Los países del Golfo han abierto decenas de embajadas en África subsahariana y han intervenido diplomáticamente en conflictos africanos con el objetivo de aumentar su prestigio internacional

Emiratíes, saudíes y qataríes cruzan el mar Rojo. ¿Qué hacen las monarquías del Golfo en África?

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photo_camera PHOTO/@MohamedBinZayed - El emir de Qatar, Tamim bin Hamad al-Thani, recibe en el aeropuerto internacional de Doha al presidente de los Emiratos Árabes Unidos, Mohamed bin Zayed

Este documento es copia del original que ha sido publicado por el Instituto Español de Estudios Estratégicos en el siguiente enlace

Emiratíes, saudíes y qataríes han cruzado el mar Rojo y han llegado a África subsahariana para quedarse. Su presencia en el continente, que durante los últimos quince años ha dado un salto cualitativo, está consolidada. Las monarquías del Golfo necesitan mantener el control de la seguridad y de la navegación del mar Rojo y del golfo de Adén si quieren salvaguardar su estabilidad interna, sus intereses comerciales y su seguridad alimentaria, y este dominio sólo es posible estando presente en ambas orillas. Emiratíes, saudíes y qataríes consideran a África subsahariana como un laboratorio en el que poder ensayar intervenciones que favorezcan sus objetivos en la escena internacional, y trabajan en esta región con el objetivo de construirse un estatus de potencia internacional, mediante la actuación como actores de primer orden, en los asuntos y conflictos del continente. Así, durante los últimos años, los países del Golfo han abierto decenas de embajadas en África subsahariana y han intervenido diplomáticamente en conflictos africanos con el objetivo de aumentar su prestigio internacional. Saudíes y emiratíes buscan además desempeñar un papel destacado en la lucha antiterrorista en África occidental motivados por el deseo de mejorar su reputación internacional como socios serios en la lucha contra el yihadismo.

Introducción

En los últimos quince años, los Estados del Consejo de Cooperación del Golfo principalmente Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Qatar— han estrechado lazos económicos y de seguridad al otro lado del mar Rojo, lo que ha potenciado su papel económico y diplomático en los países de África subsahariana donde su presencia es mayor. Emiratíes, saudíes y qataríes trabajan en esta región con el objetivo de construirse un estatus de potencia internacional mediante la actuación como actores de primer orden en los asuntos y conflictos del continente.

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Aunque emiratíes, saudíes y qataríes han comerciado con los pueblos africanos durante siglos, la crisis financiera mundial de 2007 les empujó a reorientar sus inversiones hacia África. Con la ralentización de las economías occidentales, las economías africanas en rápido crecimiento se convirtieron en un reclamo atractivo. Las monarquías del Golfo han impulsado sus estrategias de diversificación económica y de reducción de la dependencia del petróleo invirtiendo en los mercados africanos, especialmente cuando los precios del petróleo se desplomaron en 2014. La experiencia de las empresas del Golfo en el sector energético las hace especialmente atractivas para los Estados africanos que buscan desarrollar sus propias industrias energéticas. Además, la capacidad de estos países árabes para ejecutar proyectos de infraestructuras a gran escala también es un potente reclamo para los Estados africanos en rápido desarrollo1.

La herencia religiosa común también ha favorecido el estrechamiento de lazos. Cuando las economías occidentales entraron en crisis, algunos líderes africanos dirigieron su mirada a las monarquías del Golfo en busca de ayuda económica, y lo hacían apelando a sus vínculos religiosos. La expansión de la ayuda para el desarrollo en el continente sirve además para reforzar su reputación entre los musulmanes africanos, a la vez que favorecen así sus propios intereses económicos.

A medida que han crecido sus intereses económicos en África, emiratíes, saudíes y qataríes también han ampliado su presencia en el ámbito de la seguridad. Además de apoyar los esfuerzos contra la piratería en aguas de Somalia, han mejorado sus capacidades militares construyendo sus primeras bases en el Cuerno de África. El desencadenante en este caso ha sido la participación en la guerra de Yemen. La localización yemení es especialmente significativa en el contexto del nuevo orden global, en el que los tráficos de mercancías y los flujos de personas son substancialmente relevantes. Desde su terreno se puede controlar el tráfico marítimo próximo al mar Arábigo, el golfo de Adén y el mar Rojo. Es además el guardián asiático del estrecho de Bab el Mandeb. En las dos secciones del estrecho, entre la isla yemení de Perim y Yibuti, así como entre las islas yemeníes Hanish y la franja de islas de Eritrea, tiene una anchura menor a las 10 millas. Esto implica que el tráfico marítimo a través del estrecho puede ser fácilmente amenazado2.

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En el caso de los emiratíes y saudíes también han aumentado la cooperación militar con el objetivo de desempeñar un papel destacado en las operaciones internacionales de lucha contra el terrorismo en el Sahel. En este sentido, bajo patrocinio saudí se puso en marcha en 2016 la Coalición Militar Islámica contra el Terrorismo (IMCTC). Esta plataforma ha mejorado significativamente la cooperación militar y el intercambio de inteligencia entre las monarquías del Golfo y los Estados africanos. En este contexto, en 2017 Arabia Saudí y EAU aportaron 118 y 35,4 millones de dólares, respectivamente, a una fuerza antiterrorista en el Sahel3.

