En un sorprendente giro de los acontecimientos, el general de División M'henna Djebbar se ha convertido en el centro de polémicas y especulaciones debido a su notoria ausencia entre las figuras de alto rango del Ejército argelino recientemente ascendidas a nuevos rangos.
Como informa el medio Maghreb Intelligence, han circulado varios rumores sobre las razones de la falta de distinción a M'henna Djebbar, lo que ha suscitado interrogantes sobre su futuro dentro de la jerarquía militar. A pesar de las promesas de un puesto de prestigio y de su avanzada edad de más de 75 años, al general no se le concedió el codiciado puesto de coordinador de todos los servicios secretos argelinos; concretamente el de jefe de los servicios de inteligencia, puesto que está vacante desde mayo de 2019.

El anterior jefe de los servicios secretos argelinos, el general Bachir Tartag, fue encarcelado en la prisión militar de Blida por el difunto Ahmed Gaid Salah, dejando el puesto sin ocupar. Sin embargo, el 5 de julio de 2023, las esperanzas y ambiciones de M'henna Djebbar se vinieron abajo al negársele tanto el ascenso a jefe de los servicios como el rango de general del Ejército.
Se ha especulado sobre el papel de Said Chengriha, el jefe del Estado Mayor del Ejército Nacional Popular de Argelia. Sin embargo, este rumor público parece infundado, ya que la verdadera explicación reside en la serie de fracasos de M'henna Djebbar desde que asumió su puesto en la Dirección General de Documentación y Seguridad Exterior (DDSE), la agencia de inteligencia exterior argelina.

Al hacerse cargo de la DDSE en septiembre de 2023, Abdelmadjid Tebboune y Chengriha asignaron a M'henna Djebbar dos misiones cruciales: neutralizar las redes de oposición en el extranjero y reducir la influencia de Marruecos en los países vecinos. Desgraciadamente, el general no logró avances significativos en la misión de contrarrestar la influencia de Marruecos.
Sus intentos de persuadir a los coroneles malienses para que se distanciasen de Marruecos resultaron infructuosos, ya que los intereses económicos y políticos marroquíes permanecieron intactos y los líderes malienses se resistieron a las insinuaciones de Argel. Marruecos siguió reforzando sus relaciones con diversos actores políticos de Mali, lo que suscitó la preocupación de su vecino argelino.

Decepciones similares se vivieron en Libia, donde fracasó la estrategia de M'henna Djebbar para socavar la influencia de Marruecos. A pesar de sus esfuerzos por marginar a los diplomáticos y servicios marroquíes en Libia, los equipos de M'henna Djebbar fueron incapaces de lograr el éxito. Sus intentos de convencer a los países vecinos, incluidos Níger y Mauritania, de que priorizaran las relaciones con Argelia en lugar de con Marruecos no dieron los resultados deseados. Los servicios marroquíes siguieron ampliando su influencia, dejando a Argelia cada vez más limitada y amenazada.
Sin embargo, el golpe final llegó cuando la DDSE no proporcionó información detallada sobre las adquisiciones de armas por parte de Marruecos a socios israelíes y estadounidenses. Los informes de la agencia no anticiparon las entregas de armamento sofisticado de Estados Unidos a Marruecos, y tampoco alertaron al Estado Mayor del Ejército argelino de la importante ayuda militar proporcionada por Emiratos Árabes Unidos. Estas deficiencias convencieron a Tebboune y Chengriha de que debían reconsiderar su confianza en M'henna Djebbar. El estatus legendario del que había gozado durante muchas décadas parece tener poca importancia en la actualidad.

Mientras la ausencia y la falta de promoción del general de División M'henna Djebbar siguen generando polémica, el Ejército argelino se encuentra lidiando con interrogantes en torno a su liderazgo y su futura dirección estratégica. Pero las repercusiones de estos acontecimientos aún no se han desarrollado plenamente, ya que el panorama militar de Argelia está experimentando un cambio significativo.