La tensión en el Mediterráneo oriental crece por momentos y un enfrentamiento militar, consecuencia del conflicto por los derechos económicos en esta zona entre Grecia y Turquía, pende de un hilo.
Si el sábado los ministros de asuntos de Exteriores de la Unión Europea se reunían para tratar el conflicto y anunciaban sus intenciones de imponer sanciones a Ankara, el domingo, el Gobierno turco envió otro buque, el Yavuz, para la exploración de hidrocarburos, acompañado de tres buques de apoyo y aprovisionamiento -el Orhan Bey, el Ertugrul Bey y el Osman Bey- haciendo caso omiso a las advertencias europeas.

En un comunicado emitido por Navtex, se anunciaba que el buque de perforación turco Yavuz, navegará en un área de 600 kilómetros cuadrados a unos 120 kilómetros al sureste de la ciudad de Pafos, en la isla de Chipre. Antes esta situación, la estación de Navtez en Chipre publicó un mensaje calificando de “grave violación de la ley internacional, así como delito bajo las leyes chipriotas”.
El mismo día, un alto funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos dijo que Washington apoya el derecho de Chipre a explorar las reservas de hidrocarburos descubiertas en sus aguas.
Según Associated Press, el subsecretario de Estado de Estados Unidos para Asuntos Políticos, David Hale, dijo que el trabajo de búsqueda de recursos de hidrocarburos tiene como fin “lograr una seguridad energética duradera y una economía próspera en todo el Mediterráneo”.
La embajada de Estados Unidos en Nicosia emitió un comunicado que anunciaba la reunión entre Hale y el ministro de Asuntos Exteriores chipriota para discutir “la creciente importancia estratégica” del Mediterráneo oriental, además de los recientes acontecimientos en la región.
Para el funcionario norteamericano, estos recursos, que están causando un enfrentamiento entre Grecia, Turquía y Chipre, “deben compartirse equitativamente entre los chipriotas, griegos y turcos”.

Turquía, quien no reconoce como Estado al Chipre étnicamente dividido, exige que el 44% de la zona economía de la isla esté subordinada a Ankara e insiste en su derecho a llevar a cabo tales exploraciones para defender sus intereses y los de los turcochipriotas.
La semana pasada, Turquía reanudaba la exploración de energía en el Mediterráneo oriental después de que Grecia y Egipto firmaran un acuerdo de delimitación marítima. Pero tras declarar “nulo y sin efecto” el acuerdo greco-egipcio, el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan autorizó al prospectar Oruç Reis a continuar sus actividades en un área en disputa.
La situación en el Egeo hizo que el presidente francés, Emmanuel Macron, tomara cartas en el asunto y anunciara un aumento de la presencia militar francesa en el Mediterráneo, como apoyo al Gobierno de Kyriakos Mitsotakis.