Este viernes, Joe Biden y Recep Tayyip Erdogan han mantenido su primer diálogo telefónico. Según informó la Casa Blanca, los líderes abordaron “cuestiones de interés mutuo y para la región”. Los medios turcos, en cambio, han precisado más sobre los temas tratados. Según TRT, Erdogan ha pedido a Biden que deje de apoyar a las milicias kurdas del PKK en Siria. También han hablado sobre Fetulá Gulen, a quien Turquía acusa de estar detrás del intento de golpe de Estado de 2016. Gulen se encuentra actualmente en Estados Unidos y desde Ankara se ha pedido su extradición en numerosas ocasiones. Según autoridades estadounidenses, Biden “trasmitió su interés en una relación bilateral constructiva con áreas ampliadas de cooperación y una gestión eficaz de los desacuerdos”. Con el objetivo de seguir manteniendo conversaciones, los dos presidentes han acordado reunirse en junio.

Otro de los temas abordados que, sin duda, tensarán todavía más los lazos entre Washington y Ankara es el genocidio armenio. Biden expresó su intención de reconocer las masacres de armenios en 1915 como genocidio. En marzo se comenzó a plantear este importante paso que supondrá un cambio en las relaciones entre Biden y Erdogan, además de tener una gran repercusión internacional. Biden sería el primer presidente estadounidense en 40 años en declarar públicamente que los asesinatos en masa de armenios en el Imperio Otomano fueron un genocidio. Este gesto se espera que se produzca durante el Día del Recuerdo del Genocidio Armenio. “Si Estados Unidos quiere empeorar los lazos, la decisión es de ellos”, declaró el ministro de Relaciones Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu respecto a la decisión de Biden.

La numerosa población de origen armenio en Estados Unidos ha presionado durante mucho tiempo al Gobierno para que reconozca el genocidio que sufrió su pueblo. Se estima que los ciudadanos con ascendencia armenia en el país oscilan entre 800.000 y 1,5 millones. Barack Obama barajó la posibilidad de reconocerlo, pero finalmente optó por no hacerlo. El expresidente demócrata justificó su decisión alegando la necesidad de una relación estable con Turquía. Posteriormente, Donald Trump se negó a utilizar la palabra genocidio, describiendo los hechos como “una de las peores matanzas masivas del siglo XX”.
Además de los ciudadanos, varios políticos presionan a la Administración Biden para que tome definitivamente la decisión. “El vergonzoso silencio del gobierno de Estados Unidos sobre el hecho histórico del genocidio armenio ha durado demasiado y debe terminar”, escribieron 100 miembros de la Cámara de Representantes en una carta dirigida al presidente. Adam Schiff, representante demócrata de California encabezó la misiva. En California se concentran unos 205.000 armenios, siendo el estado con mayor población armenia, seguido de Massachusetts y Nueva York.
Sin embargo, la población turca del país también ha manifestado su opinión al respecto. Recientemente, la asociación turco-estadounidense (ATA-DC) ha pedido al presidente Biden reconsiderar su decisión. Según la organización, “los turco-estadounidenses soportarían una cantidad desproporcionada de daño social por tal decisión”. Además, advierten del efecto que tendrá en las relaciones bilaterales. El Gobierno turco coincide con la asociación respecto al daño que sufrirían los lazos entre los países.

Estados Unidos puede sumarse al grupo de más de 20 países que ya han reconocido el genocidio armenio, como Canadá, Francia, Alemania, Italia, Rusia o Brasil. No obstante, dentro del país, 42 estados ya lo han reconocido. También el Papa Francisco se ha referido a las matanzas de miles de armenios como “el primer genocidio del siglo XX”. Después de estas declaraciones, Turquía retiró a su embajador en el Vaticano y criticó al líder religioso por sus palabras.

No obstante, algunos ciudadanos turcos también se han atrevido a reconocer el genocidio armenio. El célebre escritor Orhan Pamuk, ganador del Premio Nobel de Literatura en 2006, ha estado envuelto en numerosos juicios por sus declaraciones sobre el tema. El artículo 301 del código penal de Turquía, “insultar el carácter turco”, se usa para condenar a las personas que señalan las masacres de armenios.