Durante los últimos años, los países del Golfo han abierto decenas de embajadas en el África subsahariana y han intervenido diplomáticamente en conflictos africanos con el objetivo de aumentar su prestigio internacional. La percepción de la retirada de Estados Unidos del continente ha motivado en parte estas intervenciones. Con Washington en repliegue, las monarquías árabes parecen decididas a desempeñar su propio papel. En palabras de un funcionario del Golfo: «Si nos fijamos en el futuro de África, está claro: China está dentro. Los países árabes también. Estados Unidos no»4.

Por otro lado, la capacidad de estos países de reforzar los acuerdos de paz con importantes incentivos económicos explica en buena parte sus éxitos donde otros han fracasado. Un ejemplo claro es el Acuerdo de Paz de Jeddah de 2018 entre Etiopía y Eritrea, auspiciado por saudíes y emiratíes y acompañado de promesas de inversión. Las monarquías del Golfo aprovechan la convergencia de intereses entre los Estados del Cuerno de África para beneficiarse hábilmente de sus relaciones y activos en la región y desempeñar su papel de mediadores5. Algunos observadores valoran que la diplomacia se basa en el principio de paz por dinero. De hecho, hay quienes defienden que sin dinero por medio la paz habría sido imposible y que precisamente en esa condición radica la fragilidad de esta. Así, en el caso del acuerdo de paz entre Etiopía y Eritrea este lleva aparejada la apertura económica a los intereses del Golfo con la construcción de un oleoducto entre ambos países por parte de Emiratos, así como de una vía férrea que uniría Etiopía con el puerto de Asab6. Cabe destacar también que desde 2021 el emirato de Abu Dabi actúa como mediador en la disputa entre Egipto, Etiopía y Sudán por el reparto del río Nilo, aunque todavía no se ha obtenido ningún resultado tangible.

Respecto al conflicto en Sudán que se desencadenó el pasado 15 de abril, Arabia Saudí está desarrollando un destacado papel diplomático. Así, el pasado 6 de mayo se sentaron a negociar en Yeda representantes de los dos grupos enfrentados. Aunque las conversaciones no se han traducido en un alto al fuego, los saudíes vuelven a demostrar su habilidad mediadora y su peso en la región. Más allá de las negociaciones, también han liderado la evacuación de extranjeros mediante el envío de buques. En total han conseguido trasladar desde Port Sudan hasta Yeda alrededor de ocho mil personas de diversas nacionalidades7.

Emiratos Árabes Unidos

Aunque los Emiratos, como el resto de las monarquías del Golfo, mantienen relaciones históricas con el Cuerno de África debido a los flujos migratorios, la voluntad de desarrollar una genuina política africana la inició el emirato de Dubái cuando tras la crisis financiera de 2008 decidió reorientar su estrategia de inversión internacional. El empuje de este emirato en África subsahariana ha sido tal que empresas occidentales eligen Dubái como centro regional desde el que operar en los países africanos. El emirato ofrece condiciones fiscales atractivas y la aerolínea Emirates proporciona conexiones directas desde Dubái con las principales capitales africanas. Además, Dubái ha atraído a un número creciente de empresarios africanos, que han elegido este emirato como su base para operar inversiones. El número de empresas africanas inscritas en la Cámara de Comercio e Inversión de Dubái se ha incrementado exponencialmente en la última década. También cabe destacar que los principales bancos chinos e indios han establecido en Dubái sus centros de operaciones para África8.

No obstante, el testigo de la creciente presencia emiratí en África subsahariana lo ha tomado el emirato de Abu Dabi, cuyas prioridades en la región son además políticas y militares. Esta evolución en la política africana de EAU se engloba en su política exterior general, que desde las revoluciones árabes de 2011 se fijó como uno de sus principales objetivos combatir a los actores del islamismo político, sobre todo a los Hermanos Musulmanes9. La agitación en Oriente Medio —el ascenso del Estado Islámico, el colapso de Libia, el conflicto de Siria, la inestabilidad en Egipto tras el golpe de Estado— y el temor a lo que algunos líderes del Golfo consideraban la creciente influencia de Irán en toda la región creó una mentalidad de asedio en algunas monarquías del Golfo. Abu Dabi, lo mismo que Arabia Saudí, considera una amenaza existencial a los grupos afiliados a los Hermanos Musulmanes, que además tienen también presencia, aunque limitada, dentro de Emiratos. Su ascenso alarmó a los líderes emiratíes, sobre todo al observar que los conflictos en el mundo árabe parecían cada vez más interrelacionados y los acontecimientos en un país acababan contagiándose al resto10.

EAU ha implementado con muchos países africanos lo que algunos han llamado su
«modelo egipcio»: apoyo diplomático, militar y financiero a los actores políticos estables que sean valorados como los más capaces de contener a los movimientos islamistas. Así ha actuado, además de en Egipto, en Yemen y en Sudán. En esta línea, los emiratíes condicionan su ayuda al desarrollo y sus inversiones a que las autoridades africanas manifiesten apoyo a sus orientaciones estratégicas, es decir, a que se adhieran a su agenda contra el islamismo político.

EAU es el cuarto país inversor en el continente africano a nivel mundial —después de China, Estados Unidos y Francia— y el mayor entre los Estados del Golfo11. Se estima que entre 2016 y 2021 los emiratíes han invertido cerca de 1.200 millones de dólares en el África subsahariana. En el ámbito del comercio, Emiratos es uno de los diez principales importadores de bienes y productos básicos del continente. Se calcula que el intercambio comercial no petrolero entre Emiratos y África asciende a 25.000 millones de dólares anuales. En los últimos quince años, el volumen de intercambio entre EAU y el continente africano de productos distintos de los hidrocarburos ha crecido un 700 %12.

