El candidato elegido por el Parlamento de Libia renuncia al uso de la fuerza para tomar el control del país a pesar de la negativa de Abdul Hamid Dbeibé, jefe del actual Gobierno interino, a ceder su cargo

Fathi Bashagha espera asumir el poder de forma pacífica

photo_camera AFP/MAHMUD TURKIA - Fathi Bashagha

La elección del nuevo primer ministro amenaza con agravar el clima inestable vigente en Libia desde el año 2011. El pasado febrero, el Parlamento designó a Fathi Bashagha para ocupar ese cargo. Bashagha cuenta con una sólida experiencia dentro del Gobierno ya que, entre 2018 y 2021, fue ministro del Interior del Gobierno de Acuerdo Nacional, capitaneado por Fayez al-Sarraj.  

El pasado martes presentó a la Cámara de Representantes su nuevo gabinete conformado por tres viceprimeros ministros, 6 secretarios de Estado y más de 20 delegados. La ceremonia tuvo lugar en Tobruk, ciudad ubicada al este del país, y contó con la aprobación de 92 de los 101 legisladores presentes.  

Desde que el Parlamento comenzó el proceso de búsqueda de un nuevo líder, Abdul Hamid Dbeibé, jefe del actual Gobierno interino de Unidad Nacional, ha mostrado su rechazo al considerar que las votaciones habían sido “descaradamente fraudulentas”. Además, defiende que no va a renunciar a su cargo hasta que no tenga lugar un proceso electoral que permita elegir al pueblo libio de forma democrática. 

Abdul Hamid Mohammed Dbeibah pronunciando un discurso por videoconferencia durante una reunión del Foro de Diálogo Político Libio (LPDF)

Dbeibé fue nombrado primer ministro el año pasado como parte de un proceso político respaldado por Occidente. Su tarea principal era conducir un país profundamente dividido hacia la reconciliación y la unidad nacional. Las elecciones, que deberían haberse celebrado en diciembre de 2021, eran la fecha final de su mandato. 

El colapso de dichas votaciones estuvo motivado por las disputas sobre las normas básicas. Libia, desde entonces, se encuentra a la deriva. No tiene un Gobierno unificado, las divisiones entre facciones rivales se intensifican y el temor de que se reanuden los enfrentamientos entre los diferentes grupos armados va en aumento

Sin embargo, las palabras de Bashagha son claras: “no habrá uso de la fuerza”. El político asegura que el cambio va a transcurrir con normalidad y fluidez. Por su parte, el primer ministro interino acusa al Parlamento de sabotear las elecciones. “Lo que llamaron un gobierno, nunca funcionará en la realidad y no tendrá lugar”, tal y como dijo en su último discurso. 

Ambas partes se culpan y acusan de carecer de legitimidad. Dbeibé rechaza rotundamente la postura parlamentaria y quiere celebrar elecciones nacionales en junio. Asimismo, en las últimas semanas ha tomado una serie de decisiones poco acertadas para evitar el cambio de Gobierno. Entre ellas, destacan las presiones a las que sometió al Consejo de Estado.  

Fuerzas armadas de Misrata, Khoms y Zlitan se reunieron el pasado fin de semana en la Plaza de los Mártires en Trípoli para mostrar su apoyo al Gobierno de Unidad Nacional. El traslado a la capital se produjo después de que la emisión de una orden para “asegurar la sede del Gobierno y otros lugares clave de la capital libia”.  

Los ciudadanos del país magrebí lamentan el estancamiento y temen que la existencia de dos gobiernos paralelos hunda aún más su nación. Ayat al-Badri, candidato a las elecciones legislativas, rechaza la decisión del Parlamento al considerar que “está fuera del camino”. Se lamenta, a su vez, de la monopolización de la arena política. 

AFP/ABDULLAH DOMA - Ciudadanos libios ondean la bandera nacional

El portal de noticias AfricaNews recoge también el testimonio de Omran Abuzeid Abusahman, un trabajador de negocios autónomo. Abusahman recuerda que, durante más de seis años, ya convivieron dos gabinetes. “Ahora no aceptamos que haya dos administraciones, pero al final, es posible que vuelva a haber separación y división”.  

Naciones Unidas ha mostrado su preocupación ya que la votación llevada a cabo por el Parlamento libio no cumple con lo esperado. El portavoz de António Guterres, secretario general de la ONU, afirma que los informes no respetan las normas de transparencia y de procedimiento previamente establecidas.  

La asesora especial de la organización en Libia, Stephanie Williams, espera mantener pronto conversaciones con el Parlamento y el Consejo Superior de Estado. “Estoy aquí para apoyar el proceso electoral y las aspiraciones de 2,8 millones de libios […] Reitero la importancia fundamental de preservar la seguridad, estabilidad y unidad, y de abstenerme de actos de escalada provocación”, añadió en su cuenta de Twitter.

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