Los temores de nuevos enfrentamientos internos en Libia aumentan a medida que pasan los días desde que el Parlamento, con sede en la ciudad de Tobruk, eligió a Fathi Bashagha como nuevo primer ministro para reemplazar a Abdul Hamid Dbeibé. Desde entonces, el país magrebí cuenta con dos primeros ministros, dos poderes paralelos, ya que las autoridades de Trípoli no reconocen la legitimidad de Bashagha.
Dbeibé, líder del Gobierno de Unidad Nacional (GNU), ha rechazado la elección parlamentaria y ha asegurado que permanecerá en el poder hasta que se celebren elecciones. Unos comicios que, según las autoridades electorales, tardarían ocho meses en prepararse. El primer ministro libio también ha cargado contra la Cámara de Representantes, acusándola de “caótica” y de “falta de transparencia”.

Además, el primer ministro ha hecho un llamamiento a sus seguidores para que salgan a las calles a protestar, algo que podría intensificar las luchas internas y profundizar la crisis política del país.
Los partidarios de Dbeibé no han tardado en responder. Según informan fuentes locales, fuerzas armadas conjuntas de Misrata, Khoms y Zlitan se reunieron este fin de semana en la Plaza de los Mártires de Trípoli. La capital libia albergó unos 300 vehículos armados que mostraron su respaldo al primer ministro.

El coronel Ibrahim Mohamed, comandante de campo de la Fuerza de Operaciones Conjuntas, indicó que su objetivo era preservar "el camino democrático en Libia”, según recoge el portal AfricaNews. “Queremos elecciones”, añadió. Las Fuerzas de Operaciones Conjuntas anunciaron en un comunicado que se trasladaron a la capital después de una orden de Dbeibé para “asegurar la sede del Gobierno y otros lugares clave” de la ciudad. En redes sociales también circulan vídeos de convoys armados que se dirigen a Trípoli para defender al GNU.
Antes de que se produjese la votación parlamentaria en Tobruk, un grupo de brigadas militares del oeste criticó las acciones de la Cámara y su “camino unilateral”. “El fallo a la hora de completar el proceso electoral está vinculado con un error en las vías (del proceso de paz: constitucional, de reconciliación y de unificación de las instituciones militares)”, declararon en un comunicado, según informa Europa Press.

Naciones Unidas se ha pronunciado acerca de los últimos acontecimientos y ha pedido todas las partes “sigan preservando la estabilidad”. En este sentido, la ONU destaca que la actual crisis política “amenaza con devolver al país a una posición de enfrentamientos entre dos autoridades rivales”.
Para el secretario general, Antonio Guterres, el proceso electoral es clave para establecer estabilidad en el país, por lo que recuerda a todas las instituciones que “el objetivo principal de celebrar elecciones nacionales lo antes posible para garantizar que se respete la voluntad política de los 2,8 millones de ciudadanos libios que se registraron para votar”. El país tendría que haber celebrado comicios presidenciales el 24 de diciembre, pero, finalmente fueron pospuestos, provocando numerosas críticas contra las autoridades, en concreto, contra Dbeibé.

Esta dualidad política ha estado presente en Libia desde el derrocamiento de Muamar el Gadafi en 2011. El asesinato del exlíder libio provocó fuertes disputas entre las diferentes facciones que buscaban hacerse con el poder. En 2014, estalla una guerra civil entre el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), liderado por Fayez al Sarraj en Trípoli; y las fuerzas de Tobruk, encabezadas por el mariscal Jalifa Haftar. En agosto de 2020 ambos bandos firman un alto el fuego permanente que dio paso a un proceso diplomático impulsado por la ONU, el Foro de Diálogo Político Libio (FDPL). Tras varios meses de negociaciones, el FDPL eligió a Dbeibé como primer ministro interino en febrero de 2021.

La misión de Dbeibé era encaminar al país hacia unas elecciones democráticas y libres; pero, ante el fracaso electoral, el Parlamento de Tobruk acordó una votación para elegir un nuevo líder que cumpla con el cometido y logre instaurar la ansiada estabilidad en el país. Por el momento, Bashagha ya se ha comprometido con la hoja de ruta aprobada por la Cámara de Representantes para celebrar elecciones fiables, seguras e inclusivas en un plazo máximo de 14 meses. Asimismo, el exministro de Interior también ha subrayado la importancia de la 'reconciliación nacional’ para asegurar el proceso electoral.