Las inversiones emiratíes se centran en múltiples campos, desde las telecomunicaciones hasta el sector energético. Así, por ejemplo, Etisalat (recientemente renombrada como e&), la compañía telefónica de Abu Dabi y principal accionista de Vodafone, está presente en once países africanos. El grupo Phanes, con sede en Dubái y especializado en el desarrollo de energía solar, está construyendo centrales fotovoltaicas en el continente13.

En el ámbito de la minería, gracias al acercamiento entre EAU y la República Democrática del Congo (RDC), en diciembre de 2022 representantes de ambos Estados acordaron la creación de una empresa conjunta congoleño-emiratí, Primera Gold, participada en un 55 % por Emiratos y en un 45 % por RDC. El objetivo de la compañía es la extracción y exportación de oro en la región oriental del país africano. Además, actualmente se negocia la ampliación del acuerdo a la explotación de otros recursos minerales de destacado valor estratégico como el coltán14.

No obstante, es en el ámbito de las infraestructuras portuarias donde destaca la presencia de los EAU en el continente. Dubai Ports (DP) gestiona actualmente varias de las terminales portuarias más importantes de África subsahariana: Dakar (Senegal), Berbera (Somalia), Maputo (Mozambique) y Luanda (Angola)15. En Yibuti, el operador emiratí también gestionó el puerto de Doraleh hasta que en 2018 el gobierno local rescindió el contrato. DP ha obtenido además una concesión para la construcción de un centro logístico en Kigali (Ruanda) y su filial P&O Ports se ha hecho con el contrato para el desarrollo del puerto de Bosaso, en la región autónoma somalí de Puntlandia. Se negocian además con las autoridades locales nuevos proyectos portuarios en Port Sudan y en Madagascar16. Por su parte, Abu Dhabi Ports gestiona el puerto de Kamsar, en Guinea17 Emiratos se ha consolidado como un influyente actor marítimo y su esfuerzo por construir una red global de infraestructuras portuarias favorece no sólo su competitividad como potencia comercial marítima, sino que fortalece también sus capacidades militares.

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Esta política de inversiones portuarias está también al servicio de la estrategia de seguridad alimentaria. El clima árido de EAU obliga al país a depender de las importaciones de alimentos y se calcula que el 90 % del consumo nacional es importado. Los proyectos de adquisición agrícola en suelo africano se consideran verdaderas inversiones estratégicas, especialmente en el actual contexto del conflicto ucraniano, que tanta influencia está ejerciendo sobre el suministro y los precios de los productos básicos. Junto con Arabia Saudí y Qatar, EAU es uno de los principales compradores de tierras agrícolas en África subsahariana. Abu Dabi posee tierras cultivables en Nigeria, Namibia, Marruecos y Ghana; en Sudán, los inversores emiratíes han comprado más de 400.000 hectáreas y la empresa Al Dahra Agriculture firmó en 2015 un acuerdo para inyectar 1.000 millones de dólares como primer paso de un proyecto de 10.000 millones para desarrollar el valle de Al Hawad18.

Al igual que ocurre con Arabia Saudí, el conflicto en Yemen ha convertido la región del Cuerno de África en la principal zona estratégica en la que EAU ha desplegado su presencia. Al comienzo del conflicto de Yemen, los emiratíes se alarmaron por los avances de los rebeldes hutíes en torno al estrecho de Bab Al Mandeb, ya que se estaba planteando la posibilidad de que un grupo aliado iraní controlara ese punto vital para el comercio emiratí19. Con el objetivo de asegurar sus rutas de abastecimiento a través del mencionado estrecho y como punto para su despliegue militar en la costa yemení, EAU tuvo que recurrir a sus socios de la región. Yibuti, que había confiado a DP la gestión del puerto de Doraleh en 2008, era inicialmente el socio natural para poder contar con una base naval y aérea en la zona. Sin embargo, al deteriorarse la relación bilateral, que culminó con la expulsión de DP en 2018, Abu Dabi recurrió entonces al puerto eritreo de Asab. Así, se firmó un acuerdo con el Gobierno de Eritrea para poder instalar sus tropas en Asab y construir una pista de aterrizaje para las fuerzas aéreas. En el momento álgido de la participación emiratí en Yemen, la base de Asab se utilizó para lanzar operaciones sobre Adén (2015), Moukalla (2016) y Hodeida (2018).

Y si salimos de la ribera del mar Rojo observamos que los emiratíes han extendido también su presencia en África occidental y Sahel: en Senegal y Guinea, como ya se ha señalado, gestiona infraestructuras portuarias en Dakar o en Kamsar; en Mali, Mauritania, Chad y Burkina Faso se han realizado inversiones en infraestructuras civiles y militares. En su estrategia de lucha contra las fuerzas islamistas, EAU ha financiado a la fuerza conjunta del G5 Sahel con más de 30 millones de dólares. En esta línea también ha creado la Escuela de Defensa del G5 Sahel en Nuakchot y financia proyectos de desarrollo de capacidades militares de ejércitos locales20.

EAU también es uno de los principales donantes de ayuda al desarrollo en África.

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Arabia Saudí

Con el ascenso de Mohamed bin Sálman como príncipe heredero del país y gobernante de facto, la política exterior saudí está experimentado una transformación gradual. En el caso de África subsahariana, hasta tiempos recientes Arabia Saudí no había tenido una política exterior específica, coherente y con una proyección a largo a plazo. Sin embargo, en la última década las cosas han cambiado. ¿Cuáles han sido las razones del giro?

