La reunión celebrada por el presidente Xi Jinping y Joe Biden en San Francisco, EE. UU., durante la reunión de líderes económicos del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), hará realidad las aspiraciones internacionales de los dos líderes. Se trata de sentarse honestamente a resolver los problemas que impiden el sano desarrollo de las relaciones mundiales.

China y Estados Unidos han tenido décadas de intercambios formales que sustentan su comprensión de la importancia de su relación con el mundo. La relación entre ambos debe basarse en una comunicación abierta y eficaz. Deben operar en un entorno caracterizado por la confianza, buscando siempre el beneficio mutuo por encima de sus propios intereses.
El mundo está siendo testigo de cambios sin precedentes en la historia de la humanidad que requieren el avance y el desarrollo de la tecnología para crear un mundo mejor, más próspero y libre de guerras.
Ambas potencias cuentan con condiciones y niveles científicos y tecnológicos que pueden contribuir a la creación de un mundo de paz permanente y beneficio mutuo. Ambos países cuentan con sistemas tecnológicos avanzados que, si se orientan adecuadamente, podrían dejar un legado útil para la humanidad futura.
“El mundo es lo suficientemente grande como para que dos países tengan éxito, y el éxito de un país es una oportunidad para el otro”, Xi Jinping
El presidente chino, Xi Jinping, asistió al encuentro con su homólogo Joe Biden con una actitud constructiva y mantuvo constantemente la máxima “en contexto” que define no sólo las relaciones China-Estados Unidos, sino también la realidad del mundo. En un entorno turbulento donde el conflicto y la división de bloques amenazan la paz, Washington y Pekín deben rechazar la posibilidad de abandonase mutuamente, formar una mentalidad de suma cero o intentar reconstruir al otro.
El desarrollo de la República Popular de China ha tenido un impacto positivo no sólo en Norteamérica, sino también en muchos países y regiones. No es exagerado decir que el éxito de una parte en las relaciones es una oportunidad para la otra parte y, por extensión, para el resto de la comunidad internacional.
Según un comunicado de la Casa Blanca, el presidente estadounidense Joe Biden señaló que China y Estados Unidos están “compitiendo entre sí” y subrayó al presidente chino Xi Jinping que “Estados Unidos seguirá invirtiendo en fuentes de energía estadounidenses en su país y continuará haciéndolo en el futuro”.

Peticiones y reclamos de Xi Jinping
Por otro lado, el presidente Xi afirmaba: “Sigo creyendo que la competencia entre los principales países no es la tendencia en este momento”. Destacó que la Tierra juega un papel importante en el éxito de ambos países y que el éxito de un país es una oportunidad para el otro.
El presidente Xi Jinping “confía en un futuro brillante para las relaciones bilaterales” siempre y cuando los países encuentren la manera correcta de tratarse entre sí. En una declaración del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, el presidente Xi subrayó que “China no tiene intención de superar a Estados Unidos ni de destronarlo” y añadió: “Por lo tanto, Estados Unidos no debería planear oprimir o bloquear a China”.

Esta era la primera vez que los dos se veían, ya que ambos rara vez salían de sus respectivos países. El presidente Xi felicitó al presidente mexicano López Obrador por el “camino de progreso y reformas” que ha recorrido México en los cinco años desde que asumió el cargo y expresó su determinación de elevar las relaciones entre ambos países a un “nuevo nivel”. Xi también destacó la importancia de la cooperación en sectores clave como infraestructura, finanzas y vehículos eléctricos, y López Obrador dijo que México alentaría a las empresas chinas a invertir en el país, según informaron medios estatales chinos.
López Obrador fue un paso más allá y expresó su voluntad de desarrollar las relaciones entre China y América Latina. En los últimos años, ante los aranceles y restricciones a las operaciones en Estados Unidos, muchas empresas chinas han trasladado parte de su producción a México. Con esto, la superpotencia oriental se convirtió en el segundo socio comercial de México, solo detrás de Estados Unidos.

Reclamos y peticiones de Joe Biden
El presidente norteamericano expresó su preocupación por los abusos contra los derechos humanos de China en Xinjiang, Tíbet y Hong Kong. Reiteró que “la política de una sola China no ha cambiado y pidió a su homólogo que se abstenga de realizar acciones militares alrededor del estrecho de Taiwán, diciendo que ninguna de las partes se opone a cambiar unilateralmente el statu quo.

Biden también enunció su preocupación por las “políticas comerciales injustas” de China, las prácticas económicas no de mercado y las medidas punitivas contra las empresas estadounidenses. Según él, Estados Unidos tomará las medidas necesarias para evitar restricciones injustificadas al comercio y la inversión y evitar el uso de tecnologías avanzadas estadounidenses para socavar la seguridad nacional.
Estados Unidos también ha planteado la cuestión de la detención de ciudadanos estadounidenses o de su denegación de entrada al país asiático. Biden dijo en una conferencia de prensa posterior a la reunión que había proporcionado los nombres de los detenidos para asegurar su liberación, pero no se había llegado a ningún acuerdo. Con las relaciones tensas, los dos líderes podrían ser criticados por “revelar debilidades” en el restablecimiento de las relaciones entre los dos países, en especial el vicepresidente Biden, que está bajo presión para la reelección.
La alianza China-Latinoamérica
A pesar de la resistencia norteamericana a la apertura del mercado, el comercio entre América Latina y China alcanzará un nivel récord en 2022, con exportaciones de bienes a China que alcanzarán los 184 millones de dólares (unos 169,5 millones de euros) y las importaciones alcanzarán los 265 millones de dólares, según el análisis universitario del Centro de Políticas de Desarrollo Global.

Las relaciones diplomáticas entre América Latina y China también se han fortalecido en los últimos años. En marzo pasado, Honduras siguió a Nicaragua, Panamá, El Salvador y la República Dominicana al establecer relaciones diplomáticas con China y romperlas con Taiwán.
Todos han renunciado a la isla autónoma de Taiwán, que Pekín considera parte de su territorio y que es un aliado clave de Estados Unidos en Asia y el Pacífico, a cambio de reconocer el principio de “una sola China”. Este principio lo impone como base de sus relaciones diplomáticas con otros países, lo que significa que el único Gobierno chino que pueden reconocer es el suyo propio.
Coordinador de América: José Antonio Sierra