Un tribunal de Estocolmo ha condenado a cadena perpetua a Hamid Noury, un exfuncionario iraní acusado de asesinatos, torturas y crímenes de guerra. De acuerdo con la sentencia, Noury participó en la ejecución masiva de presos políticos iraníes cuando trabajó como guardia y asistente del fiscal adjunto en la prisión de Gohardasht, cerca de la ciudad de Karaj, en 1988.
Right now
— ꧁ ??????????? ꧂ (@IranianRoya) July 14, 2022
A Swedish ??court on Thursday will deliver its verdict in the high-profile trial of former Iranian official Hamid Noury accused of taking part in #Iran's #1988Massacre & torture of political prisoners.
Iranians are waiting.@EyeDentify pic.twitter.com/FftWU2qVHm
No obstante, cabe destacar que la cadena perpetua en Suecia generalmente significa un mínimo de 20 o 25 años de prisión, aunque la condena podría extenderse. En caso de que Noury sea liberado, será expulsado de Suecia, según señala Associated Press.
El iraní de 61 años fue detenido en 2019 por las autoridades suecas en el aeropuerto de Estocolmo después de que varios exiliados iraníes presentasen denuncias contra él. De acuerdo con medios de comunicación suecos, Noury se trasladó a Suecia creyendo que haría turismo, conocería mujeres y asistiría a fiestas.

El régimen de Teherán, por su parte, ha instado a Suecia a liberar a Noury “lo antes posible” y ha calificado el juicio de “ilegal”. La ministra de Asuntos Exteriores de Suecia, Ann Linde, respondió a sus homólogos iraníes asegurando que el Gobierno no podía hacer nada porque los tribunales del país son “completamente independientes”. Los tribunales suecos pueden juzgar a ciudadanos suecos y de otras nacionalidades si han sido detenidos en territorio nacional por delitos contra el derecho internacional, según informa AP.
Una vez conocida la sentencia, la agencia de noticias iraní Mizan tacho el veredicto de “ilegal, injusto y sin pruebas sólidas”. Por otro lado, describió al país nórdico como “un paraíso para terroristas”.
Noury ha negado las acusaciones desde que comenzó el juicio en agosto de 2021. Por este motivo, tal y como informa la agencia de noticias, su defensa apelará el veredicto del tribunal. Thomas Söderqvist y Daniel Marcus, abogados de Noury, han admitido a la agencia sueca TT sentirse “decepcionados”.

Sin embargo, para Balkees Jarrah, directora interina del Programa de Justicia Internacional de Human Rights Watch, el veredicto es relevante “para los supervivientes y familiares de quienes fueron ejecutados sumariamente por las autoridades iraníes en el verano de 1998”.
“El fallo envía un mensaje a los más altos funcionarios iraníes implicados en estos crímenes de que no pueden permanecer fuera del alcance de la justicia para siempre”, aseguró Jarrah a través de un comunicado.
La diáspora iraní en Suecia también ha celebrado la sentencia del tribunal de Estocolmo. “Es un día histórico para mí, estoy muy feliz y agradecida. No puedo describir como me siento”, declara entre sollozos Laleh, hermana de uno de los ejecutados a SVT, la televisión pública sueca.

Irán vivió uno de los episodios más oscuros de su historia moderna entra julio y septiembre de 1988. Durante ese verano, 5.000 disidentes políticos fueron asesinados tras una fatua del ayatolá Jomeini según cifras de Amnistía Internacional. No obstante, la organización señala que el número real podría ser mayor. El Consejo Nacional de Resistencia de Irán, la oposición del régimen de Teherán, eleva el número de asesinados a 30.000.

Las ejecuciones masivas se centraron, sobre todo, en los simpatizantes de los Muyahidines del Pueblo de Irán (MEK), aunque miembros de otros partidos políticos de izquierdas fueron igualmente asesinados.
Activistas han apuntado a varios altos funcionarios del actual Gobierno de participar en las masacres. Incluso el propio presidente, Ebrahim Raisi, ha sido acusado de participar en las denominadas “comisiones de la muerte”, aunque el mandatario lo ha negado.