Con la guerra de Yemen —actualmente en situación de alto el fuego— como telón de fondo, la región del Cuerno de África ha tomado una destacada relevancia geoestratégica para Arabia Saudí, ya que los países de esta zona se han convertido en un elemento relevante a la hora de gestionar la seguridad del reino. Tradicionalmente esta región ha gozado de especial importancia para Arabia Saudí por los estrechos lazos culturales, lingüísticos, comerciales, además de intercambio de flujos migratorios que comparten. El percibido como repliegue de Washington de Oriente Medio está provocando cambios en el equilibrio de poder regional y Arabia Saudí se ha visto obligada a adoptar un enfoque más coherente en el Cuerno de África si quiere salvaguardar sus intereses nacionales. A diferencia de EAU, Arabia Saudí se encuentra en la vecindad directa del Cuerno de África. Mientras que el intervencionismo de Emiratos tiene comparativamente menos costes políticos —pues su propia posición de poder apenas puede verse amenazada dada la distancia que los separa—, la situación es diferente para Riad. Cualquier desestabilización en el Cuerno de África afecta a la estructura de poder dentro de la esfera de influencia saudí. Por eso Riad está obligada a actuar con más cautela y a no asumir riesgos21.

Riad ve un nexo entre Yemen y el Cuerno de África. Desde que comenzó la intervención militar en este país en marzo de 2015, la región ha sido considerada un área de influencia estratégica para operar en este conflicto. Por ello, Arabia Saudí presionó a los distintos gobiernos de los países del Cuerno para que forjaran una alianza y avanzaran contra la milicia hutí en Yemen. Sudán, Eritrea y Somalia se unieron entonces al eje militar liderado por Arabia Saudí. Este tipo de cooperación militar con países africanos se ve fortalecida a menudo con incentivos económicos. Así, Arabia Saudí depositó 1.000 millones de dólares en el banco central de Sudán poco después de que este país aportara más de mil soldados a la lucha en Yemen en 201522. La prioridad en la política regional saudí es la resolución del conflicto en Yemen,  pues este se ha convertido en un desastre económico y de seguridad para Riad en los últimos años. Las recientes conversaciones directas con Irán muestran la voluntad política de Arabia Saudí de superar este conflicto por la vía diplomática, ya que una solución militar se ha vuelto poco probable.

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Sin salirnos de la región, la migración irregular a Yemen y desde allí al reino también preocupa a los saudíes. Lo mismo que también inquietan las actividades de grupos terroristas en la zona, la piratería en el golfo de Adén y Bab Al Mandeb, el contrabando de qat, de drogas o la pesca ilegal. El mar Rojo es geoestratégicamente vital para el comercio del petróleo saudí y cualquier inestabilidad en la región afecta a los intereses económicos del reino. Arabia Saudí cerró en 2017 un acuerdo para construir en Yibuti su primera base militar en el extranjero, con el mismo objetivo de proteger sus intereses estratégicos en la región23.

Pero no es sólo la seguridad entendida en términos militares lo que ha empujado a los saudíes a mirar al Cuerno de África. La seguridad alimentaria es otro elemento fundamental que está configurando las relaciones saudíes con sus países vecinos al otro lado del mar Rojo. Esta estrategia se materializó principalmente a través de la empresa Saudi Star Agriculture Development, del multimillonario saudí-etíope Mohamed Al Amoudi. El reino está comprando tierras cultivables en la región africana para asegurar su propio suministro de alimentos. Así, en 2009 compró 500.000 hectáreas de tierra en Tanzania, ha adquirido 124.000 hectáreas en Etiopía y en abril de 2021 anunció que apoyaría la producción agrícola en Sudán aportando 400 millones de dólares. Se prevé que la población actual del reino, de treinta y dos millones de habitantes, alcance casi los cuarenta y cinco millones en 2050, y ese crecimiento se traducirá inevitablemente en un aumento de la demanda de alimentos. África, con sus vastas extensiones de tierra cultivable y suelo fértil, puede ser la respuesta. Se calcula que sólo Uganda puede alimentar a más de doscientos millones de personas, más de cuatro veces y media su propia población24. No obstante, las compras de tierra han sido muy criticadas, ya que los acuerdos afectan de alguna forma al suministro local de alimentos, lo que aumenta la pobreza y la injusticia social. En cualquier caso, la escasez de suministros originada por el conflicto en Ucrania está empujando a Arabia Saudí y a otras monarquías del Golfo a continuar con sus políticas de compra de tierras africanas para mitigar la creciente escasez de grano.

Otro vector de influencia saudí son los fondos concedidos en forma de préstamos o subvenciones por el Fondo Saudí para el Desarrollo (SFD). Los proyectos de inversión cubren una variedad de sectores: carreteras, suministro de agua, suministro electrónico, educación o sanidad. El SFD ha invertido 4,2 billones de euros en África, de los cuales el 40 % han tenido como destino Egipto. Otros Estados que destacan como beneficiarios son Yibuti, Etiopía, Kenia, Mauritania y Senegal25. Con el apoyo financiero y la ayuda humanitaria los dirigentes saudíes tratan de forjar alianzas políticas, presentarse como garantes fiables del apoyo a la política de desarrollo y como socios y donantes generosos26.

