El ministro de Defensa, Benny Gantz, vaticina el fracaso de las negociaciones para reanudar el acuerdo nuclear y defiende una vía contundente de las relaciones con Teherán

Israel comienza los preparativos para un posible ataque sobre Irán

photo_camera PHOTO/ABRIR SULTAN/REUTERS - El ministro de Defensa israelí Benny Gantz

A medida que avanzan las negociaciones en Viena para la reactivación del acuerdo nuclear, Israel endurece su retórica contra Irán e insiste en su postura contraria a la firma del JCPOA. El pacto, alcanzado por primera vez en 2015 durante la Administración Obama, limó asperezas entre Washington y Teherán previa paralización del programa nuclear iraní. Una distensión que Israel interpretó como una amenaza a sus intereses regionales y a su seguridad nacional.

En vista de la vuelta al diálogo, donde existe cierto margen para la reedición del acuerdo, el ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, ha declarado este jueves al rotativo hebreo Yedioth Ahronoth que Israel “se prepara para un posible conflicto con la República Islámica” con el objetivo de detener su programa nuclear. Gantz ha vaticinado el fracaso de las conversaciones, un escenario en el que Israel y el resto del mundo podrían “no tener más opciones que actuar contra Irán”, según el ministro.

Las declaraciones del ministro llegan una semana antes del inicio de una gira diplomática que le llevará por Estados Unidos, Francia y Reino Unido. En estos países, firmantes del JCPOA, Gantz mantendrá una serie de encuentros con altos funcionarios de seguridad y ejercerá presión en contra del acuerdo nuclear con Irán, del que Israel no forma parte. En Washington, el titular de Defensa mantendrá una reunión con su homólogo estadounidense, Lloyd Austin.

El Ejecutivo liderado por Naftali Bennet ha hecho un llamado a las potencias firmantes a romper los términos del acuerdo haciendo alusión al informe presentado por la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA). El departamento dependiente de Naciones Unidas registró un aumento de la producción iraní de uranio enriquecido en centrifugadoras más sofisticadas. En este sentido, el primer ministro israelí sostiene que Irán “practica el chantaje nuclear como táctica de negociación”, por lo que es necesaria una respuesta tajante.

El primer ministro de Israel, Naftali Bennett

Israel trata de tumbar las negociaciones a toda costa. La opinión del Gobierno israelí es cristalina: no importa el contenido del acuerdo, Irán continuará enriqueciendo uranio y desarrollando su programa nuclear. Por eso, el Estado judío defiende una respuesta contundente fuera de los márgenes del diálogo con el régimen de los ayatolás, una línea dura marcada en primera instancia por el expresidente Trump, que satisfizo las demandas israelíes expresadas en su día por Benjamín Netanyahu.

El republicano retiró a Estados Unidos del JCPOA de forma unilateral en 2018, en sintonía con los postulados de Israel, dejando en la estacada a las cinco potencias firmantes, Reino Unido, Francia, China y Alemania. En este contexto, Irán reinició con fuerza su proyecto nuclear, alcanzando cotas de desarrollo inéditas en su historia. Una hoja de ruta que utiliza para ejercer presión sobre sus interlocutores de la capital austríaca. 

Tres años después, ya sin ‘Bibi’, pero con Natfali Bennett al frente, Israel mantiene inamovible su posición al respecto. El Mossad estuvo involucrado en el asesinato del ‘Oppenheimer’ iraní, Mohsen Fakhrizadeh, así como en otras operaciones de sabotaje de sus instalaciones nucleares ejecutadas en el ciberespacio. Una estrategia de hostigamiento en la que contaba con el férreo respaldo de la Administración Trump.

Bandera de Irán

La llegada de Biden cambió las tornas. El demócrata ocupó la vicepresidencia durante el mandato de Obama, y promete seguir su estela en las relaciones con la República Islámica. De ahí que mantenga como prioridad reactivar el acuerdo nuclear, aunque de momento no mantiene conversaciones directas con la delegación persa en Viena. Pase lo que pase, Israel seguirá siendo el principal socio de Washington en la región, a pesar de contar con menos cooperación que hace un año.

Este jueves se ha celebrado la cuarta sesión de la séptima ronda de conversaciones en Viena, que se espera continúen en las próximas semanas. Las exigencias definidas por Teherán se concentran en el levantamiento de sanciones y en la eliminación de barreras comerciales, que han lastrado el desarrollo económico de un país golpeado de nuevo por la crisis de la COVID-19. Sin embargo, la República Islámica no ha detenido su programa nuclear, y continúa generando escepticismo en sus interlocutores. Un escepticismo que Israel intenta explotar.

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