Mohsen Errifi, Saïd Barça y Ahmed Soltane, tres jóvenes marroquíes ociosos que viven en Europa, están en el centro de un asunto escabroso dirigido por la DGDSE (Direction Générale de la Sécurité Extérieure), dirigida por el general de división Djebbar Mehenna. Uno de los tres es un exiliado político. Ya ha cumplido una breve pena de prisión por participar en los sucesos de Alhucemas en febrero de 2017. Viaja a menudo a Argelia, que se ha convertido para él en un país de sustitución, como Marruecos lo es para los exiliados argelinos.
Entonces se pusieron en contacto con él los servicios secretos argelinos, que le prometieron ayuda y asistencia a través de un youtuber sin decirle sus verdaderas intenciones. Saïd Barça descubrió la estafa y cedió a sus manipuladores haciéndose el tonto para asegurarse una gran suma de dinero. Recurrió a dos de sus acólitos, Mohsen Errifi y Ahmed Soltane, para dar la impresión de que dirigía un auténtico movimiento separatista. Un movimiento que exigía “la independencia de la región del Rif y la creación de una república rifeña”.
Todo iba bien hasta el día en que los tres jóvenes fueron invitados a hacer declaraciones en el canal de televisión AI 24. Algérie Internationale. Un canal gubernamental dirigido a la comunidad internacional. Entonces las cosas empezaron a ponerse difíciles. Los jóvenes marroquíes pidieron 250.000 euros de financiación, según el youtuber argelino. Según ellos, esta suma está destinada a financiar una manifestación en Madrid y otras actividades.
Asombrados por semejante petición, los argelinos juegan con lo delicado de sus convicciones políticas invocando el carácter sagrado de la causa que defienden. Su respuesta es “Business is Business”. El asunto fue un lío. Primero, los tres marroquíes se acusan mutuamente. Todas las acusaciones giraban en torno al dinero. Después, los argelinos toman represalias a través de la voz del youtuber, que da su versión de los hechos, descartando cualquier intervención de los servicios secretos argelinos. Dijo que actuaba solo en nombre de su canal, sin precisar si se trataba de su canal de YouTube o de AI 24, el canal gubernamental. Pero lo que sí sabemos es que habla como representante de un grupo, utilizando la palabra “nosotros”. Como cuando dice “nosotros no damos dinero” o “nos ofrecimos a cuidarles en el hotel”, etcétera.
En resumen, se trata de un nuevo escándalo para los servicios dirigidos por el general Djebbar. Tras el estrepitoso fracaso de su operación de secuestro y asesinato de un periodista argelino en Francia y el reciente desmantelamiento de una red de delincuentes que actuaban por cuenta de los servicios argelinos de la DGDSE, el tercero acaba de poner de manifiesto, una vez más, las carencias de un servicio que carece de inteligencia, la materia prima de cualquier servicio de inteligencia.