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Riad también está interesado en crear foros multilaterales. Un ejemplo de esta política es el Consejo de Estados Árabes y Africanos ribereños del Mar Rojo y el Golfo de Adén (Consejo del Mar Rojo). Se originó en enero de 2020 por iniciativa saudí e incluye a Egipto, Yemen, Jordania, Sudán, Eritrea, Yibuti y Somalia. El objetivo de esta asociación es mejorar el comercio y la seguridad a lo largo de esta vía navegable por la que se calcula que fluye el 13 % del comercio mundial27. Hasta ahora el foro no ha logrado resultados significativos, sin embargo, a los saudíes les sirve de plataforma para perseguir intereses de seguridad comunes, cultivar lealtades regionales y fomentar antipatías a rivales como Irán.

Por último, cabe destacar que Arabia Saudí no disfruta de un papel dominante como creador de redes marítimas y depende en parte de la infraestructura emiratí. Sin embargo, el reino tiene planes para invertir más en el sector logístico, especialmente en el Cuerno de África, con el objetivo de aligerar su dependencia respecto a Emiratos y también para poder competir con China en la región. No hay que perder de vista que para Pekín el Cuerno de África es un centro estratégico de la Iniciativa de la Franja y la Ruta28.

Qatar

Durante las últimas dos décadas, Qatar se ha convertido en un actor internacional relevante gracias a su posición de primer productor mundial de gas natural licuado. Sus reservas, las terceras del mundo después de Rusia e Irán29, han hecho posible su rápido despegue económico. Pero Qatar no se conforma con el estatus de potencia energética y desde el punto de vista geopolítico busca emerger como potencia regional. Para conseguirlo, el país ha utilizado sus enormes recursos financieros para llevar a cabo una ambiciosa política exterior. Qatar está logrando sus objetivos a través de cuatro instrumentos: su fondo de inversiones, Qatar Investment Authority; su canal de noticias, Al Jazeera; la apertura de embajadas en los cinco continentes y el constante incremento de nuevas rutas de Qatar Airways. Qatar se ha esforzado por labrarse una reputación de potencia fiable mediando en diversos conflictos en África. Así, ha desempeñado un papel destacado en las negociaciones entre Eritrea y Sudán, Chad y Sudán, y Eritrea y Yibuti. Sin embargo, algunos de estos intentos de mediación no han logrado alcanzar resoluciones de paz duraderas debido a su limitada capacidad de proyección de poder, a la falta de personal profesional sobre el terreno y, en general, a su todavía corta experiencia diplomática en el contexto de las dinámicas regionales africanas30. En cualquier caso, con su interés por la mediación ha demostrado que su ambición va más allá de la inversión de petrodólares en África subsahariana. En los últimos años, Qatar ha abierto más embajadas en África subsahariana que cualquier otro Estado, con la excepción de Turquía.

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Las relaciones entre Qatar y los países de África subsahariana, a excepción de Sudán y Eritrea, son todavía recientes y están en proceso de construcción. Si bien los lazos que le unen con los países del Magreb datan de los años setenta, no ha sido hasta el siglo XXI que el país ha estrechado relaciones diplomáticas al sur del desierto. Actualmente una veintena de países subsaharianos tienen embajada en Doha. Además de Sudán y Eritrea, dos Estados despiertan un interés especial para Qatar, las dos principales economías de la región: Sudáfrica y Nigeria. En el primer caso, Qatar Petroleum y la empresa sudafricana Sasol se han unido para la construcción en Ras Laffan (principal centro gasístico en Qatar) de una planta de conversión del gas qatarí en productos petrolíferos líquidos. Este interés por la tecnología sudafricana ha incrementado sustancialmente las relaciones bilaterales y ha contribuido a disipar los estereotipos habituales de un continente retrasado tecnológicamente. En el caso de Nigeria, las relaciones con Qatar son, en cierta medida, mucho más antiguas, ya que ambos países son miembros de la OPEP. Sin embargo, no fue hasta 2013 cuando Nigeria abrió su misión diplomática en Qatar. Aunque las razones económicas de esta presencia en Qatar eran importantes, Nigeria no buscaba comprar gas y no tenía problemas de liquidez. La principal razón era de naturaleza política: el intervencionismo qatarí, sobre todo en la resolución de conflictos en África, obligaba a Nigeria, que se ve a sí misma como la gran potencia continental, a estrechar relaciones con el país del Golfo31.

La energía es uno de los principales motores de las inversiones de Qatar y las realiza a través de su empresa Qatar Petroleum International, fundada en 2006. En África subsahariana ha efectuado dos inversiones en este sector: en Mauritania y en República del Congo. Además, Qatar también ha invertido en plantas de producción de electricidad a través de su empresa Nebras Power. Uno de los primeros proyectos con los que Nebras se ha comprometido se sitúa en Kenia. Los qataríes quieren invertir en una central eléctrica de gas de 500 MW en Mombasa mediante la asociación con Kenya Electricity Generating Company. Se ha firmado además otro acuerdo con Senegal con el objetivo de construir una terminal flotante de importación de gas y una central eléctrica de 400 MW cerca de Dakar. Además de los sectores de los hidrocarburos y la energía, Qatar ha puesto en marcha una estrategia de inversión en proyectos mineros. Para ello se vale de Qatar Steel (producción de hierro) y Qatar Mining (exploración y producción minera). En África subsahariana, Qatar Steel firmó su primer acuerdo con la empresa nacional mauritana de industria y minería32.

En el ámbito de la seguridad alimentaria, al igual que sus vecinos Qatar tiene una alta dependencia de la importación de alimentos. En este sentido ha invertido 500 millones de dólares en el sector agrícola y alimentario de Sudán. Además, entabló conversaciones con Kenia para arrendar 40.000 hectáreas de tierra en el delta del Tana, pero se encontró con la feroz oposición local33.

