España y Portugal se reúnen para atar los cabos sueltos de su frontera
Con 1.200 kilómetros de longitud, la frontera más vieja de Europa se encuentra en la península ibérica y está bastante olvidada. Pero a partir de este fin de semana los gobiernos luso y español han dado un giro de 180º a la concepción de esta zona transfronteriza, insuflando y proponiendo varios paquetes de medidas para el desarrollo de la zona y la población que allí vive.
La Cumbre Ibérica entre España y Portugal ha servido para intercambiar propuestas y acuerdos que buscan reavivar la relación de ambos países vecinos, sobre todo a través de la frontera ibérica. Tanto el presidente español, Pedro Sánchez como el primer ministro luso, Antonio Acosta, definieron en la XXXI Cumbre Ibérica de Guarda la primera estrategia global de desarrollo fronterizo.
La península Ibérica tiene un valor político y geoestratégico muy alto. Los líderes de ambos países saben de estas características y, durante la cumbre, se comprometieron a impulsar proyectos conjuntos sobre campos sensibles como energía y turismo.
El desarrollo fronterizo ha sido la gran apuesta de los jefes de Gobierno de España, que se mostraron empeñados en recuperar una región marcada por la baja densidad y la falta de oportunidades laborales. Una estrategia que "no se queda en vaguedades ni abstracciones", explicó Sánchez, sino que avanza medidas concretas para los territorios de La Raya, 1.2000 kilómetros de la frontera más antigua de Europa.
Los dos países materializan así un compromiso alcanzado en la cumbre de 2018 celebrada en Valladolid y que recoge medidas para promover la actividad y el desarrollo garantizar los servicios públicos y la igualdad de oportunidades en estas zonas. Para el primer ministro portugués es una gran noticia avanzar en la transformación de la "muralla" que ha separado a ambos países en un punto de encuentro y desarrollo.
La vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Económica del Gobierno español, Teresa Ribera, ha subrayado por su parte el compromiso de ambos países de poner en marcha o iniciar en menos de un año todas las medidas que recoge la estrategia de reactivación de actividades fronterizas.
Convertir la frontera en un territorio "más próspero para vivir y trabajar" es el objetivo de la estrategia, según ha recalcado en la presentación la ministra portuguesa de cohesión, Ana Abrunhosa.
La Estrategia Común de Desarrollo Transfronterizo se ha concebido como una herramienta flexible y fundamental para el desarrollo de las regiones transfronterizas. Según Abrunhosa, la estrategia "pretende contradecir la tendencia demográfica y combatir el aislamiento de todos estos territorios”. Portugal, así mismo, se compromete a poner los medios financieros y administrativos necesarios.
Unos compromisos que también ha asumido España por boca de Ribera, quien ha subrayado que la frontera hispano-lusa es una zona "extraordinariamente rica" en naturaleza, biodiversidad y tiene una gran capacidad de explotación e inversión, así como recursos agroalimentarios, cultura y patrimonio.
El futuro de la frontera común con más de 1.200 kilómetros y una de las más antiguas de Europa, pasa por garantizar la igualdad de oportunidades para la región, promover la actividad y favorecer la repoblación. Una propuesta global que beneficiará en Portugal a 145 municipios y 1,6 millones personas -el 62% de la superficie del país- y en España 3,3 millones de habitantes de 1.231 municipios -un 17% de la superficie española-.
El plan contempla ejes básicos centrados en la movilidad, la seguridad, la infraestructura y la conectividad, la gestión conjunta de servicios básicos, el desarrollo económico, la innovación territorial y, por último, los ámbitos de la energía, el medioambiente, centros urbanos y energía.
Durante la Cumbre Ibérica descartaron por completo un nuevo cierre de la frontera terrestre común para atajar el avance de la COVID-19.
"No contemplamos en absoluto el cierre de fronteras", afirmó Pedro Sánchez en rueda de prensa conjunta con Costa. Sánchez insistió en que "cualquier decisión que se tome será consensuada con el Gobierno portugués”.
António Costa, por su parte, calificó de "ejemplar" la articulación del cierre de la frontera común entre marzo y julio pasados pero insistió en que no se bloqueará de nuevo porque "la situación es diferente".
El primer ministro luso evitó valorar la evolución de la pandemia en España y subrayó que "no es el momento para juzgar, es momento de apoyar, ayudar, ser solidarios, intentar hacer siempre lo mejor porque estamos combatiendo un enemigo que no conocemos".
Los líderes ibéricos, también han acordado buscar proyectos conjuntos de ambos países que puedan ser financiados con fondos de recuperación europeos.
Ambos dirigentes han intercambiado los detalles de los respectivos planes de recuperación en los apartados en los que existen sinergias. Tras este intercambio, ambos han decidido trabajar en la identificación de proyectos conjuntos estratégicos que pueden ser incluidos en los planes de recuperación, para ser financiados con los fondos europeos.
El desarrollo del hidrógeno como fuente de energía limpia, la cadena de valor de las baterías, el desarrollo del 5G y de satélites están entre las áreas en las que los dos gobernantes han coincidido en explorar proyectos conjuntos. También han abordado el desarrollo de infraestructuras comunes, tanto ferroviarias como carreteras.
España y Portugal abogaron hoy por una respuesta coordinada de la Unión Europea (UE) en la lucha contra la Covid-19 que evite medidas "indiscriminadas y desproporcionadas que tengan un fuerte impacto en la actividad turística".
La respuesta ha sido presentada a través de un documento con 75 puntos que reflejan la voluntad de ambos países por impulsar la cooperación bilateral y reforzar las posturas conjuntas ante el bloque comunitario sobre temas sensibles, como la urgencia de implementar el fondo de recuperación de la UE.
El acuerdo dedica una especial atención a una respuesta "coordinada" de Bruselas en la lucha contra la pandemia que "preserve la integridad del espacio Schengen y consideran esencial evitar medidas indiscriminadas y desproporcionadas que tengan un fuerte impacto en la actividad turística".
El turismo, uno de los motores de las economías de ambos países, ha sido también uno de los sectores más castigados por la crisis. Conscientes de la necesidad de recuperar la actividad, los Gobiernos de Portugal y España apuestan por impulsar el "Mercado ibérico" como destino único ante mercados emisores.
En materia migratoria, se comprometen a la vigilancia mixta de la frontera común y de las costas y reclaman de la UE una respuesta "multilateral" que incluya cooperación y diálogo con países de origen y tránsito y la creación de corredores migratorios legales.
Para finalizar la cumbre, España y Portugal defendieron que sus idiomas pueden competir con el inglés. Durante la cumbre se presentó el estudio denominado "La proyección internacional del español y el portugués: el potencial de la proximidad lingüística", elaborado por los institutos Cervantes y Camoes.
Los resultados de la investigación señalan que, unidos, los idiomas español y portugués se aproximan hoy estrechamente al liderazgo lingüístico mundial del inglés en casi todos los parámetros considerados, según explica el Gobierno español.
Durante toda la jornada del sábado hubo un intercambio de opiniones y propuestas que han sido recogidas con satisfacción y energía. A partir de ahora, las relaciones España-Portugal y, sobre todo, las actividades transfronterizas tendrán más facilidades y acceso gracias a las medidas que van a llevarse a cabo.
