El organismo se hace eco de la sentencia del TEDH emitida el pasado martes, que considera que se han violado varios artículos de la Convención Europea de Derechos Humanos

El Consejo de Europa pide a Turquía la liberación del líder pro kurdo Selahattin Demirtas

photo_camera PHOTO/REUTERS - El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan

Hace tan solo dos días el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) reclamó la liberación del líder pro kurdo Selahattin Demirtas, expresidente del opositor Partido Democrático de los Pueblos (HDP), esgrimiendo que las autoridades turcas violaron sus derechos en el juicio en el que se le acusó de “propaganda a favor de organizaciones terroristas”.

“El tribunal considera probado que la detención del demandante, especialmente durante dos campañas cruciales relacionadas al referéndum del 16 de abril de 2017 y las elecciones presidenciales del 24 de junio de 2018, tenían el propósito de reprimir el pluralismo y limitar la libertad del debate político, lo que está en el centro del concepto de una sociedad democrática”, sentenció el TEDH. 

Ayer el Consejo de Europa se hizo eco de la petición del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, y exigió también la liberación de Demirtas. “Selahattin Demirtas debe ser puesto en libertad y debe volver a ejercer sus derechos políticos sin más demora en una sociedad democrática” expresaron desde el organismo. 

Demirtas fue encarcelado escasos meses después del fallido golpe de Estado contra Erdogan de julio de 2016, llevando cuatro años encarcelado y enfrentándose a una pena de 142 años de prisión.

“La liberación inmediata de Selahattin Demirtas constituiría (…) una señal fuerte y significativa de la voluntad de Turquía de respetar las sentencias del TEDH”, así como “su firme compromiso de respetar los valores fundamentales vinculados a su pertenencia al Consejo de Europa”, afirmó el Consejo de Europa. 

La sentencia no sentó nada bien en Ankara y despertó la furia de Erdogan, que criticó la decisión del TEDH por ser “totalmente política” e “hipócrita”. Además, pocas horas después de que se hiciera pública, la web del Tribunal Europeo sufrió un ciberataque, todavía de origen desconocido, haciéndola inaccesible desde las 17:40h del martes hasta la media mañana del miércoles.

Demirtas no es la única figura eminente del HDP condenada, de hecho, el lunes de esta semana se conocía la sentencia de 22 años de cárcel contra su compañera de partido, Leyla Güven, que además es copresidenta del Congreso de la Sociedad Democrática (DTK), una organización que agrupa asociaciones civiles, partidos políticos, organizaciones de mujeres y jóvenes, y comunidades religiosas en el Kurdistán turco. 

Atalayar_Manifestación HDP Turquía

Güven se enfrenta a 18 cargos entre los que se encuentran los de “incitar al público para que se una a reuniones y manifestaciones ilegales”, “participación en marchas ilegales y no disolver las marchas a pesar de la advertencia de las autoridades”, y “establecer y dirigir una organización ilegal”. 

Anteriormente ya había sido encarcelada, en el año 2009 cuando era alcaldesa de Viransehir fue condenada a cinco años de prisión por supuesta relación con la Unión de Comunidades del Kurdistán, considerada una organización terrorista por Turquía. En 2018 siendo parlamentaria del HDP, estuvo en prisión preventiva por sus críticas contra una operación militar en Rojava, el Kurdistán sirio. 

El HPD, debido a sus posturas pro kurdas, sufre la persecución de las autoridades turcas que continuamente le acusan de tener lazos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), lo que ha llevado a la detención de varios alcaldes y parlamentarios del partido. La presión ha llegado al punto que el fiel aliado de Erdogan, el Partido del Movimiento Nacionalista (MHP), del que depende su mayoría parlamentaria, ha pedido la ilegalización de la formación política

Tras las elecciones locales de 2019 la autoridad electoral turca impidió que seis alcaldes electos del HDP accedieran al cargo y ocho fueron destituidos, poniendo en su lugar a los candidatos perdedores del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), el partido de Erdogan. Algunos de ellos han sido encarcelados como es el caso de Adnan Selcuk Mizrakli, alcalde destituido de la localidad de Diyarbakir. 

Erdogan pisa el acelerador de la degradación democrática

La represión desatada tras el fallido golpe de Estado de 2016 se saldó con la destitución y detención de miles de soldados, funcionarios, jueces, fiscales y académicos acusados de mantener vínculos con el movimiento encabezado por el predicador Fethullah Gülen, antiguo aliado de Erdogan, actual rival, y al que acusó de ser el autor intelectual del golpe. 

El principal partido de la oposición, el Partido Republicano del Pueblo (CHP) tampoco se libra de la represión de las autoridades turcas y menos aún tras la victoria de sus candidatos en las principales ciudades del país, Ankara y Estambul, en las elecciones locales de 2019. 

En diciembre de 2019 el alcalde de Urla, se convirtió en el primer cargo local del CHP en ser detenido tras las elecciones, por sus supuestos vínculos con Gülen. Una extraña acusación teniendo en cuenta el carácter laico del CHP y el islamista del movimiento de Gülen. 

Otro ataque reciente contra el CHP tuvo lugar el pasado mes de octubre, cuando un tribunal prohibió la distribución de un libro editado por el partido “por incitar al odio y difundir hostilidad entre la población”. El libro repasa los vínculos que existieron en el pasado entre el movimiento islamista de Gülen y Erdogan.

"Prohibir y confiscar libros era una práctica de los regímenes fascistas", declaró a EFE el vicepresidente de la formación, Seyit Torun. 

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