Como suministrador de ayuda oficial al desarrollo, los países de África subsahariana más beneficiados por Qatar son Burkina Faso, Etiopía, Somalia, Sudán, Guinea, Mozambique, República del Congo, Senegal, Comoras y Yibuti34.

La exportación de las rivalidades del Golfo a África

Qatar se ha mostrado como un equilibrador de poderes entre los Estados bañados por las aguas del golfo Pérsico, sirviendo como un elemento de contrapeso en la pugna regional entre Arabia Saudí e Irán. Igualmente ha influido de manera muy significativa en los conflictos de Yemen, Siria, Iraq o recientemente en Afganistán. Todo esto ha ocasionado que los qataríes hayan conseguido ser atractivos, a la par que sus rivales pierden prestigio y credibilidad mediante un proceso que se podría denominar como «desempoderamiento blando»35.

Los qataríes mantienen importantes discrepancias con saudíes y emiratíes. Una de las principales razones es la aproximación de los primeros al islamismo político en general y a los Hermanos Musulmanes en particular. Saudíes y emiratíes, por su parte, consideran que este grupo pretende desestabilizar el orden establecido en la región. En los escenarios sacudidos por las revueltas de las primaveras árabes, Arabia Saudí y Catar se encontraron respaldando a facciones opuestas o en competición, y Emiratos se alineó con los saudíes. Aquí empezó a fraguarse el alineamiento estratégico-ideológico entre Arabia Saudí y EAU. Así, ambos se alzaron como enemigos del islamismo político y de la supuesta democratización que iban a traer los levantamientos populares.

Al ver la magnitud de las revueltas, otros Estados del Golfo temieron por su seguridad por lo que se incrementaron las medidas de presión sobre Qatar. Así, en junio 2017 se produjo una crisis diplomática: Arabia Saudí, EAU, Baréin, Egipto y Jordania cortaron sus relaciones diplomáticas con los qataríes, a los que acusaron de interferir en su política interior y apoyar a grupos terroristas. El cierre de las fronteras y las limitaciones al tráfico aéreo y marítimo ocasionaron una crisis en Qatar que llegó incluso a afectar al suministro de alimentos. Las carencias del momento hicieron que tanto Irán como Turquía apoyasen a los qataríes, creándose un preocupante sistema de alianzas y hostilidades que llevaron a un desequilibrio en el complicado orden de la región. Así, Qatar comenzó a labrar un progresivo acercamiento con Turquía, uno de los actores en posición de disputar el liderazgo regional a Arabia Saudí, y con Irán, principal enemigo de los saudíes36.

Las rivalidades del Golfo también tuvieron su réplica en el Cuerno de África. Sudán, Yibuti, Eritrea, Etiopía o Somalilandia se mostraron más próximas a Arabia Saudí y Emiratos durante la crisis diplomática de 2017, mientras que Somalia adoptó una posición neutral para no poner en peligro sus buenas relaciones económicas con Qatar37 Unos meses después del desencadenamiento del conflicto, en diciembre de 2017, el emir de Qatar, Tamim ibn Hamad Al Thani, realizó una gira por África occidental que le llevó a Burkina Faso, Costa de Marfil, Ghana, Guinea, Mali y Senegal. Se trataba del primer viaje del dirigente qatarí a esta región del continente y el objetivo era expresar su gratitud a los Estados que no rompieron o que restablecieron rápidamente sus relaciones con Qatar y mandar así un mensaje de desafío a sus rivales del Golfo.

Durante los cuatro años que se mantuvo el bloqueo, los emiratíes consideraron que la ausencia de apoyo a su posición o la elección de la neutralidad constituía una legitimación de facto de la posición qatarí entre los dirigentes africanos, y que se trataba más personalmente de una expresión de ingratitud hacia sus patrocinadores emiratíes. En Somalia, la rivalidad entre Qatar y EAU tuvo un efecto nocivo en las relaciones entre Mogadiscio y las regiones autónomas de Somalilandia y Puntlandia. Así, la creciente presencia económica y militar de EAU en las mencionadas regiones contribuyó aún más a la fractura interna entre las fuerzas políticas somalíes38. En cualquier caso, el acercamiento entre Qatar, Arabia Saudí y EAU en enero de 2021, que desencadenó el fin del bloqueo y la vuelta a las relaciones diplomáticas, ha permitido que los países africanos puedan ahora mejorar sus relaciones con ambas partes.

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La expansión de emiratíes, saudíes y qataríes en el Cuerno de África va acompañada de la exportación de sus rivalidades a una región que ya tiene muchas. Y no son las únicas potencias extranjeras que prestan ahora atención a esta región. China ha establecido en Yibuti su primera instalación militar en el extranjero, a sólo diez kilómetros de la única base estadounidense en África, lo que convierte al mar Rojo en un nuevo escenario de la competencia entre grandes potencias. En su centro se encuentra el estrecho de Bab Al Mandeb, el corredor marítimo por el que pasan cientos de miles de millones de dólares en petróleo y otras exportaciones entre Europa, Asia y el Golfo. El mar Rojo se está convirtiendo en un escenario de intrigas geopolíticas. En sus orillas una serie de actores estatales —con diferentes culturas, diferentes modelos de gobierno y diferentes estilos de diplomacia— se están tanteando mutuamente. Abundan las oportunidades y los riesgos y, como en cualquier frontera emergente, las reglas del juego se están todavía escribiendo39.

