El concepto de ‘Cuadrilátero’ o ‘Quad’ comenzó a delinearse cuando en 2006 el ex primer ministro japonés Shinzo Abe hizo público su plan de política exterior cimentada en valores democráticos a partir de la cual sugería vínculos más estrechos con India y Australia para defender la libertad y la prosperidad de un “Asia más amplia”. Esta “Asia más amplia” estaría vinculada a Estados Unidos y otros países del Pacífico, formando una red que permitiría a las personas, bienes, capitales y conocimientos fluir libremente. La formación de ‘Quad’ quería un contrapeso a una China cada vez más poderosa y ambiciosa.
El ascenso de China y su cambiante comportamiento militar en los mares de China Oriental y Meridional han provocado muchos debates entre los amigos y aliados de Estados Unidos en la región de Asia-Pacífico sobre cómo responder. La estrategia constituye un contrapeso geopolítico fundamental frente a la creciente influencia de China y a su presencia en Eurasia y África bajo la iniciativa de Xi Jinping denominada OBOR.
Por su parte, Estados Unidos se adhirió a este concepto con vistas a contribuir a la seguridad marítima, la libre navegación y la cooperación militar en la región del Indo-Pacífico.
La llamada ‘Cuadrilateral’, formada por las principales democracias de la región, ha ocupado un lugar destacado en estos debates como una herramienta geoestratégica clásica de "equilibrio en alta mar" contra Pekín.

A lo largo de la última década, la idea de ‘Quad’ ha sufrido varias mutaciones. Y, una vez más, en medio de un nuevo endurecimiento de las circunstancias geoestratégicas en la región, ha atraído la atención renovada de los responsables políticos de Washington, Tokio, Delhi y Canberra.
El ascenso de China en Asia-Pacífico está provocando cambios en el equilibrio de poder en la región. Para responder a este ascenso surgió el Diálogo de Seguridad Cuadrilateral, comúnmente conocido como ‘Quad’ por la abreviación del inglés Quadrilateral Security Dialogue.
La actual transición de poder en Asia-Pacífico, subrayada por el relativo declive de Estados Unidos y el creciente poder de China, tiene importantes implicaciones para la mayoría de los Estados asiáticos. Aunque la incertidumbre en torno al futuro de la política, las normas y las instituciones internacionales afecta a todos los miembros de la sociedad internacional, los Estados asiáticos se encuentran en la vanguardia de esta transición. Para ellos, la actual transición de poder no es sólo una contienda ideológica sobre la forma y la naturaleza del sistema político internacional, sino que está indisolublemente ligada a sus propios imperativos de seguridad nacional de diversas maneras. India, Japón y Australia están en el centro de este flujo estratégico en el Indo-Pacífico.

Pero entonces, ¿qué interés podría tener Estados Unidos en esta alianza? Washington desea preservar la libertad absoluta de navegación. El tránsito comercial, especialmente a través del estrecho de Malaca, pero sobre todo el transporte de tropas militares en Oriente Medio, requiere una ruta segura a través de ambos océanos.
Con China como telón de fondo y su creciente poder militar en el centro de sus principales preocupaciones, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su Administración anunciaron el jueves 18 de febrero que están manteniendo conversaciones en profundidad con los principales líderes diplomáticos de ‘Quad’, y preparando una próxima cumbre que Washington quiere convertir en "una nueva OTAN" en Asia, a pesar de las advertencias de China.

Los intercambios virtuales abarcaron diversos temas, como Irán, la pandemia de coronavirus y las relaciones con China y Rusia, afirman varias fuentes. El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, "subrayó el compromiso de Estados Unidos de actuar de forma coordinada para superar los desafíos globales", dijo el portavoz de la diplomacia estadounidense, Ned Price. Esto contrasta fuertemente con las políticas de "América primero" y de "ir por libre" de la Administración Trump. Blinken y sus homólogos "afirmaron el papel central de la relación transatlántica a la hora de abordar la seguridad, el clima, la economía, la salud y otros retos a los que se enfrenta el mundo", dijo Price.
"Una cumbre del ‘Quad’ no sería una sorpresa, ya que la alianza de seguridad contra China en Asia-Pacífico es una estrategia constante de Estados Unidos", afirmó Shi Yinhong, experto en relaciones internacionales de la Universidad Renmin de Pekín, citado por el South China Morning Post. Sin embargo, Yinhong espera que la ‘Cuadrilateral’ se convierta en una "mini-OTAN" para Asia-Pacífico, después de que el Reino Unido haya expresado su deseo de unirse.

Mientras tanto, las declaraciones sobre China se han multiplicado en los últimos días en el seno de la nueva Administración estadounidense. Por ejemplo, el nuevo secretario de Defensa, Lloyd Austin, describió a China como una "amenaza constante" para el Pentágono durante una audiencia en el Senado. Su adjunta, Kathleen Hicks, dijo que, ante la creciente amenaza de China contra Taiwán, el compromiso estadounidense con la "isla rebelde" debe ser "clarísimo". El asesor de seguridad nacional de Joe Biden, Jake Sullivan, calificó a China de "competidor estratégico fundamental".
Sin dudas, la creciente asertividad de China y la percepción de que esta nación puede constituirse en una amenaza para algunos de los países vecinos, sobre todo en la zona marítima del Sudeste de Asia, así como su mayor determinación a la hora de defender sus reclamos territoriales en el mar de China Meridional, ha contribuido a la reactualización de la narrativa regional del “Indo-Pacífico”. Y, junto a esta narrativa, ha cobrado fuerza el punto clave de formación de ‘Quad’ o cuadrilátero como alianza entre Japón, India, Australia y EEUU, también denominado como el ‘diamante de seguridad democrática’.