El ex presidente de la República francesa, Nicolás Sarkozy, podría ser condenado a una pena de cuatro años de cárcel por un caso de corrupción y tráfico de influencias, junto con su abogado, Thierry Herzog y un ex magistrado de alto rango, Gilbert Azibert. Se trata del primer caso en la historia de Francia que se pide una sentencia firme de prisión contra un ex presidente de la Quinta República.
El fiscal Jean-Luc Blachon consideró probados ambos delitos, sacados a la luz por las conversaciones telefónicas intervenidas por la policía entre Sarkozy y su letrado Thierry Herzog. Presuntamente, el expresidente y su abogado intentaron sobornar al magistrado Gilbert Azibert, para obtener información sobre un procedimiento judicial contra Sarkozy.
Asimismo, la fiscalía ha declarado que el antiguo inquilino del Palacio del Elíseo llevo acabo un "pacto de corrupción" en 2014, al obtener del alto magistrado, a través de su abogado, información protegida por secreto de un recurso ante el Tribunal Supremo de Apelación, a cambio de ofrecerle un puesto en el Consejo de Estado de Mónaco.
"Los hechos no habrían ocurrido si un ex presidente, que también era abogado, hubiera tenido en cuenta la grandeza, la responsabilidad y los deberes del cargo que desempeñaba", dijo el fiscal, subrayando que él, como jefe de Estado, había sido "el guardián de la independencia del poder judicial".
"La República no olvida a sus presidentes, aunque sólo sea porque hacen historia. A la inversa, no se puede admitir que un ex presidente olvide la República y lo que ésta ha llevado durante varios decenios: un Estado de derecho", prosiguió el Sr. Blachon.
Desde la fiscalía se han mostrado contundentes en sus declaraciones. Denunciando los "efectos devastadores de este asunto que ha golpeado los valores de la República", el magistrado de finanzas consideró que había "dañado" la institución judicial, la profesión jurídica y la imagen presidencial. "La integridad de Gilbert Azibert ha desaparecido", dijo, describiendo a Thierry Herzog como el "genio malvado" del caso.
Los representantes de la fiscalía comenzaron ayer a media tarde la demostración del "pacto de corrupción" que, según ellos, los tres hombres habían hecho a principios de 2014. A su juicio, Nicolas Sarkozy obtuvo, a través de su abogado, información protegida por secreto sobre un procedimiento de la Corte de Casación en el caso “Bettencourt”. Como prueba: conversaciones grabadas en una línea no oficial llamada "Paul Bismuth", abierta por Thierry Herzog - según él para escapar de las escuchas "salvajes", en realidad para "frustrar la justicia por medios extrajudiciales", dijo Blachon.
El ex presidente Nicolás Sarkozy, por su parte, insistió el lunes en su inocencia y declaró ante el tribunal lo siguiente: “Permítanme decir solemnemente que nunca he cometido el más mínimo acto de corrupción. Nunca. Nunca he abusado de mi influencia, supuesta o real".
Una vez finalizado el alegato de la fiscalía, Sarkozy permaneció varios minutos reunido con sus abogados. Posteriormente, la letrada Jacqueline Lafront aseguró a los medios que rebatirán las acusaciones y que el ex presidente tiene "confianza" en una resolución del caso favorable a sus intereses.
Nicolas Sarkozy se enfrenta el año que viene a un nuevo juicio sobre los gastos de la campaña presidencial de 2012 en la que perdió frente a François Hollande. Además, está siendo investigado por la financiación de su campaña presidencial de 2007. En concreto se sospecha que se uso dinero libio proveniente del dictador Gadafi. El ex presidente se enfrenta a varias causas abiertas que provocan un descenso de su credibilidad cada vez mayor.