Conclusiones

Emiratíes, saudíes y qataríes han cruzado el mar Rojo y han llegado a África subsahariana para quedarse. Su presencia en el continente, que durante los últimos quince años ha dado un salto cualitativo, está consolidada. Las monarquías del Golfo necesitan mantener el control de la seguridad y de la navegación del mar Rojo y del golfo de Adén si quieren salvaguardar su estabilidad interna, sus intereses comerciales y su seguridad alimentaria, y este dominio sólo es posible estando presente en ambas orillas.

Los Estados árabes de alguna manera consideran a África subsahariana como un laboratorio en el que poder ensayar intervenciones que favorezcan sus objetivos en la escena internacional. En este sentido tienen claro que el mantenimiento de su estatus de potencias regionales se juega en buena parte en el continente africano y las rivalidades y la lucha por el poder regional en Oriente Medio se han trasladado a este escenario.

Durante los últimos años, los países del Golfo han abierto decenas de embajadas en África subsahariana y han intervenido diplomáticamente en conflictos africanos con el objetivo de aumentar su prestigio internacional. Saudíes y emiratíes buscan además desempeñar un papel destacado en la lucha antiterrorista en África occidental motivados por el deseo de mejorar su reputación internacional como socios serios en la lucha contra el yihadismo.

Esta creciente presencia en África subsahariana está ya reportando beneficios como el aumento del comercio y de las inversiones en la región, el despliegue de infraestructuras o el establecimiento de acuerdos de paz entre enemigos. No obstante, se están también desarrollando relaciones clientelares que, como se ha comprobado sobre todo durante la crisis diplomática de 2017, empujan a los Estados africanos a tener que elegir entre bandos y sufrir las consecuencias de sus elecciones.

Óscar Garrido Guijarro* Analista del Instituto Español de Estudios Estratégicos Doctor en Paz y Seguridad Internacional
@oscargarrido

Referencias:

