha marcado las políticas del país germano. Tanto es así que el presidente ucraniano, en su discurso al Bundestag, reprochó a Alemania que priorizara la economía y el suministro del gas ruso frente a la defensa de valores como la libertad y la independencia.

Mientras, el canciller alemán, Olaf Scholz, sigue recibiendo críticas por no haber visitado Kiev y por su vacilación en proporcionar más armas pesadas para ayudar a Ucrania a resistir la invasión rusa, a pesar del envío que ya ha realizado de armas antitanques, lanzamisiles y misiles tierra-aire. Con todo ello, Alemania sucumbe ante las críticas externas e internas sobre las acusaciones de tener un “Gobierno inseguro”, y de acusar a Olaf Scholz de no saber manejar la situación. 

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