Abdul Hamid Dbeibé, jefe del Gobierno de Unidad Nacional (GNU), ha sufrido un intento de asesinato mientras se dirigía a su casa en el centro de Trípoli. Según informaron fuentes locales, varios hombres armados dispararon contra el coche del primer ministro, aunque este salió ileso. Los medios árabes Al Hadath y Al Arabiya han difundido imágenes exclusivas donde se aprecian los impactos de las balas contra el parabrisas del vehículo de Dbeibé. La fiscalía general libia ya ha iniciado una investigación sobre el presunto magnicidio.
Este incidente se produce en medio de fuertes disputas por el control del Gobierno libio. De hecho, este jueves está programada una votación en el Parlamento para elegir a un nuevo primer ministro, una decisión rechazada por Dbeibé, quien aseguró que no permitirá “un nuevo período de transición”. “El Gobierno de Unidad Nacional continuará hasta entregar el poder a una administración electa”, declaró el primer ministro, reconocido internacionalmente a pesar de no haber sido elegido en las urnas.

El líder del GNU también advirtió que nombrar a un nuevo primer ministro llevará al país de nuevo a la “división y el caos”. Asimismo, animó a la ciudadanía libia a salir a las calles para denunciar el nombramiento de un nuevo Ejecutivo. “No permitiré que la clase política que ha sido dominante durante años monopolice la escena y vuelva a manipular al país”, aseguró.
El primer ministro también cargó contra el Parlamento libio, a quien acusó de actuar ilegalmente. “La Cámara de Representantes busca crear una autoridad paralela a través de alianzas entre partidos que hasta hace poco tenían relaciones hostiles, con el objetivo de perturbar las elecciones y prorrogarse sin un límite de tiempo específico”, añadió Dbeibé.
Dbeibé, procedente de una poderosa familia de Misurata, fue elegido por el Foro de Diálogo Político Libio (FDPL), órgano respaldado por Naciones Unidas, en febrero del año pasado. El político ha contado con el respaldo de potencias extranjeras, como Qatar y Turquía. Por este motivo, Dbeibé ha sido acusado de actuar acorde a los intereses y agendas externas. No obstante, no es la única crítica que ha recibido el primer ministro. Una parte del pueblo libio también acusa Dbeibé y a su familia de corrupción.

Tras el fracaso de las elecciones presidenciales, que tendrían que haberse celebrado el pasado 24 de diciembre, ha aumentado la presión contra el GNU. La legitimidad de Dbeibé también se ha deteriorado ya que, en un principio, prometió no presentarse a los comicios para dejar la vía libre a un nuevo Ejecutivo, aunque finalmente presentó su candidatura.
El Parlamento de Libia, presidido por Aguilah Issa, ha declarado inválido el GNU, por lo que programaron la votación que busca reemplazar a Dbeibé, ya que la preparación para establecer una nueva fecha de los comicios llevaría hasta ocho meses, según las autoridades electorales. La Cámara de Representantes considera que el Gobierno de Dbeibé ha quedado “fuera de mandato” por el aplazamiento de las elecciones, y destaca la necesidad de formar un nuevo Ejecutivo.

Los aspirantes seleccionados por el Parlamento para sustituir a Dbeibé son Fathi Bashagha, ministro del Interior del Gobierno de Fayez al-Sarraj entre 2018 y 2020, y Khaled Al Bibass, expresidente de la Junta Directiva de una empresa tecnológica especializada en la tecnología información y las comunicaciones. Issa anunció que había recibido 7 candidaturas para primer ministro, pero finalmente solo aceptó las de Bashagha y Al Bibass porque cumplían con las condiciones establecidas.
Bashagha, que ya se había presentado a las elecciones de diciembre, sobrevivió a un intentó de asesinato en febrero de 2021, mientras que, en agosto de 2020, durante su cargo como ministro, fue detenido por reprimir violentamente unas protestas que se estaban desarrollando en Trípoli. El político libio también fue candidato a primer ministro de transición en febrero de 2021, pero perdió frente a Dbeibé.
Tras la caída de Muamar el Gadafi, Libia ha sufrido graves conflictos internos. Además, distintas potencias extranjeras han aprovechado esta inestabilidad para tratar de expandir su influencia sobre el país y la región. Por si esto fuera poco, recientemente se han reportado nuevos movimientos de grupos vinculados al Daesh en el sur del país.