Ucrania se prepara para negociar “sin condiciones previas” con Moscú. Esta mañana una delegación rusa se trasladaba hasta Bielorrusia para encontrarse con una representación ucraniana, en lo que sería un primer paso para acabar con la invasión rusa. Sin embargo, poco se espera de esta reunión ya que Rusia continúa bombardeando Ucrania y sigue apretando el asedio a Kiev.
A pesar de la negativa del presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, por reunirse con Moscú en Bielorrusia, finalmente el encuentro se llevará a cabo en este país. Según ha anunciado el líder ucraniano “acordamos que la delegación ucraniana se reuniría con la delegación rusa sin condiciones previas en la frontera ucraniana-bielorrusa, cerca del río Prípiat”. Asimismo, Zelenksy sigue demandando la integración “inmediata” de Ucrania a la Unión Europea.

Esta situación, agravada después de que Putin decretase “poner en alerta sus fuerzas nucleares” y dispusiera un nuevo convoy de cientos de vehículos militares, sigue siendo el escenario de una invasión inaudita. Ucrania trata de resistir, liderada por un Zelensky que ha conseguido ganarse el respeto del mundo, dispuesta a plantarle cara a las tropas rusas, aunque objetivamente sus fuerzas militares sean muy inferiores.
“El enemigo esperaba un camino fácil, pero se encontró con un verdadero infierno”. Afirmaba el primer ministro ucraniano, Denys Shmygal. “Putin no entiende que está en guerra no sólo con las Fuerzas Armadas de Ucrania, si no con el pueblo ucraniano”, declaraba.
Las amenazas nucleares y la guerra psicológica que intenta implantar Putin colisionan ahora con las reacciones de Occidente. Además de los importantes paquetes de sanciones que ha aprobado la Unión, países como Alemania han reaccionado en el ámbito militar. A través de un discurso celebrado en el Bundestag, Scholz anunciaba una “partida extraordinaria” de 100.000 millones de euros que irían destinados a las Fuerzas Armadas alemanas. Esta medida es la primera que aprueba Alemania después de casi dos décadas de constantes negativas a elevar su presupuesto a políticas de Defensa.

Además, Europa ha acordado por primera vez en su historia la financiación de 500 millones de euros para aprovisionar con armas de guerra a un país tercero. Según anunció el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, se decidió “utilizar nuestras capacidades para dar armas, armas letales, asistencia letal al Ejército ucraniano, por valor de 450 millones de paquete de apoyo, y 50 millones más para suministros no letales, como combustible y equipos de protección”.
Borrell también ha afirmado que enviarán aviones de combate, “no estamos hablando solo de munición. Estamos proporcionando armamento más importante para una guerra”, declaró.
Este envío de aviones respondería a las peticiones del ministro de Relaciones Exteriores ucraniano, Dymtro Kuleba, tras haber señalado “la necesidad de contar con aviones militares que los ucranianos puedan pilotar”.

Las amenazas de Putin también han conseguido que en cuatro días la Unión Europea se haya puesto de acuerdo en implementar “medidas masivas” contra Rusia. Europa comienza así a aislar al Kremlin mientras este no da su brazo a torcer y tilda las reacciones europeas como “abusivas” y “agresivas”.
Asimismo, las consecuencias de las sanciones ya comienzan a dar sus primeros resultados. Según ha anunciado el Banco Central Europeo, la filial europea del banco ruso Sberbank está a punto de quebrar. De acuerdo con la entidad europea, en un futuro próximo el banco “no podrá pagar sus deudas” después de experimentar “importantes salidas de depósitos como resultado del impacto reputacional de las tensiones geopolíticas”.
Junto a esto, los ministros europeos han acordado excluir a varios bancos rusos del sistema SWIFT y bloqueó las transacciones financieras con el BCE, una media que jamás se había tomado. “Más de la mitad de las reservas del Banco Central ruso serán paralizadas, ya que son mantenidas en establecimientos en países del G7”, declaraba Borrell.

Por otro lado, los países pertenecientes al G7 (Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos) se han reunido a través de una videoconferencia donde han exigido a Rusia poner "fin inmediatamente a los ataques contra Ucrania, su población y sus infraestructuras civiles, y que retire rápidamente a sus tropas". Además, advierten de que no reconocerán “ningún cambio de estatus” en Ucrania que se lleve a cabo por la fuerza.