Mientras las delegaciones ucraniana y rusa se reúnen en Bielorrusia, Moscú intensifica su ofensiva contra ciudades como Mariupol o Kiev. A esta invasión se ha unido el líder checheno y fiel aliado del Kremlin, Ramzan Kadyrov, quien ha confirmado la participación de más de 10.000 combatientes de la república rusa del Cáucaso en la invasión de Ucrania. No obstante, algunos canales propagandísticos de Telegram estiman que el número de chechenos podría ascender hasta 70.000. El actual dirigente de la república es hijo de Ajmad Kadyrov, exlíder de las fuerzas chechenas que prometió lealtad a Vladimir Putin a cambio de apoyo militar y político.
Un vídeo con una gran carga propagandística y el grito de “Alá es grande” ha sido la forma en la que Kadyrov ha anunciado la participación de sus soldados, los llamados kadyrovitas, en la ofensiva contra Ucrania. Además de los miembros de la guardia nacional, el líder checheno exhibió en Grozni parte del armamento destinado a Ucrania, como tanques, vehículos blindados o armas.

Los combatientes chechenos cuentan con una gran experiencia en el combate urbano, un aspecto que podría ayudar a las tropas rusas a tomar la capital, así como otras localidades clave del país. Tal y como informó un comunicado de prensa del Ministerio de Defensa de Rusia, los chechenos están “cumpliendo sus misiones en la región de Kiev y en otras ciudades”. Kadyrov, por su parte, ha asegurado que su batallón no tiene como objetivo “luchar contra Ucrania o contra el pueblo ucraniano”.
“Nuestra posición es garantizar la seguridad de nuestro Estado y nuestro pueblo. Y no queremos que ataquen a Rusia utilizando Ucrania”, declaró el líder checheno y amigo cercano de Putin. Kadyrov ha recomendado al presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, que llame a Putin y se disculpe. Además, ha señalado que en territorio ucraniano se encuentran “muchos terroristas” que “asesinaron a mujeres, niños y ancianos en la república de Chechenia”.

Por el momento, los mercenarios chechenos han anunciado la toma de varios arsenales ucranianos cerca de Hostomel, una ciudad próxima a Kiev que ha sido testigo de varios combates entre las tropas rusas y el Ejército ucraniano desde que comenzó la ofensiva de Putin. Ambos bandos luchan por el control del aeropuerto, un aeródromo clave por su capacidad para recibir aviones de gran carga. A través de su canal de Telegram, Kadyrov también ha asegurado que sus soldados han tomado una instalación militar ucraniana “sin bajas”. En este sentido, han circulado vídeos en las redes sociales de combatientes izando las banderas rusa y chechena en algunas zonas del territorio nacional ucraniano.

El líder checheno, a pesar de haber señalado que sus soldados no tienen la intención de luchar contra el pueblo ucraniano, ha pedido al Ejército ruso que amplíe su ofensiva militar “en todas las direcciones”. “Ha llegado el momento de tomar una decisión concreta y comenzar una operación a gran escala”, destacó.
Por otro lado, según fuentes ucranianas, las fuerzas nacionales lograron destruir una columna de 56 tanques chechenos cerca de Kiev. Durante este ataque, de acuerdo con el informe ucraniano, perdió la vida el general checheno Magomed Tushayev, jefe del regimiento motorizado 141 de la Guardia Nacional de Chechenia, aunque otras fuentes aseguran que el militar continúa con vida. Tushayev, además de ser uno de los hombres fuertes de Kadyrov, ha estado directamente vinculado en la campaña contra la comunidad LGTB, desarrollada por las autoridades chechenas.

En principio, este escuadrón ha sido trasladado a Ucrania para ‘cazar’ a determinados funcionarios ucranianos, aunque Moscú también utiliza a los chechenos con el objetivo de minar psicológicamente a los soldados y ciudadanos ucranianos. Los combatientes de Kadyrov, algunos de ellos curtidos en operaciones militares en Georgia o Siria, están fuertemente asociados a ideas negativas, como la brutalidad y la violencia en el campo de batalla. Sin embargo, estos estereotipos responden a las acciones llevadas a cabo por el autoritario régimen de Kadyrov, no solo en lugares en conflicto, sino también entre los ciudadanos chechenos.

La tortura y la opresión son herramientas indispensables para el Gobierno de Grozni, dependiente de Moscú. La ausencia de libertad de prensa ha provocado que periodistas hayan huido de la zona después de las amenazas del propio líder checheno, como fue el caso de Yelena Miláshina, del medio “Novaya Gazeta”, periódico de la famosa reportera Anna Politkóvskaya, asesinada por denunciar los abusos del Ejército ruso durante las guerras chechenas.

El trabajo de Miláshina se ha centrado en la represión que sufren los homosexuales en Chechenia, algo que ha sido condenado por varias ONGs que incluso hablan de ‘campos de concentración para homosexuales’. La situación de las mujeres no es mucho mejor. Los crímenes de honor existen y se justifican en base a la tradición y a la religión.
Por estos motivos, la ferocidad de los chechenos es fundamental dentro de la guerra psicológica que desarrolla Rusia contra Ucrania. Tal y como han explicado varios analistas, este proceso psicológico trata de hacer creer a los ciudadanos que lo que pasó en Chechenia durante las guerras entre las fuerzas prorrusas y los separatistas pasará en Ucrania, es decir, los combatientes tomarán por la fuerza ciudades, saquearán, violarán y matarán. No obstante, Jean-François Ratelle, profesor en la Universidad de Ottawa y experto en Rusia y el Cáucaso, indica a Foreign Policy que esto “está claro que no va a pasar”. Ratelle considera que los chechenos no están preparados para asaltar Kiev.

Las fuerzas de Kadyrov, al igual que ha ocurrido con las tropas rusas, encontrarán una fuerte resistencia en Ucrania. Otros grupos chechenos enfrentados con Rusia han anunciado que lucharán contra los kadyrovitas en Ucrania. Akhmed Zakayev, presidente del gobierno separatista checheno en el exilio, ha instado a los chechenos en el extranjero a luchar con el Ejército ucraniano contra los rusos y también contra sus compatriotas. El batallón checheno Dzhokhar Dudayev se ha unido a este llamamiento y ha informado que lucharán contra las fuerzas de Moscú. Esta brigada lleva el nombre del primer presidente de la República de Chechenia.

No es la primera vez que los chechenos luchan entre sí en Ucrania. Desde que comenzó la guerra del Donbás en 2014, la región se ha convertido en el campo de batalla entre los chechenos afines a Moscú y los independentistas. En este bando cabe destacar el papel del general Isa Munaev, quien combatió con ucranianos contra el Ejército ruso hasta su muerte en 2015.
Además de los propios chechenos, algunas milicias ucranianas, como el batallón nacionalista Azov, planea hacer frente a la ofensiva de los hombres de Kadyrov, a quienes la Guardia Nacional de Ucrania ha calificado de “orcos”.