El nuevo Gobierno de transición libio elegido el pasado marzo y respaldado por la ONU, comienza a trazar sus primeros movimientos diplomáticos en orden a establecer la paz en un contexto marcado fuertemente por los enfrentamientos civiles. El objetivo de este gobierno de transición es llevar al país a unas nuevas elecciones programadas para el 24 de diciembre.
En sus primeros trazos para abrir las nuevas vías diplomáticas, el primer ministro de Unidad Nacional (GNU), Abdel Hamid Dbeiba ha acogido al presidente del Consejo Europeo en un acto de concordia y apoyo en la reconstrucción de un futuro que se desligue del crimen y de la violencia vivida durante la guerra. De acuerdo con un informe publicado por el GNU, la Unión Europea está dispuesta a “brindar todo tipo de apoyo a la nueva autoridad interina de Libia” con el fin de establecer un clima de estabilidad en el país y allanar el camino de cara a poder celebrar las elecciones en diciembre.

En este marco, Dbeiba celebró la disposición europea para ayudar al país a reedificar un nuevo horizonte alejado de la guerra y otorgarle seguridad. En esta línea, la UE se ha marcado como objetivo encontrar una solución permanente al conflicto libio. Del mismo modo, subrayó la necesidad de fortalecer los lazos con Europa para mejorar la cooperación y la asociación en temas en los que comparten intereses comunes como es el caso del campo energético.
En líneas de cooperación, se espera que el primer ministro reciba en las próximas semanas al primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, para reabrir la embajada de Grecia en Libia después de estar más de 6 años cerrada. De la misma forma, los ministros de Italia y Francia se reunieron el mes pasado con su homólogo en Libia para mostrar su apoyo al nuevo gobierno.

De esta forma, Libia comienza a crear un camino de puertas abiertas en relaciones con Europa para buscar soluciones y marcar nuevas rutas que pongan fin a la delicada situación que ha vivido Libia durante los 6 años de guerra. Ahora, los retos establecidos están enfocados en establecer la paz y estimular la economía del país, sumida en el caos como consecuencia de que las actividades delictivas y de crimen organizado se hayan convertido en los principales motores económicos.
Un nuevo horizonte esperanzador se abre en Libia tras recibir el apoyo internacional de la Unión Europea que se muestra como una voz común al nuevo gobierno, pretendiendo dar apoyo a las autoridades en materia de desarrollo, control de la inmigración, seguridad y fijar la celebración electoral. Con este movimiento, Libia y la Comunidad Internacional dibujan nuevas relaciones enfocados en transformar a Libia en un Estado de paz que deje atrás la complicada situación de contienda que ha vivido, potenciada por las actuaciones y las intervenciones de potencias internacionales junto con la irrupción del terrorismo y de los grupos de delincuencia que han hecho de Libia un Estado frágil que se ha cobrado la vida de 10.000 personas.