1 TODMAN, Will. «The Gulf Scramble for Africa», Center for Strategic & International Studies. Noviembre de 2018. Disponible en: https://www.csis.org/analysis/gulf-scramble-africa-gcc-states-foreign-policy-laboratory
Nota: todos los enlaces están activo a fecha de 23 de mayo de 2023.
2 CASTRO TORRES, José Ignacio. Yemen: un conflicto de opciones difíciles y soluciones imposibles. Documento de Análisis IEEE 44/2022. Junio de 2022. Disponible en: https://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_analisis/2022/DIEEEA44_2022_JOSCAS_Yemen.pdf
3 TODMAN, Will. «The Gulf Scramble for Africa», Center for Strategic & International Studies. Noviembre de 2018. Disponible en: https://www.csis.org/analysis/gulf-scramble-africa-gcc-states-foreign-policy-laboratory
4 «The United Arab Emirates in the Horn of Africa». International Crisis Group. Noviembre de 2018. Disponible en: https://www.crisisgroup.org/middle-east-north-africa/gulf-and-arabian-peninsula/united-arab-emirates/b65-united- arab-emirates-horn-africa
5 LONS, Camille. «Saudi Arabia and the UAE Look to Africa», Carnegie Endowment for International Peace. Disponible en: https://carnegieendowment.org/sada/77561
6 SILVA, Victoria. La creciente presencia del Golfo en África: implicaciones para la seguridad regional. Instituto Español de Estudios Estratégicos. Septiembre de 2019. Disponible en: https://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2019/DIEEEO72_2019VICSIL_golfoAfrica.pdf
7 CAFIERO, Giorgio. «Analysis: Saudi Arabia’s diplomatic energy, soft power in Sudan». Mayo de 2023. Disponible en: https://www.aljazeera.com/news/2023/5/15/analysis-saudi-arabias-diplomatic-energy-soft-power-in-sudan
8 PLÁCIDO, Gustavo. «The United Arab Emirates, Africa and Angola in the new Silk Road», Portuguese Institute of
International Relations and Security. https://www.academia.edu/13691974/The_United_Arab_Emirates_Africa_and_Angola_in_the_new_Silk_Road
9 SAMAAN, Jean-Loup. «Les Émirats arabes unis en Afrique», Notes de l’Ifri. Septiembre de 2021. Disponible en: https://www.ifri.org/sites/default/files/atoms/files/saaman_eau_afrique_2021.pdf
10 «The United Arab Emirates in the Horn of Africa», International Crisis Group. Noviembre de 2018. Disponible en: https://www.crisisgroup.org/middle-east-north-africa/gulf-and-arabian-peninsula/united-arab-emirates/b65-united- arab-emirates-horn-africa
11 https://www.statista.com/statistics/1122389/leading-countries-for-fdi-in-africa-by-investor-country/
12 MEYER, Zhann. «The United Arab Emirates and Africa — partners in growth and job creation», Bussines Day. Marzo de 2023. Disponible en: https://www.businesslive.co.za/bd/opinion/2023-03-02-zhann-meyer-the-united-arab- emirates-and-africa-partners-in-growth-and-job-creation/
13 SAMAAN, Jean-Loup. «Les Émirats arabes unis en Afrique», Notes de l’Ifri. Septiembre de 2021. Disponible en: https://www.ifri.org/sites/default/files/atoms/files/saaman_eau_afrique_2021.pdf
14 LIFFRAN, O. «Abu Dhabi's grand gold and coltan designs in the DRC», Africa Intelligence. Abril de 2023. Disponible en: https://www.africaintelligence.com/central-africa/2023/04/06/abu-dhabi-s-grand-gold-and-coltan- designs-in-the-drc,109932235-eve
15 https://www.dpworld.com/
16 http://poports.com/
17 https://www.adportsgroup.com/en/about-us
18 SAMAAN, Jean-Loup. «Les Émirats arabes unis en Afrique», Notes de l’Ifri. Septiembre de 2021. Disponible en: https://www.ifri.org/sites/default/files/atoms/files/saaman_eau_afrique_2021.pdf
19 «The United Arab Emirates in the Horn of Africa», International Crisis Group. Noviembre de 2018. Disponible en: https://www.crisisgroup.org/middle-east-north-africa/gulf-and-arabian-peninsula/united-arab-emirates/b65-united- arab-emirates-horn-africa
20 SAMAAN, Jean-Loup. »Les Émirats arabes unis en Afrique», Notes de l’Ifri. Septiembre de 2021. Disponible en: https://www.ifri.org/sites/default/files/atoms/files/saaman_eau_afrique_2021.pdf
21 SONS, Sebastian. «Between Power Projection and Regional Rivalries. Saudi Arabia’s Engagement in the Horn of Africa», Megatrends Africa. Diciembre de 2022. Disponible en: https://www.megatrends- afrika.de/assets/afrika/publications/policybrief/MTA-PB_Sons_Saudi_Arabia_HoA_final.pdf
22 TODMAN, Will. «The Gulf Scramble for Africa», Center for Strategic & International Studies. Noviembre de 2018. Disponible en: https://www.csis.org/analysis/gulf-scramble-africa-gcc-states-foreign-policy-laboratory
23 Idem.
24 BERMAN, Illan. «Here Comes Saudi Arabia’s African Offensive», The National Interest. Marzo de 2020. https://nationalinterest.org/blog/middle-east-watch/here-comes-saudi-arabia%E2%80%99s-african-offensive-138237
25 AUGÉ, Benjamin. «Diplomatic Relations between Qatar and Sub-Saharan Africa. An Evolving Affair», Notes de l’Ifri. Agosto de 2016. Disponible en: https://www.ifri.org/sites/default/files/atoms/files/notes_qatar_afrique_en_oksl.pdf
26 SONS, Sebastian. «Between Power Projection and Regional Rivalries. Saudi Arabia’s Engagement in the Horn of Africa», Megatrends Africa. Diciembre de 2022. Disponible en: https://www.megatrends- afrika.de/assets/afrika/publications/policybrief/MTA-PB_Sons_Saudi_Arabia_HoA_final.pdf
27 BERMAN, Illan. «Here Comes Saudi Arabia’s African Offensive», The National Interest. Marzo de 2020. https://nationalinterest.org/blog/middle-east-watch/here-comes-saudi-arabia%E2%80%99s-african-offensive-138237
28 SONS, Sebastian. «Between Power Projection and Regional Rivalries. Saudi Arabia’s Engagement in the Horn of Africa», Megatrends Africa. Diciembre de 2022. Disponible en: https://www.megatrends- afrika.de/assets/afrika/publications/policybrief/MTA-PB_Sons_Saudi_Arabia_HoA_final.pdf
29 https://www.cia.gov/the-world-factbook/field/natural-gas/
30 TODMAN, Will. «The Gulf Scramble for Africa», Center for Strategic & International Studies. Noviembre de 2018. Disponible en: https://www.csis.org/analysis/gulf-scramble-africa-gcc-states-foreign-policy-laboratory
31 AUGÉ, Benjamin. «Diplomatic Relations between Qatar and Sub-Saharan Africa. An Evolving Affair», Notes de l’Ifri. Agosto de 2016. Disponible en: https://www.ifri.org/sites/default/files/atoms/files/notes_qatar_afrique_en_oksl.pdf
32 Idem.
33 TODMAN, Will. «The Gulf Scramble for Africa», Center for Strategic & International Studies. Noviembre de 2018. Disponible en: https://www.csis.org/analysis/gulf-scramble-africa-gcc-states-foreign-policy-laboratory
34 https://qatarfund.org.qa/projects/?c=AF
35 CASTRO TORRES, José Ignacio. Del poder blando al poder sutil: El caso de Catar, Instituto Español de Estudios Estratégicos. Octubre de 2021. https://www.ieee.es/contenido/noticias/2021/10/DIEEEA38_2021_JOSCAS_Catar.pdf                  36 BORDÓN, Javier. Difícil primus entre estos pares: la política exterior de Arabia Saudí hacia Catar. Instituto Español de Estudios Estratégicos. 2021. Octubre de 2021. https://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2021/DIEEEO117_2021_JAVBOR_Catar.pdf
37 SONS, Sebastian. «Between Power Projection and Regional Rivalries. Saudi Arabia’s Engagement in the Horn of Africa», Megatrends Africa. Diciembre de 2022. Disponible en: https://www.megatrends- afrika.de/assets/afrika/publications/policybrief/MTA-PB_Sons_Saudi_Arabia_HoA_final.pdf
38 SAMAAN, Jean-Loup. «Les Émirats arabes unis en Afrique», Notes de l’Ifri. Septiembre de 2021. Disponible en: https://www.ifri.org/sites/default/files/atoms/files/saaman_eau_afrique_2021.pdf
39 VERTIN, Zach. «Red Sea rivalries: The Gulf, the Horn of Africa & the new geopolitics of the Red Sea», Foreign Affairs. Enero de 2019. Disponible en: https://www.foreignaffairs.com/articles/east-africa/2019-01-15/red-sea-rivalries

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