Erdogan moldea una Turquía a su medida un mes después del golpe

Susana Campo/lainformacion.com    

Tras el fallido golpe de estado del 15 de julio, Erdogan ha reorganizado sus fuerzas militares e instituciones y da un giro a su diplomacia. Alrededor de 81.000 funcionarios fueron despedidos y unas 35.000 personas fueron detenidas.  Con una profunda reorganización de sus fuerzas armadas, un nuevo giro en su política exterior y la mayor purga de su historia moderna, Turquía ha sufrido una enorme transformación en solo un mes, el tiempo transcurrido desde el golpe militar fallido contra su presidente, Recep Tayip Erdogan.

En solo 30 días, el presidente islamista se ha hecho con todo el poder y encabeza el mayor proceso de cambio desde la fundación del país en 1923. Una calma tensa ha vuelto a las dos principales ciudades de Estambul y Ankara donde sus habitantes fueron testigos de los bombardeos de los aviones de combate y la artillería de los tanques que les sorprendieron aquella noche del 15 de julio. Es una calma a medias. Las calles con fotografías de los mártires recuerdan a los caídos durante la asonada. Las banderas turcas y el rostro del presidente colgando en los edificios evidencian el auge del nacionalismo y el  culto a la figura Edorgan, No en vano, una encuesta de Metropoll, indica que el índice de aprobación de Erdogan  es del 68 por ciento, un aumento de casi 20 puntos desde el último sondeo. En Turquía, soplan vientos de cambios.

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La alianza con Europa se tambalea 

Desde hace un mes, casi la mitad de los generales han sido detenidos o destituidos a la par que la autoridades de Ankara acusan al predicador musulmán exiliado en EEUU, Fethullah Gülen, de estar detrás de la tentativa de derrocar a Erdogan, su ex aliado. Aunque lo que más preocupa es el decreto de estado de emergencia firmado tras el golpe que le otorga al presidente un pleno control de las fuerzas armadas.

Caza de brujas en Turquía 

En este mes, Turquía ha puesto en marcha un verdadera caza de brujas. 81.000 funcionarios fueron despedidos y unas 35.000 personas fueron detenidas, entre artistas, profesores de universidad y hasta astros del fútbol. Una polémica decisión que ha desatado las críticas de los países occidentales y el rechazo de Erdogan que ha encontrado el apoyo en su nuevo socio, Rusia, el primer país que has visitado tras la intentona de golpe hace un mes.

Precisamente, este viaje genera temores de un cambio de rumbo diplomático ya que el presidente Erdogan ha agradecido a Putin  su apoyo. No extraña que la candidatura de Turquía a la UE atraviese su peor crisis desde hace años, a causa de la represión desencadenada por Erdogan.

El intento de golpe ha elevado las medidas de seguridad en un país golpeado por el terrorismo yihadista. Tuvo lugar dos semanas después de un atentado en el aeropuerto Atatürk en Estambul, que dejó a 41 personas muertas y 230 heridos. A las ya impuestas medidas  tras los atentados, ahora se suman las derivadas del golpe. Y sobre todo, está callando a las voces opuestas y en contra de la deriva nacionalista e islamista. Más de 130 medios han sido cerrados y con ellos, sus críticas. En un solo un mes, Erdogan moldea a un país a su medida.

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