Las autoridades tunecinas impidieron este martes las reuniones en las sedes del partido del Partido islamista, Ennahda, la primera organización opositora del país, después de la detención anoche de su líder y expresidente del Parlamento, Rachid Ghannouchi.
Según declararon sus dirigentes, la sede principal en la capital tunecina está rodeada por fuerzas policiales; al tiempo que la coalición opositora, que incluye a partidos de diferente ideología, incluido Ennahda, denunció el cierre de su sede en la capital, donde tenía previsto realizar una rueda de prensa contra las “detenciones políticas”.
Fuerzas de seguridad tunecinas irrumpieron anoche en la casa de Ghannouchi que se encuentra actualmente detenido en “paradero desconocido”, según la organización islamista.
El partido islamista condenó el “desarrollo tan peligroso” de los acontecimientos, en el marco de una campaña de detenciones desde principios de febrero de más de una veintena de críticos con el presidente, Kais Saied, y exigió la liberación inmediata del Ghannouchi y “el fin de los ataques contra los activistas políticos de la oposición”.
Decenas de miembros de Ennahda, organización que ha gobernado de manera directa e indirecta en la última década y fue la principal fuerza parlamentaria durante el último mandato, han sido detenidos o investigados desde que el presidente tunecino, Kais Saied, se arrogara plenos poderes en julio de 2021 y suspendiera el Parlamento.
Human Rights Watch (HRW) reclamó la semana pasada a Túnez la liberación “inmediata” del exministro del Interior y vicepresidente del partido islamista Ennahda, Ali Larayedh, en prisión provisional desde diciembre por el supuesto reclutamiento de yihadistas, ante la ausencia “evidencias creíbles de delitos” en el caso.
Desde el pasado mes de febrero, han aumentado las detenciones de opositores con una veintena de figuras políticas, jueces, empresarios y periodistas en prisión provisional, acusados de “complot contra la seguridad del Estado”.