El nuevo primer ministro toma el relevo del saliente Yair Lapid con el Gobierno “más derechista” de la historia del país. Un Ejecutivo dividido a partes iguales entre ministros del Likud y de partidos ultraortodoxos y de extrema derecha

Israel: la Knéset ratifica el nuevo Gobierno de Netanyahu

photo_camera PHOTO/ARCHIVO - Nuevo presidente de Gobierno de Israel, Benjamin Netanyahu (‘Bibi’)

Tras casi dos meses desde las elecciones generales de Israel, el trigésimo séptimo Gobierno del país concluía este jueves la ceremonia de juramento del cargo, dando comienzo a una legislatura que –se espera– ponga fin al bloqueo político que ha llevado a los israelíes a participar en cuatro elecciones en los últimos cinco años. El Gobierno de Benjamin Netanyahu (también apodado ‘Bibi’). 

El Parlamento de Israel (Knéset) abría una sesión plenaria especial en la mañana de este jueves para ratificar el nombramiento de los miembros del nuevo Gobierno. Una ceremonia que ha estado marcada por el discurso de salida del hasta ahora primer ministro, Yair Lapid; así como por las palabras de bienvenida del nuevo jefe de Gobierno, Netanyahu, que fue interrumpido en varias ocasiones por los abucheos y calificaciones de “racista” de sus opositores. 

“Esta es la sexta vez que presento un Gobierno bajo mi liderazgo para ganarme la confianza de la Knéset. Estoy tan emocionado como la primera vez”, expresaba Netanyahu entre los aplausos de sus aliados parlamentarios y el rechazo de la oposición, dentro de la Cámara, y las manifestaciones contra el nuevo Ejecutivo, fuera. “Juro como primer ministro mantener la lealtad al Estado de Israel y sus leyes, cumplir fielmente mis deberes como primer ministro, y respetar las decisiones de la Knéset”

Así, tras la despedida de Lapid –en la que destacó algunos logros de su mandato, como el restablecimiento de las relaciones turco-israelíes, la estabilidad en la Franja de Gaza, el acuerdo de demarcación marítima con el Líbano o la lucha contra el programa nuclear de Teherán–, el nuevo primer ministro determinó los tres “objetivo nacionales” prioritarios de su Gobierno: normalizar relaciones con más países árabes (o, lo que es lo mismo, extender el alcance de los Acuerdos de Abraham, que ahora parecen dirigirse hacia Arabia Saudí), crear un tren bala que cruce el país de norte a sur e impedir la creación de un Estado nuclear iraní para, según él, “asegurar que no destruye Israel”. 

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El juramento de los cargos y la ratificación de los miembros del Ejecutivo por parte de la Knéset llega justo 24 horas después de que el Likud (la formación política de Netanyahu) presentase al Parlamento todos los acuerdos de coalición. A las 11:00 h de la mañana, hora local. Y no presenta ninguna sorpresa. 64 de los 120 diputados de la Cámara legislativa israelí son favorables a la coalición del partido derechista laico Likud con el ultraortodoxo sefardí Shas, el ultraortodoxo asquenazí Judaísmo Unido por la Torá, los ultraderechistas supremacistas Sionismo Religioso y Poder Judío, y el homófobo Noam, todos ellos con discursos racistas y homófobos. 

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El Gobierno de ‘Bibi’ con nombres y apellidos

La distribución de cargos entre las seis formaciones políticas del nuevo Ejecutivo ha tardado en darse a conocer de manera pública, y no ha sido hasta este mismo jueves cuando se ha anunciado la lista de nombres de manera íntegra

El Gobierno liderado por ‘Bibi’ –polémico desde la base, ya que el líder del Likud asume el cargo con un juicio en curso por tres acusaciones de corrupción– se distribuye de manera igualitaria entre su propio partido, al que pertenecen la mitad de los miembros, y los socios parlamentarios de la coalición, con la otra mitad. Así, la formación Shas cuenta con 11 miembros, Judaísmo Unido y Sionismo Religioso con siete cada uno, Poder Judío con seis, y el controvertido Noam, con uno. 

