Tras dos años y medio de silencio, Argelia ha respondido a la propuesta formulada por el rey Mohamed VI de Marruecos en noviembre de 2018, de entablar un diálogo directo con la jefatura del Estado argelino, para abordar todos los problemas bilaterales en suspenso, “sin prejuicios ni condiciones”.
El rey marroquí le ofreció al entonces presidente virtual de Argelia, Abdelaziz Bouteflika, una mano tendida al diálogo, aunque en realidad el destino de la propuesta era al Poder real argelino ejercido por la cúpula castrense. Posteriormente, el Palacio real marroquí volvió a reiterar la propuesta por vías directas e indirectas.
Argelia guardó silencio, y ni siquiera declaró darse por enterada. El entonces presidente Bouteflika se vio obligado a renunciar a un quinto mandato como era su intención y la de su entorno directo, político, militar y empresarial, y tras una sucesión confusa y precipitada ascendió al poder el actual jefe del Estado Abdelmadjid Tebboune en el cargo ya desde hace año y medio. Sin embargo, el silencio a la propuesta de Mohamed VI se mantuvo.
Por primera vez, el presidente argelino ha declarado este lunes a la cadena televisiva Al-Jazeera, que “si Marruecos considera que existe un problema con Argelia, estamos dispuestos a sentarnos a la mesa y hablar”.

La declaración del jefe del Estado argelino ha pasado algo desapercibida por la intensidad de las noticias de ardiente actualidad, como las Elecciones legislativas en Argelia, la crisis de Libia, las movilizaciones populares del Hirak argelino, o el caso Brahim Ghali , al que curiosamente las transcripciones de la entrevista presidencial a la cadena de televisión de Catar hecha en árabe, no le tratan como “presidente de la República Saharaui”, sino como líder del movimiento saharaui Frente Polisario.
La noticia es de gran relevancia, y no cabe duda de que son el resultado de las discretas gestiones que las grandes potencias amigas y aliadas de los dos países, EEUU, Rusia, China y posiblemente Francia, han venido haciendo. Pero también del proceso de afirmación del poder del nuevo presidente argelino, quien desde su llegada a la jefatura del Estado se ha propuesto ejercer los poderes que legalmente le otorga la Constitución, y al parecer lo ha conseguido: es el máximo responsable de la Defensa y de las Fuerzas Armadas, y el primer responsable de la política exterior y de las decisiones estratégicas del país.
Como ya adelantó ATALAYAR en su momento, Abdelmadjid Tebboune se propuso arrebatar el dosier del Sahara occidental a los militares, que lo gestionaban sin discontinuidad desde hacía 45 años.

La aceptación del diálogo con Marruecos por parte de Argelia puede abrir un nuevo capítulo en la geopolítica en África del norte y el Mediterráneo occidental.