Estados Unidos prepara una venta militar a Egipto valorada en 691 millones de dólares, según anunció el Departamento de Estado a través de un comunicado. De acuerdo con Washington, El Cairo solicitó la compra de más de 5.000 misiles antitanque TOW, equipos de soporte de misiles, repuestos, herramientas, equipos de prueba, así como apoyos técnicos logísticos.
Tal y como señala el comunicado, este lote armamentístico reforzará la política exterior y la seguridad nacional de Estados Unidos al “ayudar a mejorar la seguridad de un importante aliado no perteneciente a la OTAN que sigue siendo un importante socio estratégico en Oriente Medio”. Washington y El Cairo mantienen importantes lazos políticos, económicos y comerciales. Egipto es el mayor mercado de exportación de Estados Unidos en África. Por otro lado, empresas estadounidenses trabajan en el país norafricano en distintas áreas, como energía, tecnología, telecomunicación, construcción o hostelería.

Asimismo, ambos han desarrollado una importante cooperación en seguridad, inteligencia y defensa. “Si quiere que defina la relación entre Estados Unidos y Egipto diría que es una relación estratégica”, asegura Motaz Zahran, embajador egipcio en Washington, a Al-Monitor.
Para Washington, Egipto es un aliado clave en la región en la lucha contra el Daesh, una cuestión que siempre ha sido fundamental para las diferentes administraciones estadounidenses. Con el objetivo de combatir al grupo terrorista, el expresidente Barack Obama restauró la ayuda militar a El Cairo en 2015, asistencia que suspendió dos años antes debido al derrocamiento de Mohamed Morsi, ligado a los Hermanos Musulmanes.

Con Donald Trump esa ayuda de mantuvo y las relaciones se estrecharon. El exmandatario estadounidense calificó a su homólogo egipcio, Abdel Fattah Al-Sisi “un gran presidente”, asegurando que estaba “haciendo un gran trabajo” y que había logrado “establecer autoridad y seguridad”. “Ha traído orden. Antes de que él estuviera aquí, había muy poco orden. Había caos”, declaró Trump durante un encuentro con Al-Sisi en 2019, según recoge Al-Monitor.
No obstante, estas buenas relaciones se empañaron poco antes de que Trump dejase el poder debido a la compra de aviones de combate ruso por parte del Gobierno de Al-Sisi. El líder republicano acusó a El Cairo de adquirir armas rusas con dinero procedente de la ayuda estadounidense. Por ello, antes de abandonar la Casa Blanca, recortó la asistencia militar destinada al país africano.

El actual presidente, Joe Biden, siguiendo los pasos de su predecesor, también optó por recortar 130 millones de dólares en ayuda militar a Egipto, aunque las causas fueron distintas. La Administración estadounidense aludió a motivos relacionados con los derechos humanos en el país, aunque esta decisión también puede responder a la gran presión por parte de los legisladores demócratas, ya que en enero Biden anunció una venta de aviones C-130 Super Hercules por valor de 2.200 millones de dólares y varios demócratas y un republicano intentaron bloquear el envío en el Senado.
La postura de algunos presidentes estadounidenses, en concreto los demócratas como Obama y Biden, ha llevado a Egipto a diversificar sus importaciones de armas. A pesar de que Estados Unidos sea un importante proveedor, El Cairo ha aumentado el comercio armamentístico con otros países como Rusia, Francia, Alemania e Italia, según datos del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés).

Sin embargo, los últimos acontecimientos en el Sinaí han provocado un cambio en la posición de Biden. A principios de mayo, la península egipcia sufrió una serie de atentados reivindicados por el Daesh que se cobraron la vida de decenas de militares egipcios. Uno de ellos, que mató a 11 soldados, ha sido considerado uno de los ataques más mortíferos de los últimos años.

El Sinaí es una de las regiones con más actividad terrorista de la región. Desde el derrocamiento de Morsi en 2013 los ataques yihadistas han aumentado en la península, representando un gran desafío de seguridad del Gobierno egipcio. Por ello, Al-Sisi ha lanzado varias operaciones anti-terroristas en la zona, destacando una misión llevada a cabo en febrero de 2018 contra células extremistas que habían jurado lealtad al Daesh. Según cifras oficiales, más de 1.000 yihadistas han muerto. Respecto a los últimos ataques de mayo, el Ejército egipcio habría eliminado 23 yihadistas en el Sinaí.

El incremento de actividad terrorista en la península ha llevado a Al-Sisi a solicitar una mayor asociación militar con Estados Unidos, un importante aliado en esta materia. Por ello, el 10 de mayo, días después de los atentados, el presidente egipcio expresó su esperanza de estrechar lazos antiterroristas con Washington durante un encuentro con el general del Ejército estadounidense Michael Kurilla, según informa Reuters.

El Gobierno de Biden ha respondido positivamente con este envío millonario de armas que “mejorará la capacidad de Egipto para mejorar la defensa de su territorio”, según indica el comunicado estadounidense. “Los misiles se utilizarán para combatir el terrorismo, asegurar las fronteras contra las amenazas blindadas y los sitios fortificados”, añade la nota.
Coordinador de América: José Antonio Sierra.