Varias de las carteras ministeriales más importantes quedarán en manos de los propios miembros del Likud, como el Ministerio de Justicia, que ha ido a parar al hasta ahora presidente de la Knéset, Yariv Levin, y que tendrá un papel fundamental en lo relativo al juicio contra Netanyahu y a las reformas judiciales que plantea el nuevo Ejecutivo. Otros, como el ex jefe del Estado Mayor, Yoav Galant, o el ex ministro de Economía, Eli Cohen, encabezarán los Ministerios de Defensa y Asuntos Exteriores, respectivamente, para supervisar los avances en la tensión israelo-iraní, y para impulsar las relaciones con Arabia Saudí. 

Además, el Likud controlará también el Ministerio de Educación con Yoav Kisch; el de Agricultura y Desarrollo Rural, con Avi Dichter; el de Comunicaciones con Shlomo Karai; el de Transporte, con Miri Regev; o el de Ciencia y Tecnología con Ofir Akunis, entre otros. 

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La figura de presidente de la Knéset –clave por ser considerada como la tercera figura política con más poder en el país solo por detrás del presidente del Estado y el del Gobierno– la ocupará, durante esta legislatura, el miembro del Likud, Amir Ohana. Un nombramiento especialmente relevante ante un Ejecutivo con varios miembros abiertamente homófobos, ya que el propio Ohana es homosexual, y en 2015 –cuando se convertía por primera vez en miembro de la Knéset– fue víctima del rechazo de varios diputados ultraortodoxos de la Cámara (entre los que se encontraban Avi Maoz de Noam y Bezalel Smotrich del Partido Sionista Religioso, socios de Netanyahu en el Gobierno entrante), que llegaron incluso a abandonar la sala. 

Por otro lado, los miembros de la segunda formación más importante de la coalición, el Shas, controlará las carteras de Interior y Sanidad durante la primera mitad de la legislatura, y de Finanzas, durante la segunda, a través de su líder, Arye Deri, que también se convertirá en viceprimer ministro. Para ello, el Parlamento israelí tuvo que introducir recientemente una enmienda a la Ley Básica (lo más parecido que tiene el país a un texto constitucional), ya que Deri se encuentra condenado e inhabilitado de altos cargos públicos por fraude fiscal. De hecho, el nuevo viceprimer ministro se encuentra a la espera de que el Supremo analice la legalidad de su nombramiento el próximo 5 de enero. 

Shas ocupará también importantes cargos en el Ministerio de Trabajo, Asuntos Sociales y Servicios Sociales a través de Ya'akov Margi y Ya'akov Margi (que se rotarán en el puesto) y en el del Ministerio de Servicios Religiosos, con Michael Malchieli, entre otros. 

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Sin embargo, los nombramientos de Itamar Ben Gvir (de Poder Judío) como ministro de Seguridad Nacional; de Bezalel Smotrich (miembro de Sionismo Religioso) como ministro de Finanzas en la primera mitad de la legislatura, y de Interior, en la segunda (rotando con el investigado Arye Deri, de Shas), y con un rango equivalente al de ministro de Defensa en lo relativo a la situación en Cisjordania; de Yitzhak Goldknopf (Judaísmo Unido por la Torá), como ministro de Vivienda; y de Avi Maoz (Noam) como viceministro de Identidad Judía, dentro de la oficina del Primer Ministro, con competencias sobre educación; han sido los que más indignación han despertado. Tanto entre los miembros de la oposición parlamentaria, como entre mucha de la población israelí. 

Y es que no solo hay controversia en torno al supremacista judío Ben Gvir, que fue condenado por incitación al racismo y apoyo a organizaciones terroristas, y que ahora mantendrá un poder reforzado sobre la Policía del país y de los territorios ocupados (pudiendo dictar medidas por encima del propio comisario general); sino que la exigencia de Smotrich de mantener un poder paralelo al Ministerio de Defensa para poder impulsar la expansión sobre Cisjordania ha requerido de una enmienda a la Ley Básica. 

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