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El papa Francisco recibió al presidente francés Francois Hollande en el Vaticano, una reunión privada organizada tres semanas después del cruel asesinato de un sacerdote en una iglesia de Normandía y con la que quieren reforzar sus lazos. "Vine a decirle al papa que somos sensibles a las palabras que ha pronunciado y a su acción, lo que alivia nuestra visión de la humanidad", declaró Hollande pocos minutos antes del encuentro.
El asesinato, el 26 de julio, del sacerdote francés, que fue degollado dentro de una iglesia, reivindicado por la organización yihadista Daesh conmovió a Francia, entre los países más católicos de Europa. La audiencia privada -la segunda desde la elección del presidente socialista francés en mayo 2012- fue anunciada el lunes, día en que los católicos celebran la Asunción de la Virgen.
Antes de reunirse con el papa, el jefe de Estado francés, acompañado por el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, visitó la iglesia de San Luis de los Franceses, en el corazón de Roma. Construida por los reyes de Francia y administrada por París, entró a meditar unos instantes en la capilla dedicada a las víctimas del terrorismo, no muy lejos de las pinturas sobre el evangelista San Mateo realizadas por el maestro del barroco Caravaggio en 1600.
El clima en Francia es de alerta máxima tras la serie de atentados ocurridos en Francia por lo que el santuario de Lourdes (suroeste de Francia), visitado por miles de peregrinos de todo el mundo, fue puesto bajo alta seguridad debido a la amenaza terrorista. Pocas horas después del asesinato del cura Jacques Hamel en la iglesia de Saint-Etienne-du-Rouvray, en Normandía, Hollande habló por teléfono con el pontífice a quien prometió que haría todo a su alcance para proteger a las iglesias.
"Cuando un sacerdote es atacado toda Francia es profanada", repitió este miércoles el presidente francés, al recordar las palabras dichas al pontífice durante la conversación telefónica. Las autoridades francesas han organizado eventos fraternales en iglesias y mezquitas para aliviar las tensiones interreligiosas en un país marcado por siglos de catolicismo y con varios millones de musulmanes.
"La laicidad no es mensaje que hiere sino que une", explicó Hollande al ser interrogado sobre uno de los principios irrenunciables de Francia y que ha generado incomprensiones hasta con el Vaticano. El papa Francisco por su parte ha multiplicado los mensajes de apoyo a Francia, ya golpeada por el atentado de Niza (85 muertos) el 14 de julio, día de la fiesta nacional.
El papa y Hollande probablemente también hayan tratado la situación de los cristianos en Oriente, tema abordado por teléfono el 26 de julio. Hollande es sensible al "sufrimiento" que padecen los cristianos, especialmente en Irak y Siria, ya que considera su presencia "indispensable" para el equilibrio de la región.
La presidencia francesa espera con esta visita cerrar la página de las tensiones diplomáticas registradas durante los primeros cinco años de gobierno de Hollande por la adopción en 2013 de la ley para el matrimonio gay, que tuvo la oposición de la Iglesia católica. Además la Santa Sede se negó a acreditar en 2015 como embajador de Francia a Laurent Stefanini, católico practicante y homosexual.