Los ataques de Rusia contra Ucrania comenzaron en febrero de 2022, un año y ocho meses después la guerra continua, pero, como explicó Álvaro Imbernón, director de la División de Estrategia y Prospectiva del Ministerio de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, durante la jornada “La UE durante la guerra de Rusia contra Ucrania”, celebrada en la Facultad de Políticas de la UCM, fue “un shock, el despertar de la edad de la inocencia de la UE”.
El seminario estuvo organizado por la asociación Ideas y Debate en colaboración con la Secretaría de Estado para la Unión Europea (SEUE) y el Instituto Complutense de Ciencia de la Administración (ICCA). En la inauguración participaron la directora del ICCA, Gema Sánchez Medero, la decana de la Facultad de Ciencias Políticas, Esther del Campo, la directora del Departamento de Relaciones Internacionales, Paloma González del Miño, y el profesor de Relaciones Internacionales y presidente de Ideas y Debate, Miguel Ángel Benedicto.
Para Álvaro Imbernón el conflicto con Rusia ha llevado a que Europa apueste por una autonomía estratégica abierta con un incremento de las capacidades en diversos ámbitos y con menos dependencias. “Ser capaces de actuar de manera más autónoma, pero en cooperación con nuestros socios”, añadió. La transición ecológica que conlleva esa autonomía nos lleva a ser más autosuficientes en energía respecto a Rusia con una mayor unidad de la UE y priorizando lo social. Y como indica la directora del Departamento de Relaciones Internacionales de la Facultad de Políticas, Paloma González, con una Europa geopolítica que hable, como Borrell lo denominó, el lenguaje del poder. Una Europa que para Javier Fernández Arribas, director de Atalayar, debe defender principios como los de libertad y democracia frente a la agresión de Putin en Ucrania.

Hacia la nueva ampliación
Además, la UE se está preparando para una nueva ampliación. Las perspectivas de futuro de una Unión a 36 miembros se debatieron entre las Embajadas de Ucrania y Moldavia, países candidatos a entrar en Europa, con la moderación del profesor de Derecho de la URJC, Carlos Uriarte. Dmytro Matiuschenko, ministro-consejero de la Embajada de Ucrania, destacó que la UE aporta valores que nosotros compartimos “A nivel económico, la UE es nuestro mayor mercado de exportaciones y en el ámbito de seguridad sin Ucrania Europa nunca va a estar segura”.
Que Ucrania tenga parte de su territorio ocupado por Rusia es un obstáculo para la adhesión, tal y como le ocurre, a otro país candidato como Moldavia con el territorio secesionista de Transnistria en manos de los rusos. Como explicó el embajador moldavo en España, Eugen Revenco, Transnistria “se mantiene gracias al apoyo financiero y económico de la Federación Rusa. Desde 1992 Rusia mantiene militares en nuestro territorio en contra de nuestra voluntad y de sus propios compromisos internacionales”. Ambos países esperan estar en la familia europea antes de 2030.

Un nuevo sistema de seguridad europeo
El sistema de seguridad en Europa fue otro de los temas a debate y el profesor de Relaciones Internacionales de la UCM, Adolfo Calatrava, subrayó que desde los años 90 hasta 2014 se buscó un sistema para incluir a Rusia, pero no se encontró. “El sistema de seguridad europeo hoy en día es la OTAN, pero debería ser algo más con la UE y quizás podría incluir a Rusia. Por qué si no se la incluye siempre habrá una inestabilidad”, añadió.
Sin embargo, para Alberto Priego, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia de Comillas, Rusia es una amenaza real ya que desde 2011 no ha dejado de incrementar su presupuesto militar. “La UE y la OTAN han mantenido una especie de baile complicado en el que cada una trataba de mantener su territorio, pero la convergencia ha llegado con la guerra de Ucrania. A Europa no le queda más remedio que desarrollar su identidad y sus capacidades militares. No podemos depender de que Estados Unidos quiera estar aquí y la UE debe desarrollar su propia defensa. Vamos a tener que hacer sacrificios con mayor presupuesto militar”, señaló Priego.

La tensión en Europa entre atlantistas y partidarios de una Europa de la Defensa todavía se mantiene tal y como subrayó la profesora de Relaciones Internacionales Susana Sousa cuando, por ejemplo, gran parte de los países del Este defienden una arquitectura de seguridad más centrada en la Europa euroatlántica.

La gestión de la guerra del gas
Por otro lado, el catedrático de Relaciones Internacionales de la UCM y asesor especial del Alto Representante, José Antonio Sanahuja, cree que la OTAN ha vuelto, pero es un retorno que puede ser coyuntural si se produce la vuelta de los republicanos a la Casa Blanca, más proclives al giro hacia Asia. Sanahuja cree necesario un mayor número de tropas europeas y el mantenimiento de la unidad y la agilidad de los 27 a la hora de adoptar sanciones. “Se ha puesto en cuestión si la unanimidad es compatible o no con la capacidad de la UE para ser tomada en serio como actor geopolítico”, señaló el director de la Fundación Carolina para quien el creciente papel de la UE en su ayuda militar y económica a Ucrania y en la guerra energética con “Repower Europe” es fundamental. “Un instrumento que ya no solo es una cuestión medioambiental, sino económica y de seguridad”, subrayó Sanahuja.
Otro tema difícil y contradictorio que comentó el asesor especial de Borrell, durante la conferencia moderada por el profesor de Relaciones Internacionales, David Hernández, fue la formación de un planteamiento estratégico hacia China.

Para Sanahuja la mayor contribución de la UE en la guerra de Ucrania es como se ha gestionado la guerra del gas. “Pensando dónde estábamos hace un año, recuerdo como el ministro de Economía alemán anunciaba un escenario de pesadilla para el invierno con cierre de industrias, desempleo, apagones, escasez y una inflación desatada. Un invierno del descontento que no ha ocurrido”. Europa ha mostrado una fortaleza que de seguir unida le permitirá avanzar hacia un mayor rol geopolítico.