Tras más de diez años de distanciamiento con el régimen sirio de Bashar al-Assad, el movimiento islamista palestino Hamás anunciaba hace escasos días la restauración de sus relaciones con Damasco. “Se ha acordado reabrir los canales de comunicación directa (entre ambas partes) y llevar a cabo un diálogo serio y constructivo para preparar el camino para el restablecimiento de los vínculos mutuos”, han afirmado fuentes del grupo palestino para medios como Reuters.
Pese a que las autoridades sirias todavía no se han manifestado a este respecto, Khalil al-Hayya, jefe de la Oficina de Relaciones Árabes e Islámicas de Hamás, declaró que ya se han celebrado discusiones “dentro de Hamás y en el extranjero (…). El resultado final fue que se acordó buscar la manera de hacerlo”. Lo que respalda las filtraciones de un funcionario que habló en condición de anonimato: “ya se han dado reuniones de alto perfil”.

Las relaciones entre Damasco y Hamás –que ahora controla la Franja de Gaza– se tensaron hasta romperse en el año 2012, cuando el grupo islamista se vio obligado a dejar su sede de la capital palestina tras posicionarse a favor de los rebeldes suníes, que luchaban por derrocar el régimen de Al-Assad durante las popularmente conocidas como “Primaveras Árabes”.
Por su parte, el movimiento Hermanos Musulmanes, matriz originaria de las diferentes expresiones islamistas locales entre las que se encuentra Hamás, ha condenado la decisión del grupo palestino. Según ha recogido el medio Al-Arab, los temores de la Hermandad se hicieron públicos tras la declaración de un comunicado de sabios y eruditos musulmanes, que instaron a Hamás a “revisar su decisión” por no estar en línea con “los principios, valores y normas legales” del movimiento.

Sin embargo, a lo largo de su historia, tanto la posición de Hamás como la de la propia Hermandad, con respecto al régimen de Al-Assad, han variado en función de las figuras que ocupaban la dirección. Así, según reveló el otrora líder de Hamás, Khaled Mashal, el ex dirigente de los Hermanos en Siria, Ali Sadreddine Al-Bayanouni, abogaba por unas negociaciones que incluyesen al Gobierno sirio, antes de que el movimiento al completo se inclinase hacia la alianza anti-Damasco con figuras locales como Mashal en Palestina.
La llegada al poder del líder Ismail Haniyeh –tras la derrota de un Mashal que vio cómo Teherán retiraba gran parte de sus ayudas armamentísticas y financieras, y cómo el grupo terrorista libanés Hizbulá se alejaba de Hamás– ha dado lugar, de nuevo, al acercamiento con la República Islámica persa. Una realidad percibida como una victoria iraní en el seno del propio Hamás, sobre todo por las brigadas de Ezzeldin Al-Qassam " (ala militar del movimiento). Y es que, desde su llegada a la presidencia del Buró Político de Hamás, Haniyeh ha hecho virar la retórica del movimiento hacia una mayor simpatía con Irán y Siria.

Ya en 2018, el ahora líder del grupo terrorista palestino subrayó que Hamás “nunca ha estado en un estado de enemistad con el régimen sirio”. “Siria apoyó a Hamas en etapas importantes y le dio mucho, (…), pero muchas circunstancias objetivas llevaron a la situación actual relación”, dijo, por aquel entonces, Haniyeh, en referencia al distanciamiento que caracterizó el mandato anterior.
Varios observadores han señalado que el reciente acercamiento no es más que otra evidencia de que los Hermanos Musulmanes, históricamente relacionados con estados como Turquía y Qatar, han comenzado a alejarse de estos gobiernos. Así, el cambio de postura de Ankara para con Hamás, con el propósito de mejorar sus relaciones con Israel, ha aumentado las tensiones entre la Hermandad y la potencia otomana.

Los grupos de oposición sirios, por otro lado, han mostrado también su rechazo a la decisión de Hamás argumentando que el régimen de Al-Assad terminó con la vida de decenas de miles de refugiados sirios y palestinos.
Según el investigador del Instituto de Contraterrorismo de la ciudad israelí de Herzliya, Michael Barak, para el medio JNS (Jewish News Syndicate), “Hizbulá, en el Líbano, participó también de esta reconciliación”.

Esta situación hace crecer los temores de potencias vecinas, como Israel, porque, en palabras de Barak, “Hamás está aumentando su presencia en el norte del Líbano. Si abre un cuartel general en Siria, podrá también empezar a crear capacidades”. Es por ello que el investigador considera que “Hizbulá ha ayudado a asegurar una reconciliación entre Hamás y Siria, lo que forma parte de un cálculo estratégico iraní para convertir a Siria en otra zona de actividad para las organizaciones palestinas”, y permitir al grupo palestino recibir, de nuevo, armamento del país persa.
De hecho, para Barak, este movimiento podría suponer un tanto más para Teherán, que busca ejercer presión sobre Hamás a través de la financiación y el suministro de armas para implementar la agenda iraní en la Franja de Gaza. Aumentando así su influencia regional.